Augusto Zamora R. analiza el caótico escenario afgano y dice que la OTAN tiene escasas alternativas en el país. Puede seguir la estrategia de Estados Unidos en Vietnam, sumiéndose en una escalada militar para intentar derrotar a las fuerzas talibanes y a las tribus que les apoyan o, en cambio, puede destinar fondos multimillonarios al país, para privarlos de su base popular. Zamora R. cree que ambas alternativas no son posibles y sólo quedaría una tercera posibilidad: tragar el sapo de dialogar con los talibanes, con el fin de lograr un acuerdo de paz que ponga solución a veintiséis años de guerra en Afganistán.
Augusto Zamora R. es profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido abogado nicaragüense ante la Corte Internacional de Justicia entre 1983 y 2001. Es columnista del periódico El Mundo. Su última obra es «La paz burlada. Los procesos de paz en Centroamérica» (Editorial Sepha, Madrid, 2006).
LOS PARTES DE GUERRA DE LA OTAN EN AFGANISTÁN recuerdan cada vez más los divulgados por Estados Unidos durante la guerra de Vietnam. 500 vietcongs muertos y dos soldados estadounidenses heridos; Tropas de Estados Unidos retoman el control de Hue, etc.
Los propagandistas militares querían, con aquellos comunicados triunfalistas, cambiar los hechos para que encajaran en lo que los políticos proclamaban desde Washington. Que iban ganando la guerra, que sólo morían vietnamitas y que sus tropas marchaban a paso de vencedores. Para corroborarlo, los bombarderos B-52 y las decenas de miles de piezas de artillería laminaban el territorio vietnamita, en uno de los mayores genocidios perpetrados en el planeta desde los tiempos de Adolf Hitler.
DURA RESISTENCIA
Un sabor similar dejan las notas de la OTAN, cuando, por ejemplo, anuncian la muerte de 500 talibanes durante la Operación Medusa, en el sureste del país, seguida de sucesivos comunicados informando del aniquilamiento de otros centenares de talibanes más. Las notas informativas no fueron seguidas de elementos que probaran la verdad de tantas muertes. No hay una sola fotografía, como tampoco documentos ni testigos. Los talibanes desmintieron a la OTAN, afirmando que se trataba de propaganda.
Certeza plena tienen otros hechos:
1) La OTAN ha requerido con urgencia más tropas y medios materiales, después de reconocer que la resistencia que enfrentan es más dura de lo que habían calculado.
2) Las bajas de las fuerzas extranjeras occidentales no cesan de aumentar, sumando más de 130 soldados muertos en lo que va de 2006.
El significado de la cifra se apreciará mejor si se toma en cuenta que, en 2001, año de la invasión y ocupación de Afganistán, perecieron en total 12 soldados estadounidenses. Desde entonces las cifras de bajas no han dejado de crecer (en 2005 murieron 129 soldados), confirmando que la resistencia interna a la ocupación extranjera, lejos de debilitarse, se fortalece año con año.
OPERACIÓN MEDUSA
Otro aspecto que recuerda Vietnam es el creciente número de abusos y de víctimas civiles. La Operación Medusa provocó el desplazamiento de unos 50.000 afganos de las zonas de combate. Según Amnistía Internacional, más de 1.000 civiles murieron en ataques efectuados por las fuerzas estadounidenses y de la Coalición y por grupos armados. Denunció también que las fuerzas de Estados Unidos siguieron llevando a cabo detenciones arbitrarias y recluyendo por tiempo indefinido a los detenidos.
A esta situación se suman las presiones sobre los refugiados para que retornen a Afganistán, no obstante los riesgos existentes y la miseria general del país.
LOS SEÑORES DEL OPIO
Fruto de la miseria y del caos, la producción de opio se ha duplicado en el último año, y Naciones Unidas alerta que su producción inundará Occidente. El cultivo y comercio de esta droga es una de las cuestiones cardinales del conflicto afgano.
La pobreza empuja al campesinado a cultivar amapolas, pues la falta de inversiones y el desempleo no dejan opción. La destrucción de cultivos genera hambre y rencor y ambos benefician a los talibanes y los señores de la guerra, convertidos en traficantes.
