Por Silvia Escobar (para Safe Democracy)

Silvia Escobar dice que la verdadera democracia consiste en que la sociedad, en su conjunto, renuncie a la pasividad y participe activamente en la vida política del Estado. Escobar cree que la sociedad debe de exigir el cumplimiento de sus derechos a los gobiernos, así como políticas progresistas que contribuyan a desvanecer las estructuras que dividen, amenazan y oprimen al mundo ya que Derechos Humanos y seguridad son inseparables. El multilateralismo eficaz de la política exterior española es una apuesta en este camino.


Silvia Escobar es embajadora para los Derechos Humanos de España. Ha sido la primera presidenta de Amnistía Internacional en Madrid y vice presidenta de la Fundación CEAR, Consejo de apoyo a los refugiados. Fue concejala de Madrid y directora de Servicios Sociales de la Cruz Roja.

DIVERSAS IDEOLOGÍAS PROPUSIERON en el pasado soluciones a las grandes cuestiones de su tiempo. El patriarcado, la religión, el capitalismo y la democracia, fueron, respectivamente, la respuesta a realidades biológicas que parecían inmutables, al intento de desentrañar el significado de la vida, al logro de medios de producción más eficientes, o al anhelo de un mejor gobierno.

La discriminación de las mujeres, el fanatismo religioso, la pobreza, la corrupción, son ejemplos que representan el lado oscuro de aquellas soluciones. El paro y la precariedad lastran el progreso económico.

La fragilidad del mundo laboral, y la ausencia de políticas de integración acertadas, dan lugar a sentimientos xenófobos que constituyen una amenaza para la convivencia. Nos castiga el terrorismo, que combatimos precisamente porque estamos a favor de los derechos humanos. Seguridad y derechos humanos son inseparables.

LA IMPORTANCIA DE LA SOCIEDAD CIVIL
Sin embargo, la historia está radicalmente abierta. Nadie puede garantizar un futuro mejor –mayor justicia, más cooperación, menos violencia– pero cabe una esperanza racional siempre que la sociedad en su conjunto abandone la pasividad y participe en la vida política. En eso consiste la verdadera democracia, ya que sin sociedad civil nunca se han realizado avances. Esta participación es especialmente factible hoy, con la posibilidad del acceso a la información que tiene como consecuencia lo que Ignacio Ramonet denomina como la tiranía de la comunicación.

La sociedad civil puede y debe exigir de los poderes públicos políticas más acordes con los valores progresistas en que debe asentarse el orden mundial. Un orden donde las Naciones Unidas, con todas sus imperfecciones, sean el árbitro de la legalidad internacional.

La ONU tuvo un papel esencial en el siglo XX, al deslegitimar el racismo, promover la idea de desarrollo e igualdad de género, al acabar con el colonialismo así como en tantas otras cuestiones.

MULTILATERALISMO EFICAZ
El multilateralismo eficaz es una apuesta de la política exterior española como lo es la defensa de los derechos humanos, de las libertades, de los derechos económicos y la cooperación al desarrollo. Defender los derechos humanos es dar sentido a términos desactivados por el cinismo o la demagogia.

En una sociedad democrática, se deben de exigir a los gobiernos políticas progresistas, asentadas en los valores en los que se entroncan los derechos humanos de forma que las estructuras que dividen, amenazan y oprimen al mundo se vayan desvaneciendo, como lo hicieron la esclavitud, el feudalismo, el derecho divino de los reyes, los caudillos por la gracia de dios, los imperios coloniales, el fascismo o el estalinismo. Los poderes hegemónicos son siempre transitorios. No lo es la historia de la lucha por la emancipación del hombre.

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