Nelson Pilosof esboza unas breves reflexiones sobre la democracia en la era del conocimiento e Internet y afirma que la democracia auténtica sigue siendo el mejor sistema aplicable al desarrollo de la persona y a la convivencia comunitaria. Pilosof cree que no se puede vivir en democracia y asegurar su continuidad, sin estar alertas y dispuestos a defenderla de sus enemigos.
Nelson Pilosof es empresario y filósofo uruguayo. Preside el World Trade Center Montevideo.
DESDE SUS ORÍGENES Y ENTRE SUS FUNDAMENTOS ESENCIALES, la participación del pueblo, directa o representativa, es una de las razones de ser y sustento de toda democracia auténtica.
Varias son las formas ideadas para asegurar dicha participación, tanto en el proceso electoral como en el gobierno ejecutivo y parlamentario, así como también en el respaldo de la opinión pública a la marcha cotidiana de las sociedades democráticas, en sus variadas áreas.
LA PROTECCIÓN DEL CIUDADANO
El derecho a esta participación tiene respaldo constitucional y legal en cada régimen, de modo de asegurar que cada ciudadano sienta protegido su acceso al sistema, y obligue a quienes detenten el poder por mandato popular, a salvaguardar la vigencia y ejercicio de este derecho.
El sistema debería operar desde la sociedad hacia las estructuras y organismos de gobierno y conducción. La opinión y pensamiento de cada ciudadano es indispensable para que gobernantes y gobernados naveguen en la misma dirección, respetando las decisiones y selección establecidas libremente por las mayorías, y respetando siempre los derechos de las minorías.
LA INFORMACIÓN ES ESENCIAL
La conducción de los asuntos del Estado, si ha de mantener el espíritu y el compromiso determinado libre y democráticamente, debería asegurar una permanente información libre y una capacitación educativa que conduzca a que los ciudadanos sepan y formen sus respectivas opiniones. Informar es esencial. Enseñar a pensar libremente también lo es. Hay profunda diferencia entre ser pensante libre y ser repetitivo de pensamientos ajenos, sin tamizarlos adecuadamente en la trama de la reflexión y la lógica. Ciudadanos informados y que piensen y se expresen con libertad son el alma viviente de todo verdadero y sano sistema democrático.
La tolerancia y respeto a las discrepancias o entre puntos de vista inclusive divergentes y hasta contradictorios, son indispensables para que la democracia sea vigorosa y esté prevenida de los riesgos que imponen quienes tienen actitudes y perspectivas totalitarias y excluyentes de las que se pretende imponer por considerarlas ellos las únicas verdaderas y con derecho a predominar, de manera excluyente.
FERMENTO PARA LA DEMOCRACIA
Queda claro que la formación para la democracia debe realizarse desde el hogar hasta las instituciones educativas, pasando por los medios de comunicación y las asociaciones y segmentos que integran la sociedad, de acuerdo a los numerosos intereses que se van desarrollando.
La avidez por estar informado y el desarrollo de la capacidad de pensar y expresarse libremente son fermentos del espíritu de cada integrante de la comunidad democrática. La mantienen sana y rica culturalmente.
LA INFLUENCIA TECNOLÓGICA
Todas estas reflexiones vienen desde hace mucho tiempo, y deben seguir siendo impostergables y prioritarias. En cada época van recibiendo nuevas perspectivas y posibilidades, de acuerdo a los cambios y transformaciones que aparecen. La transformación tecnológica incide poderosamente en este proceso.
Desde Internet a otros medios de comunicación, estamos todos abiertos a recibir caudales enormes de información y opiniones, a los que es prácticamente imposible acceder en su totalidad. La selección se hace no sólo por opciones que cada uno elige, sino también por el peso avasallador con los que se nos transmiten por quienes quieren incidir en nuestras opiniones, preferencias de consumo, candidatos a ocupar posiciones de gobierno y otros organismos, y sobre una gama casi infinita de intereses y sectores culturales y de pensamiento.
¿MÁS OPCIONES?