Los países de la OTAN, enredados en las crisis de Irak y Líbano, no están dispuestos a proporcionar fondos para enfrentar la situación, dejando libre el camino a los talibanes. Si a ese panorama amargo se añade que ellos pagan cuatro veces más a sus combatientes con relación a lo que paga el ejército afgano, se puede distinguir que la ventaja en salarios también es suya.
ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
Tal situación deja a la OTAN escasas alternativas. Puede seguir la estrategia de Estados Unidos en Vietnam, sumiéndose en una escalada militar para intentar derrotar a las fuerzas talibanes y a las tribus que les apoyan. Puede, asimismo, destinar fondos multimillonarios al país, para privarlos de su base popular.
La primera alternativa podría descartarse, pues ningún país europeo se muestra dispuesto a ir más allá de lo que ha ido hasta ahora en ese campo. La segunda también, pues tampoco hay gobiernos dispuestos a dilapidar fondos públicos en el agujero afgano.
MÁS DE LO MISMO
Quedaría una tercera: tragar el sapo de dialogar con los talibanes, con el fin de lograr un acuerdo de paz que ponga solución a veintiséis años de guerra en Afganistán. El problema es que nadie querría, por ahora, tragar ese sapo, de forma que no está en la agenda de nadie.
¿Qué alternativas quedan? Seguir con lo mismo. Más guerra y destrucción, debido al empate técnico en el campo de batalla. Viendo lo que ocurre en Afganistán (al igual que en Irak y Líbano), cabe pensar que Europa, adocenada por Estados Unidos, ha extraviado el sentido común y la cordura.
Malo para Europa y malo para el mundo pero, sobre todo, malo para los afganos, condenados a seguir en el infierno.
Publicado por:
Rocío Martin
fecha: 21 | 09 | 2006
hora: 5:46 pm
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Es posible negociar con los talibanes???
Publicado por:
Ronald C. Stern
fecha: 22 | 09 | 2006
hora: 12:33 pm
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Otra sucesión de lugares comunes y de consignas, sin aportar ninguna alternativa práctica, ni ninguna visión positiva. Es lamentable que personas que no aportan nada positivo, se dediquen a la enseñanza, fomentando ideas catastrofistas, creando culturas ‘anti’.
NO SÉ DE QUÉ VA, PERO ME OPONGO. Papel y tinta para nada.
Publicado por:
Walter
fecha: 23 | 09 | 2006
hora: 5:36 am
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Al ¿docente? lo antecede su antinorteamericanismo y perversamente le deseo un mundo gobernado por los talibanes, para que luego les explique a ellos qué son los derechos humanos, a ver si puede, entablar un diálogo y explicarles de paso que las mujeres tambien pertenecen al género humano y que como tales también tienen derecho a estudiar y hacerse tratar por un médico cuando lo necesiten. Que les explique que una fotografía no ofende a D’s, que la música es buena para el alma y que para ser civilizados no hay que destruir monumentos arqueológicos.
Insisto, su antinorteamericanismo lo deja ciego y lo lleva a aceptar la existencia de estos regímenes que alguien que se precie de democrático, no puede aceptar e absoluto.
Publicado por:
Jorge Eduardo Aldao
fecha: 10 | 10 | 2006
hora: 10:15 pm
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Las críticas que anteceden demuestran la ignorancia de sus autores.
Los talibanes son una consecuencia directa de la política de Estados Unidos que, para «moverle el piso» a la Unión Soviética, ocupante de Afganistán en la década del ’80, se dedicó a proveer armas y entrenamiento militar a los mujahedinnes de ese país (luego denominados talibanes) para que estos se hicieran con el control de Afganistán y expulsaran a los rusos.
A esos, que escriben sin tener conocimientos, les recuerdo que Ronald Reagan llamaba «luchadores de la libertad» a los afganos que hoy combaten a USA y a la OTAN y que el muy yanqui Sylvester Stallone, en Rambo III luchaba, codo a codo, con esos mujahedines/talibanes y que en los anuncios de esa película, allá por el año 1988, aparecía un subtítulo que decía «dedicada al valiente pueblo de Afganistan».
Queda claro que no me gusta lo que hacen los talibanes ni su fundamentalismo religioso, pero hay que ser honesto y reconocer que ese fundamentalismo islámico es la tercera respuesta que los pueblos de Medio Oriente ensayan contra la despiadada colonización de Occidente.
