Por Piero Ignazi (para Safe Democracy)

Piero Ignazi explica cómo la crisis reciente en Oriente Medio ha puesto a prueba la orientación y la capacidad de toma de decisiones exteriores del nuevo gobierno de Romano Prodi en Italia. El nuevo enfoque –señala– es más balanceado y activo y ha ayudado a alcanzar el cese el fuego en el conflicto y a acordar el envío de tropas de paz a Líbano. Además, la postura italiana ha sido gratamente acogida por la mayoría de los países, incluidos Estados Unidos e Israel. Ignazi cree que la pregunta de fondo es: ¿se debe el éxito a una confluencia de circunstancias excepcionales, o representa el comienzo de una política exterior más activa, coherente y racional que llevará al país a un mayor status en la escena internacional?


Piero Ignazi es profesor de Política Comparada en la Universidad de Bologna. Ha estudiado en esta universidad, en la European University Institute (Florencia) y en el MIT. Dirige el Master de Relaciones Internacionales de la Universidad de Bologna. Su principal área de investigación es el sistema de partidos en toda Europa, con particular énfasis en los partidos de extrema derecha.

LA CRISIS RECIENTE EN ORIENTE MEDIO HA SIDO UNA PRUEBA sobre la orientación y la capacidad de tomar decisiones del gobierno de italiano de Romano Prodi en materia de política exterior.

El gobierno ha demostrado claramente un nuevo enfoque vis-à-vis el escenario en Líbano.

El desequilibrado enfoque del gobierno de Silvio Berlusconi de apoyo unilateral a Israel fue dejado de lado; prima ahora una política más tradicional de favoritismo igualitario a ambas partes del conflicto palestino-israelí.

REGRESO A LOS VIEJOS TIEMPOS
Este cambio –o mejor dicho regreso a los viejos tiempos– no fue ninguna sorpresa ya que estaba claramente expresado en el manifiesto electoral del centro-izquierda, pero la rapidez y la consistencia con la que el giro fue ejecutado sí causó asombro.

La decisión de forjar fuertes relaciones con ambas partes fue una precondición para el importante rol desempeñado por el gobierno italiano en la reciente crisis de Líbano. Y, a pesar de inoportunas declaraciones hechas por algunos funcionarios, el gobierno israelí cooperó bastante con la postura italiana.

La presidencia de la Organización de Liberación Palestina (OLP) y varios países árabes también expresaron su agrado por la nueva orientación.

INICIATIVA EN LAS DECISIONES
Confiando en su más equilibrada, y por lo tanto más sólida posición –conocida y aceptada incluso por la administración estadounidense– el gobierno italiano comenzó a sentar un nuevo precedente, llevando adelante una activa participación en la toma de decisiones internacionales.

El encuentro de Roma –promovido por el gobierno italiano– fue el primer paso hacia el llamado de un cese el fuego y hacia una resolución política.

Aunque no hubo resultados visibles inmediatos a la cumbre, la diplomacia italiana no se desanimó: con el enérgico impulso del ministro de Asuntos Exteriores Máximo D’Alema y gracias a las conexiones del primer ministro Romano Prodi –fue Presidente de la Comisión Europea– el gobierno italiano promovió y llevó adelante iniciativas para la resolución del conflicto.

DESPLEGANDO TROPAS
El éxito más relevante de esta política vino después del cese del fuego. El gobierno italiano expresó inmediatamente su disponibilidad para implementar la resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a través de una enorme participación de sus propias tropas. Y mantuvo su decisión aún después del (lamentable) cambio de postura de Francia que provocó un sinnúmero de críticas de la oposición francesa y que dejó perplejos a los analistas en todo el mundo.

En rigor de verdad, la única razón que forzó a Francia a comprometerse de lleno en la misión para mantener la paz, fue la absoluta y tenaz voluntad de Naciones Unidas de desplegar un importante contingente en Líbano y el llamado de la Unión Europea para un encuentro de ministros de Asuntos Exteriores.

¿UNA POLITICA EXTERIOR MÁS COHERENTE?
Pero lo que más se destacó del cambio de la política exterior fue el impresionante apoyo de Israel y de Estados Unidos a la decisión italiana de participar y liderar la UNIFIL II.

Estados Unidos e Israel son dos países cuyas políticas exteriores podrían haber sido afectadas por el cambio del gobierno de Romano Prodi. Pero su respaldo, así como la comprometida participación de la UE en la misión militar, representa una clara señal de apoyo para el gobierno de Italia.

La pregunta ahora es si tal éxito en la política exterior es el producto de circunstancias como la sorprendente armonía entre el primer ministro y los ministros de Asuntos Exteriores y de Defensa, o si se trata del comienzo de una política exterior más racional y coherente que posicionará a Italia en un nivel de mayor status internacional.

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