El integrante de una sociedad democrática moderna, se encuentra en situación muy diferente al de otros tiempos. Tiene más información y más opciones. Pero no siempre se le ha preparado para elaborar criterios y pautas valorativas que le permitan usar estos logros de la mejor manera. Teniendo más, corre el peligro de ser apabullado en su libertad interior, y ser conducido, sin saberlo y sin suponer que lo están conduciendo, hacia derroteros que él mismo no habría elegido si pudiese usar sus criterios con tranquilidad y profundidad de pensamiento.
La tecnología puede ser usada con esas intenciones contradictorias de la libertad y del funcionamiento de la democracia. No todos los elaboradores de informaciones y opiniones, disfrutan ni inciden intencionalmente en la libre elección y el libre pensamiento de su público. Mucho de quienes inciden, prefieren que los ciudadanos no piensen libremente ni conozcan las informaciones tales como ellas son, sino como se las presenta, muchas veces deformadas o mutiladas.
LA BASE DEL CONOCIMIENTO
En definitiva, la información es base del conocimiento, y el conocimiento es de importancia gravitante para pensar y animarse a expresar lo que se piensa. Como la democracia asegura el derecho de todos y cada uno de sus integrantes a conocer y a pensar, los menos informados y quienes no han sido educados a usar correctamente el pensamiento, gravitan en los hechos con el mismo peso cuantitativo a la hora de tomarse las decisiones electorales y el integrarse a movimientos masivos, en los que en lugar del pensamiento propio, predominan los lemas concisos e impuestos por quienes se han arrogado la potestad de imponerlos a las masas, para que vayan en la dirección que ellos las quieren conducir. Prefieren aglutinar a la gente, en lugar de contribuir a formarlas con independencia espiritual.
PSICOLOGÍA DE MASAS
Comprobamos con qué creciente frecuencia las masas están sustituyendo a las personas. La masificación sustituye a la personalización. Cuanto más se pueda disimular las individualidades, mejor será para que las democracias dejen de ser el mundo del crecimiento de la persona, y la vayan convirtiendo en la expresión impersonal de las mayorías, conducidas por minorías que han sabido cómo llegar al poder democráticamente, y desde el poder deformen y desgasten las raíces, los valores y la filosofía libre de las verdaderas democracias. Nos estaríamos aproximando a nuevas formas de las viejas tendencias totalitarias, las cuales, en lugar de enfrentar a las democracias, pasan a socavarlas por dentro, para que se derrumben por falta del sustento moral y espiritual de los cuales realmente dependen.
Los voceros de este nuevo tipo de «democracia totalitaria» tienen distintos rostros, pero para quienes aun saben pensar y se animan a hacerlo y a expresarse con coraje y sin miedos, les traen reminiscencias de nefastos líderes que condujeron a los pueblos a terribles desgracias y confrontaciones.
EL MEJOR SISTEMA
La democracia auténtica sigue siendo el mejor sistema aplicable al desarrollo de la persona y a la convivencia interpersonal. Pero no está inmunizada contra este y otros peligros que la asaltan en cada tiempo.
No se puede vivir en democracia y asegurar su continuidad, sin estar alertas y dispuestos a defenderla de sus enemigos abiertos o solapados. Quien quiere realmente vivir en democracia debe luchar todos los días contra los peligrosos flagelos que la acechan. Se trata de una lucha en múltiples frentes, donde todos debemos defender el don de la democracia, sin esperar que otros lo hagan por nosotros.
Publicado por:
Oscar A. Mele
fecha: 13 | 05 | 2006
hora: 10:11 pm
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Los escritos del amigo rotario Nelson Pilosof son de gran objetividad en su contenido y demuestran su enorme capacidad para analizar temas de interés universal y suma actualidad, bajo su aguda óptica filosófica y saludable capacidad crítica.
El presente es de excelencia, pues aborda el tema de la Democracia en el Siglo XXI con gran profundidad y deja como inquietud el análisis de cada lector, despertando el interés de ahondar en el asunto tratado.
Como siempre demuestra su enorme capacidad de síntesis.
Gracias Safe Democracy Fundation.
Respetuosamente. Oscar A. Mele (Bahía Blanca – Argentina).