La tragedia que hoy nos ocupa no comenzó recientemente sino a principios del siglo pasado, cuando Inglaterra, Francia y Alemania (despues sustituidas por USA y Rusia) colonizaron esos países para apoderarse de sus recursos naturales.
Y, para ello, las potencias europeas, cuando abandonaron la región, colocaron como gobernantes a monarcas corruptos y autoritarios que le garantizaran la provisión de petróleo barato.
Cuando esos pueblos comprendieron que con esos monarcas no ganarían nada, ensayaron una «salida nacionalista», progresista y razonablemente moderada de la que Nasser fue un claro exponente.
Luego, ante el fracaso de los nacionalismos, ensayaron la vía del socialismo prosoviético que, tampoco, ayudó a mejorar la vida de esos pueblos.
Y, por ello, el tercer intento ha sido el del fundamentalismo islámico que dio comienzo claro con la Revolución Islámica en Irán del Ayatollah Khomeyny y que es lo que ha demostrado tener más fuerza para oponerse a Occidente.
Debe recordarse que el Ayatolla Khomeyni fue transformado por los iraníes en su salvador, luego de que la CIA y la Inteligencia Británica depusieran al muy democráticamente electo Primer Ministro iraní Mosadegh, porque éste quería nacionalizar el petróleo de dicho país.
Y porque, en su lugar, colocaron al corrupto y cruel Sha Rezah Palhevi, quien mantuvo a los iraníes en la pobreza sometiendo a la oposición política, que buscaba la democracia, por medio de los secuestros, torturas y asesinatos de la temible policía secreta iraní, la SAVAK.
El Sha Reza Palhevi contó con el apoyo de todo Occidente y cuando se coronó «Emperador de Persia», a su coronación asistieron presidentes y reyes de todos los países occidentales, demostrando así su complicidad con ese régimen criminal.
la brutalidad del Shah hizo que Khomeyni terminara llegando al poder en Iran y diera comienzo al fundamentalismo islámico.
Pero la imbecilidad de los líderes de Occidente no tiene límites.
Porque, cuando la Revolución Islamica de Khomeyni se adueñó de Irán, los norteamericanos, los franceses, los ingleses y los rusos no tuvieron mejor idea que darle armas, incluídas las químicas, a Saddam Husssein, con el objeto de que declarara la guerra a Iran y despusiera a Khomeyni.
En esa larga guerra Irak-Iran, que duró 8 años con cientos de miles de muertos y heridos y que terminó en una especie de «empate técnico», se afianzó el odio de los musulmanes a Occidente y la consideración de que lo único que puede ganarle a las «democracias» occidentales es el fundamentalismo religioso.
Y los imbéciles líderes occidentales, que armaron a los talibanes contra la Unión Soviética y a Saddam Hussein contra Khomeyni, no se imaginaron que luego, con las mismas armas entregadas por Occidente, se mataría a los soldados yanquis y de la OTAN que siguen buscando el control de esa vital región del mundo.
Si se desea que vuelva la democracia a esos países, lo primero que debe hacerse es dejar de explotar sus recursos naturales en beneficio de las potencias occidentales y permitirles que desarrollen un lento proceso de democratización donde, gradualmente, esos pueblos vayan olvidando el legítimo odio contra todo lo que huela a Yanqui.
Eso exige negociar con los talibanes y es lo que propone sensatamente el autor, aunque reconoce que será «tragarse un sapo», pero no hay otro camino.
Publicado por:
Jorge E. Gómez
fecha: 29 | 11 | 2006
hora: 1:26 pm
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Hola,
Tengo entendido que EEUU, España y Gran Bretaña son países que pertenecen a la OTAN…Básicamente, creo que la premisa del presidente norteamericano puede ser correcta, siempre y cuando los talibanes sean realmente los artífices de los atentados de NYC., Madrid o Londres…Dicha comprobación, actualmente es relativa, partiendo de la base que Bin Laden pueda representar toda parte del movimiento talibán (como otrora fuese agente de la CIA). Es bastante complicado conocer los verdaderos intereses norteamericanos en la zona, pero si la relación Afgana y los atentados resulta ser válida, la premisa de Bush («un ataque contra un país miembro es un ataque a la Alianza») no deja de tener cierto fundamento.
Otra cuestión sería que Europa se replantease dicho concepto de bilateralidad en la Alianza (al igual que las opiniones de los otros dos países que han sufrido los atentados…).
Un saludo,
JEG.-
JEG.-