Por Ricardo Israel Z. (para Safe Democracy)

Ricardo Israel Z. dice que Chile ha logrado importantes éxitos con su diplomacia económica, tras el retorno a la democracia, en 1990, estableciendo Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, Corea del Sur, Japón, China y uno de Asociación con la Unión Europea (el próximo en camino es la India). Sin embargo, Israel Z. cree que Chile continúa teniendo algunos problemas con sus vecinos (Perú, Bolivia y Argentina) por razones que hoy no le son directamente atribuibles (petróleo y gas).


Ricardo Israel Z. es abogado y politólogo. Tiene un Ph.D. y un master en Ciencia Política de la Universidad de Essex y es Catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Chile. Dirige el Centro Internacional para la Calidad de la Democracia y la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chile. Preside el Comité de Fuerzas Armadas y Sociedad de la Asociación Mundial de Ciencia Política. Ha publicado decenas de libros y ensayos traducidos a varios idiomas y es conductor y comentarista de programas políticos e internacionales en Radio y TV.

CON EL RETORNO A LA DEMOCRACIA, a partir de 1990, Chile se ha dedicado con particular empeño a la llamada diplomacia económica. Es así como tiene un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, otro con Corea del Sur y uno de Asociación con la Unión Europea.

Se han añadido TLCs con Japón y la República Popular China. India debiera ser la siguiente.

Si se examina esa lista de países de acuerdo a su participación en el comercio mundial, Chile tiene relaciones privilegiadas con quienes representan el 86 por ciento del PIB mundial.

PROBLEMAS EN EL BARRIO
No hay duda que Chile ha tenido éxito en este aspecto. El consenso del país al respecto es entendible: más de la mitad de lo que los chilenos ganan y consumen está determinado por el intercambio internacional, tanto que este pequeño país es hoy el cuarto usuario mundial del Canal de Panamá. Sin embargo, su mayor problema de seguridad es la falta de petróleo y gas.

¿Dónde han estado los problemas de la diplomacia chilena?

En el barrio: América Latina. En algún momento la responsabilidad fue de los chilenos, sobre todo en la década del noventa, donde se actuó con arrogancia, presentándose a sí mismo como un lugar donde la transición política había funcionado bien y la economía crecía aceleradamente. Seguramente, no debe haber caído bien.

MAYOR HUMILDAD
Sin embargo, se aprendió la lección y Chile empezó a actuar con humildad, alejándose de toda pretensión de representar un modelo, una actitud casi escandinava. En ese sentido, sin ser miembro pleno, es asociado del MERCOSUR y de la Comunidad Andina de Naciones (desde donde había salido en 1976), más por motivos políticos que económicos, dadas las debilidades de ambos bloques.

Chile sigue teniendo problemas en la región, pero por razones que hoy no le son directamente atribuibles. Nada representa mejor sus dudas que la tremenda división interna en torno a la decisión de si vota por Venezuela o por Guatemala para el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Ello es llamativo en un país que se caracterizaba por dos activos: unidad en su política exterior y el adecuado funcionamiento de sus instituciones.

PÉRDIDA DE CONFIANZA CON ARGENTINA
Chile debería tener una relación privilegiada con Argentina y esa fue la idea detrás de la solución de los diferendos limítrofes y de la apuesta chilena para modificar –bajo Carlos Menem– su matriz energética desde la hidroelectricidad al gas.

Y ahí se ha quebrado un pilar fundamental de esta relación que es la confianza, toda vez que el gobierno de Néstor Kirchner no ha cumplido con los acuerdos firmados, asegurando que Argentina carece del gas suficiente como para ser una nación exportadora.

¿LUNA DE MIEL CON BOLIVIA?
Con Bolivia se vive una especie de luna de miel dada la moderación mostrada por Evo Morales en torno a la pretensión de tener una salida soberana al mar, en territorios que Chile conquistó en la Guerra del Pacífico del siglo XlX.

Sin embargo, se mantiene la prohibición absoluta para que ni una molécula de gas boliviano llegue a Chile.

Aquí se da una situación de difícil salida ya que –al igual que en Oriente Medio– una parte espera de la otra algo que no está dispuesta a concederle.

Bolivia espera que Chile le entregue una franja de mar; y Chile que los bolivianos se olviden de su reivindicación histórica.

PROBLEMA DE FRONTERAS CON PERÚ
Por su parte, ha habido un mejoramiento con Perú desde que asumió Alan García, pero tarde o temprano existe un tema de fondo donde Perú va a llevar a Chile a tribunales internacionales, ya que cuestiona reglas que para Chile están totalmente resueltas, como son las fronteras.

Me refiero a las fronteras marítimas, ya que Perú argumenta que lo único que está acordado son las terrestres, pero que hay miles de millas marinas que le pertenecerían.

En otras palabras, Chile ha sido exitoso en tener buenas relaciones con el primer mundo, pero su diplomacia ha fracasado en sus relaciones con los vecinos.

Chile tiene problemas en la región. No busca ni pretende liderazgo, sin embargo, tampoco ha logrado respeto por sus logros como país.

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