Por Ricardo Israel Zipper (para Safe Democracy)

Ricardo Israel Z. analiza por qué Evo Morales ha decidido nacionalizar los hidrocarburos, y dice que existen serias dudas de que la iniciativa vaya a enriquecer a Bolivia. Pese a ello, Israel Z. cree que la medida no ha sido ninguna sorpresa, y que se traducirá en un éxito político y económico de Morales en el corto plazo; lo más probable es que las multinacionales decidan que no vale le pena apostar por al fracaso de la iniciativa, sino que decidan que lo más importante es estar presentes donde haya gas y petróleo.


Ricardo Israel Z. es abogado y politólogo. Tiene un Ph.D. y un master en Ciencia Política de la Universidad de Essex y es Catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Chile. Dirige el Centro Internacional para la Calidad de la Democracia y la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chile. Preside el Comité de Fuerzas Armadas y Sociedad de la Asociación Mundial de Ciencia Política. Ha publicado decenas de libros y ensayos traducidos a varios idiomas y es conductor y comentarista de programas políticos e internacionales en Radio y TV.

LA DECISIÓN DE NACIONALIZAR LOS HIDROCARBUROS BOLIVIANOS sorprendió más por la forma que por el fondo, ya que Evo Morales lo había dicho una y otra vez en la campaña presidencial. Sin embargo, desde que asumió había optado por un estilo dialogante.

LAS FORMAS

De ahí que llamó la atención la forma que lo hizo, incluyendo la ocupación militar. La verdad es que en períodos de precio alto, los gobiernos acuden a medidas que refuerzan su rol. Lo hizo Estados Unidos con Jimmy Carter en los años setentas, vía impuestos extraordinarios. Lo han hecho recientemente Ecuador, Venezuela, Rusia y varios otros países más. De hecho, en otros períodos de precio alto, desde Venezuela a Arabia Saudita procedieron a avances nacionalizadores.

EL UNILATERALISMO
Pero, ¿cuál es la diferencia ahora? Que en las otras experiencias hubo esfuerzos negociadores. Entonces, ¿por qué optó Evo Morales optó por el unilateralismo?

Hay dos razones: la primera es económica, y consiste en que el gobierno boliviano apuesta a que en un período de precios altos y de demanda creciente, por lo que las compañías transnacionales van a optar por reducir sus ganancias a cambio de poder permanecer en el país; que si bien es un actor pequeño en el mercado mundial –la decisión prácticamente no alteró los precios mundiales–, posee las segundas reservas mas grandes de Sudamérica.

MANTENERSE EN EL PODER

El segundo motivo tiene que ver con la apuesta política: Bolivia debe abordar muy pronto su Asamblea Constituyente, y con la popularidad que siempre otorgan estas reivindicaciones, y con un ingreso mucho más alto para las arcas fiscales, Morales puede disponer de recursos que le faciliten un apoyo tal que le permitan una reforma institucional para su mantenimiento en el poder.

Además se dio en un contexto donde la popularidad del gobernante, aunque alta, comenzaba a descender, y donde se anunciaba una escalada en las protestas. Un escenario en el que además el presidente Morales debe neutralizar las tendencias autonomistas de Santa Cruz y otras zonas del país.

LULA, DOLIDO
Por supuesto que la apuesta puede fallar. No solo los países europeos se han sentido afectados (fundamentalmente España), sino también Brasil, principal inversionista y con una dependencia del gas boliviano que supera el 60 por ciento.

Lula debe estar muy dolido considerando que Morales optó por el «estilo Chávez» en la competencia por influencia y que por ser Petrobrás una empresa pública, es él quien responde directamente como gobernante.

Por su parte, no hay duda que Estados Unidos lo ha considerado como una provocación el hecho de que se haya anunciado inmediatamente después que se reunieran en La Habana, Castro, Morales, Chávez y Daniel Ortega.

Por lo demás, si las transnacionales no aceptan las condiciones y deciden acudir a tribunales internacionales, la situación puede ser extremadamente complicada para el gobierno boliviano, con embargos surtidos a propiedad y depósitos a través del mundo.

180 DÍAS DE GRACIA
Sin embargo, Evo Morales sabe que cuenta con 180 días de gracia, ya en que es difícil que las transnacionales tomen una decisión antes que se cumpla el plazo para optar por aceptar las condiciones impuestas o abandonar el país.

De hecho, ya obtuvo gran éxito tras la reunión con Kirchner en Puerto Iguazú; allí, Lula y Chávez se aseguraron ser parte del gasoducto sudamericano de Bolivia, en condiciones que siempre habían buscado, y que insistían que sin ellos era inviable.

En esta reunión, a cambio de asegurarles el abastecimiento a sus principales clientes, como Brasil y Argentina, éstos aceptaron iniciar negociaciones para incrementar el precio que pagan por el gas.

COMO EN LOS AÑOS SESENTAS
Por cierto: la iniciativa parece sacada de los sesentas. En el largo plazo, Bolivia carece de los recursos financieros para invertir. Y sin inversión, es posible que la producción no crezca, sino que disminuya.

¿Tendrá éxito la apuesta? No lo sabemos. Es dudoso que enriquezca al país, pero en el corto plazo va a obtener éxitos políticos. Y las transnacionales puede que decidan que no vale le pena apostar por al fracaso de la iniciativa, sino que lo que importa hoy es estar presentes en todo lugar donde haya gas y petróleo.