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La inviabilidad de las Fuerzas Armadas del Sur

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Por José Luis Martínez (para Safe Democracy)

José Luis Martínez crítica la controvertida propuesta del presidente venezolano Hugo Chávez de fusionar las Fuerzas Armadas de los países de Sudamérica y dice que los líderes políticos y militares de Brasil, Chile, Colombia y Perú no apoyan la iniciativa. José Luis Martínez cree que esta idea nada tiene que ver con la posible creación de una OTAN sudamericana, sino que esconde el deseo de Chávez de formar un ejército a su medida. En cualquier caso, se trata de un proyecto inviable.


[2] José Luis Martínez es periodista, editor y analista de política internacional del diario La República de Montevideo. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Diplomado en Estudios Europeos y Relaciones Unión Europea, América Latina y el Caribe de la Universidad Miguel de Cervantes de Chile. Asimismo, es graduado en Planificación y Administración de Recursos de Defensa en el CHDS, Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos. Ha publicado varios libros sobre política y conflictos internacionales.

EN SU ÚLTIMO INFORME ANUAL THE MILITARY BALANCE el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos [3], con sede en Londres, indicó que las alianzas y pactos en materia de seguridad en América Latina están sometidos a un proceso de cambios.

Impulsados en gran parte por la política de izquierdas y el sentimiento contrario a Estados Unidos, estos cambios son fácilmente apreciables en los gobiernos de Venezuela y Bolivia, dos fieles seguidores del régimen de Fidel Castro.

El presidente Hugo Chávez –ex comandante paracaidista que estuvo en prisión por un intento de golpe de Estado– tiene entre sus planes liderar la fusión de las Fuerzas Armadas de la región, en el marco de su guerra mediática contra Washington. El mandatario lanzó la idea en medio de un desfile militar con motivo de la conmemoración de 195 años de la independencia de Venezuela, ante la presencia de varios de sus colegas del MERCOSUR y a pocas horas de sumarse, como el nuevo socio rico.

UNÁNIME OPOSICIÓN
La propuesta generó rechazos. Brasil, Chile, Colombia y Perú no apoyan esta iniciativa del presidente venezolano para liderar la región.

Las Fuerzas Armadas constituyen un elemento esencial de la soberanía de los Estados y ningún país quiere dejar de tenerlas, aunque cada vez se avance más en ejercicios conjuntos, intercambios y compatibilización de doctrinas, al influjo de las misiones de cascos azules de Naciones Unidas.

El ex presidente uruguayo, Luis Alberto Lacalle, consideró muy grave la propuesta. Realmente creo que esto es otra forma de atentar contra la independencia del país y no le arriendo la ganancia a los nuevos jefes de las Fuerzas Armadas uruguayas que se encuentran ante esta propuesta que no podemos aceptar, dijo. Y añadió: Si nos opusimos a las bases estadounidenses en su tiempo ahora tampoco queremos bases de otro tipo, ni dependencia militar con Brasil o con Argentina.

RECHAZO DE MILITARES Y DIPLOMÁTICOS
La idea de un Ejército del MERCOSUR ha erizado los pelos de los militares y diplomáticos de la región, opinó otro ex presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, quien sostuvo que esperaba que Brasil pusiera paños fríos a las calenturientas propuestas.

Sin embargo, el presidente de la Comisión Permanente del MERCOSUR, Carlos Álvarez, sugirió que podría desarrollarse una estrategia de defensa común en lugar del Ejército que pretende el nuevo socio.

Si tenemos la capacidad de identificar intereses comunes y a punto de partida de la identificación de los intereses comunes, podemos entender que los intereses de unos terminan siendo intereses de todos, habrá que ver cuál es la forma de defenderlos en forma integrada, alegó el viceministro de Defensa de Uruguay José Bayardi.

[4] ADQUISICIONES MULTIMILLONARIAS
Hugo Chávez –quien no tiene intención de dejar el poder– realizó la propuesta mientras revistaba en Caracas sus blindados Urutu comprados a Brasil, reacondicionados y armados con cañones de 20 milímetros. Pasó revista también a 12 mil soldados armados, con parte de las compras realizadas a Moscú por unos 3.000 millones de dólares, que comprenden 24 aviones cazabombarderos Sukhoi 30MK, 53 helicópteros MI-17 y MI-35, y 100.000 fusiles Kalashnikov AK-103.

El acuerdo con Rusia también incluye la instalación y equipamiento en Venezuela de fábricas de armas y municiones para abastecer al país y, eventualmente, para su exportación. Paralelamente, Caracas destinó unos 2.200 millones de dólares para negociar con España la adquisición de ocho barcos patrulleros –cuatro guardacostas y cuatro oceánicos–, diez aviones de transporte C-295 y dos de vigilancia marítima C-195.

[5] OTAN A LA SUDAMERICANA
Pero la idea de fusionar las Fuerzas Armadas de la región ya había sido esgrimida con anterioridad. El pasado 30 de junio, el general Raúl Isaías Baduel fue ascendido y designado en la cartera de Defensa. En medio de abrazos, el mandatario venezolano le indicó que estuviera listo para la misión de integrar el comando del Ejército del MERCOSUR.

La idea es compartida también por el ministro venezolano de Participación Popular y Desarrollo Social, el general Jorge García Carneiro, quien es firme impulsor de una organización como la OTAN, pero en Sudamérica.

Pero la OTAN –la alianza militar más importante que existe–, con más de medio siglo de existencia, no unifica sus Fuerzas Armadas, sino que les asigna misiones dentro de una estructura conjunta.

EL IMPULSOR DE LA INICIATIVA
Otro impulsor de la iniciativa es el politólogo Heinz Diertich Steffan, marxista alemán radicado en México –asesor del subcomandante Marcos y de Fidel Castro–, que se ha mostrado partidario de la fusión de las Fuerzas Armadas en sus análisis.

Dietrich Steffan, ha mencionado en sus diagnósticos –como hipótesis de conflicto– guerras asimétricas de cuarta generación, conflictos regionales con participación de Estados Unidos, golpes de Estado y acciones subversivas o separatistas.

Para este politólogo marxista, el poder del bloque debe estar basado en la guerra de todo el pueblo, el desarrollo de la industria bélica básica para armas ligeras e, incluso, en un stock de armas nucleares disuasorias.

[6] LA IZQUIERDA ARMADA
¿Cañones o mantequilla?, se preguntó el economista Paul A. Samuelson. Esa maniquea disyuntiva que ha confundido por décadas el debate político sobre el gasto en Defensa versus el presupuesto destinado a sectores como salud, educación y vivienda vuelve al primer plano hoy con la propuesta de Chávez. Y más aún en el momento en que numerosos países de Latinoamérica se han lanzado a la carrera armamentista.

Los gastos militares en la región se incrementaron un 7,2 por ciento en 2005, mientras que en Europa disminuyeron en un 1,7 por ciento. Todo indica que la tendencia al incremento se mantendrá este año de la mano de Chávez, según proyecciones del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos y del Instituto Internacional de Investigación para la Paz en Estocolmo.

Temas económicos, fronterizos y liderazgos generan tensiones al interior de la Comunidad Andina y del MERCOSUR.

Problemas de límites, de suministro de combustible e incluso de diferencias ideológicas pesan en las relaciones políticas y militares. La idea de Hugo Chávez de fusionar las Fuerzas Armadas de América del Sur a su medida es completamente inviable.

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