Ricardo Israel Z. señala que América Latina ha experimentado un avance democrático y de los derechos humanos sumamente importante en los últimos años, pero, a pesar de ello, las Fuerzas Armadas siguen estando presentes en la vida política de la región. Israel Z. cree que no es que hayan dejado de intervenir, sino que lo hacen por omisión y el resultado es, en casos de crisis, el cambio de gobierno. Mientras exista corrupción, falta de confianza en las instituciones y democracias de baja calidad, la tentación golpista estará presente en la región, alerta.
Ricardo Israel Z. es abogado y politólogo. Tiene un Ph.D. y un master en Ciencia Política de la Universidad de Essex y es Catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Chile. Dirige el Centro Internacional para la Calidad de la Democracia y la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chile. Preside el Comité de Fuerzas Armadas y Sociedad de la Asociación Mundial de Ciencia Política. Ha publicado decenas de libros y ensayos traducidos a varios idiomas y es conductor y comentarista de programas políticos e internacionales en Radio y TV.
LA CRISIS POR LA QUE ATRAVIESAN VARIOS PAÍSES en América Latina es distinta a otras anteriores, las que en general estuvieron localizadas en la economía. Sin embargo, las actuales son a la vez políticas, sociales y económicas.
En el pasado, este tipo de crisis hubiese tenido como consecuencia un golpe de estado. Sin embargo, ahora –por grande que sea la crisis– no parece haber apoyo para soluciones de fuerza. De hecho, antes de que termine el año 2006, más de la mitad de la población de la región habrá acudido a las urnas para elegir nuevos gobernantes. Más aún, las Fuerzas Armadas aceptan sin mayor cuestionamiento la elección de Evo Morales en Bolivia.
GOBERNABILIDAD Y ESTABILIDAD
Por cierto, la democracia es débil en la región y muchos de los países y sus gobiernos, carecen de estabilidad y gobernabilidad. Sin embargo, el tema va mas allá de los llamados «Estados fallidos» (Haití) en los que nunca se han desarrollado instituciones que permitieran el adecuado funcionamiento social.
El tema de fondo es que si uno revisa los últimos años encuentra que en países como Bolivia, Argentina, Ecuador, Perú y otros, en las renuncias o caídas de mandatarios se han seguido procedimientos legales, hay libertad de prensa, y las Fuerzas Armadas no toman el poder como tampoco reprimen a quienes protestan contra los gobiernos, sino que se limitan a respaldar lo que establece la Constitución.
Así pasó en Argentina con la caída de De la Rúa, en Perú después de la salida de Fujimori, en Bolivia luego de las renuncias de Sánchez de Lozada y Mesa, como también con tres de los últimos gobernantes de Ecuador: Bucarám, Mahuad y Gutiérrez.
INTERVENCIÓN POR OMISIÓN
¿Qué significa este nuevo rol? Algo muy claro: un gobernante por impopular que sea, puede resistir un parlamento opositor, pero no hay forma que enfrente «un golpe de calle» sin apoyo militar. Lo importante de recalcar es que el resultado es el mismo en esos países, ya que sea por la vía activa o por la pasiva, los mandatarios se ven obligados a abandonar el poder.
Lo que ha cambiado es que las instituciones militares no están dispuestas a pagar el precio de reprimir para mantener en el poder a gobernantes impopulares o que ya no cuentan con los mecanismos como para resolver las crisis por vías institucionales. Sin embargo, el resultado es el mismo: el cambio de gobierno. En otras palabras, no es que no intervengan, sino que lo hacen por omisión.
DEMOCRACIAS DE BAJA CALIDAD
No deja de ser un gran paso adelante, desde el punto de vista de los derechos humanos. Sin embargo, en muchos países en crisis, siempre van a estar presentes los elementos para invitar a la aparición de soluciones no democráticas. De hecho, primero en Venezuela con Chávez, después en Ecuador con Gutiérrez y últimamente en Perú con Humala observamos lo mismo: un oficial de ejército con ambiciones políticas gana notoriedad con una rebelión, y después de la salida de prisión se postula para la Presidencia. También se nota en que, a pesar de todo, los militares argentinos siguen interesados en la inteligencia interna.
El tema de fondo es otro: mientras exista corrupción, falta de confianza en las instituciones y democracias de baja calidad, la tentación va a estar presente, sea por acción u omisión.
Publicado por:
jose luis alfaro
fecha: 20 | 11 | 2006
hora: 3:59 am
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parece ser que las fuerzas armadas han asumido una posicion de no intervencion.