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África, entre la riqueza natural y la miseria

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Por Sagrario Morán (para Safe Democracy)

Sagrario Morán explica las causas que hacen de África uno de los continentes más ricos de la tierra en recursos naturales pero con la mayor cantidad de conflictos y persistentes violaciones de los derechos humanos. Para Morán, hay causas exógenas, como las injerencias externas del colonialismo y las multinacionales, y otras endógenas, como las guerras civiles, el laxismo en la gestión del bien público, la corrupción ejercida por sus dirigentes y el odio entre etnias, clanes y religiones que explican esta (trágica) situación. Morán repasa a continuación los avances y retrocesos de la mujer en varios de estos países y explica por qué es importante modificar la ayuda al Desarrollo.


[2] Sagrario Morán es especialista en conflictos armados, terrorismo y violencia política. Es profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Rey Juan Carlos I.

SI HACEMOS UN REPASO DEL CONTEXTO INTERNACIONAL (2005-2006) a partir de indicadores sobre conflictos, contextos de tensión, crisis humanitarias, procesos de paz y derechos humanos comprobamos la reducción de la cifra de guerras, golpes de Estado, la mejora de los derechos humanos y el aumento de los procesos de paz.

CASI TODO OCURRE EN ÁFRICA
Hoy persisten alrededor de 20 conflictos bélicos y otros 20 escenarios de tensión susceptibles de escalada. Llama la atención que la mayor parte de estos conflictos y la violación de los derechos humanos se vuelcan sobre el continente africano, una zona invadida por la miseria, la guerra y la corrupción ejercida por sus dirigentes así como la explotación sin pudor de sus materias primas, y las enfermedades como la malaria y la pandemia del Sida.

Pero todavía llama más la atención que todo esto ocurra en el continente que genera el 30 por ciento de la producción mundial de mineral, el 95 por ciento de diamantes, el 75 por ciento de oro, el 67 por ciento de cobalto, el 35 por ciento de potencia hidroeléctrica mundial y el 11 por ciento de petróleo.

[3] LA RIQUEZA QUE NO SE DISFRUTA
Cualquiera puede preguntarse: ¿qué necesidad tiene África de recibir ayuda? Pues toda, porque la riqueza de África rara vez la disfrutan sus habitantes.

Llama la atención que en Sierra Leona, un país con importantes reservas diamantíferas, la mayoría de sus habitantes, que carecen de luz eléctrica y agua corriente, no ha visto un diamante en su vida. De hecho, la fragilidad y pobreza por la que atraviesan gran parte de los países del continente negro no dejan de crecer. Varias son las respuestas que contestan a la pregunta sobre cómo se ha llegado a esta situación.

CAUSAS ENDÓGENAS Y EXÓGENAS
Como suele ocurrir en estos casos, es necesario distinguir entre causas exógenas y endógenas.

Entre las primeras, podemos destacar las injerencias externas como el colonialismo, que ha beneficiado siempre a la metrópoli. Por otra parte, las multinacionales han extraído y extraen las materias primas africanas con el beneplácito de sus dirigentes, quienes buscan incrementar el bienestar de Occidente, contribuyendo a engordar la fractura entre el Norte y el Sur.

Entre las causas endógenas –en el presente las mayores responsables de la situación de sangrado continuo que atraviesa el continente– contamos las guerras civiles, el laxismo en la gestión del bien público, la corrupción ejercida por sus dirigentes y el odio entre etnias, clanes y religiones.

[4] INDICADORES POSITIVOS
No obstante, podemos vislumbrar alguna luz en el túnel africano. El envío de fuerzas de pacificación a varios lugares como en Darfur (Sudán), Burundi y otros, el interés por inaugurar una nueva etapa económica con el programa NEPAD, Nuevo Partenariado para el Desarrollo de África, un programa al que se han apuntado 13 organizaciones económicas regionales africanas, la labor de la UA (Unidad Africana, sucesora de la OUA), empeñada en acelerar la integración política y socio-económica del continente y promover la paz, así como la importancia creciente de las mujeres en África, son indicadores positivos.

AVANCES EN LIBERIA, RUANDA Y SUDÁFRICA
En países con una historia reciente tan dolorosa como Liberia y Ruanda, las mujeres gozan de un nivel de participación sin precedentes en la política y las leyes. Ellen Johnson (Liberia) es la primera mujer elegida presidenta democráticamente en África.

Ruanda, que vivió un genocidio en 1994, se ha convertido en uno de los lugares más seguros de África.

[5] Otro ejemplo es Sudáfrica, un país que ocupa el 14º puesto en la clasificación internacional de mujeres parlamentarias.

LA HUMILLACIÓN DE LA MUJER
La otra cara de la moneda es que en África las mujeres padecen un grado de humillación y abuso por parte de los hombres, impensable en Occidente.

Un elemento especialmente siniestro que demuestra el grado de sumisión sexual de las mujeres es el fenómeno de la mutilación genital, que afecta a más de un millón de mujeres y niñas en 30 países africanos. Tres de cada cuatro mauritanas sufren la ablación.

MODIFICAR LA AYUDA AL DESARROLLO
La solución para los múltiples problemas por los que atraviesa África también precisa de medidas endógenas y exógenas. En ese sentido, aunque los programas estructurales apadrinados por organismos como el FMI o el Banco Mundial y las ayudas de las ONG deben continuar, es fundamental cambiar el concepto de ayuda al desarrollo que ha prevalecido hasta ahora.

Para ello es preciso que Occidente deje de mirar a África como abastecedora de materias primas baratas y fomente las inversiones sin trampas, capaces de dinamizar la economía africana con la ley de oferta y demanda aplicada con honestidad.

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