Por qué debe Israel negociar con Damasco
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Mario Sznajder pregunta ¿Quo Vadis Ehud Olmert?, en relación a los palestinos, al fracaso de los objetivos perseguidos y, sobre todo, a la no negociación con los sirios, y dice que la misma asume niveles de incertidumbre poco comunes en la política israelí. Sznajder cree que el primer ministro, Ehud Olmert, debe definir una estrategia política y avanzar en las negociaciones con Damasco. A continuación, explica por qué.
[2] Mario Sznajder es profesor titular de la cátedra Leon Blum en Ciencia Politica de la Universidad Hebrea de Jerusalén e investigador asociado del Instituto Truman para el avance de la paz. Ha publicado un centenar de artículos en publicaciones científicas sobre fascismo, derechos humanos, democracia y Oriente Medio.
LA RESPUESTA POLÍTICA a la pregunta ¿Quo Vadis Ehud Olmert? asume niveles de incertidumbre poco comunes en la política israelí.
Tras abandonar el programa de retirada unilateral, a raíz de los resultados de la guerra de Líbano en el verano (boreal) pasado, Ehud Olmert reasumió las consabidas –y rituales– declaraciones sobre la vocación de paz de su gobierno.
OBJETIVOS SIN ALCANZAR
En el frente palestino, el (presunto) cese del fuego se ha convertido en un acto unilateral en el que Israel no responde militarmente a los misiles Kassam –más de 40 desde el comienzo del cese del fuego– que continúan siendo disparados diariamente desde Gaza.
Si el cese de la violencia tenía por objetivo político promover un gobierno palestino de unidad nacional que neutralizara el poder de Hamás –obtenido en base a los resultados de las elecciones de enero de 2006– el objetivo no ha sido logrado.
Si la meta era lograr la liberación del soldado israelí (secuestrado por el brazo armado de Hamás hace medio año), a cambio de prisioneros palestinos, tampoco se ha logrado éxito en esta cuestión.
[3] SIN AVANCES CON LOS PALESTINOS
La crisis política palestina parece ser más profunda que nunca, y aunque la guerra civil entre Al Fatah y Hamás no estalla, la violencia no se detiene. La decisión del presidente palestino Mahmoud Abbas de llamar a elecciones parlamentarias y presidenciales adelantadas (dentro del marco de sus facultades constitucionales) sólo parece exacerbar los ánimos.
Ehud Olmert no logra avanzar en las negociaciones con los palestinos a pesar de haberse reunido durante una hora con Abbas hace pocos días, en la tan anunciada reunión que debía reiniciar las negociaciones entre las partes. En relación a los palestinos, la pregunta sobre cuál es la dirección política de Ehud Olmert sigue sin una respuesta clara.
Bajo presión de la oposición –pero también de varios ministros de su propia coalición de gobierno– el primer ministro de Israel debe decidir si continúa manteniendo el cese del fuego (unilateral) en la frontera de Gaza, frente a los misiles que son disparados diariamente, o si regresa a las fallidas respuestas militares.
EL MODELO DE EGIPTO Y DE JORDANIA
Pero todo esto depende directamente de otra cuestión: ¿hacia dónde se dirige Ehud Olmert frente a las declaraciones del presidente sirio Bashar Assad quien ha hablado de reiniciar incondicionalmente el proceso de paz entre ambos países?
Debe recordarse que desde principios de los años noventa, todos los primeros ministros de Israel –Shamir, Rabin, Peres, Netanyahu, Barak y Sharon– han explorado la posibilidad de negociar una paz entre Israel y Siria: la devolución de la meseta del Golán a Damasco a cambio de la firma de un tratado de paz semejante a los que existen con Egipto y Jordania.
[4] ¿PAZ OBTENIBLE?
Es verdad que las negociaciones no produjeron el esperado tratado, ni tampoco la devolución territorial, pero en varias ocasiones se avanzó seriamente en relación a una paz posible, al punto de concebirla como obtenible.
Ehud Olmert ha rechazado de plano –al menos públicamente– las aperturas sirias, alineándose más que ningún primer ministro israelí anterior con la posición del presidente George W. Bush subordinando así los intereses de Israel a la teoría de que con Siria, parte del eje del mal, no se negocia.
Esto, pese a la derrota electoral republicana en las últimas elecciones al congreso y al senado estadounidense y al informe de la Comisión James A. Baker y Lee H. Hamilton sobre Irak (The Iraq Study Report, reporte completo en inglés [5]) que recomienda negociaciones con Siria.
[6] LAS IMPLICANCIAS DEL NO DIÁLOGO
Hay que recordar que a lo largo de los años, los estudios realizados por la estructura militar y de seguridad israelí han señalado la necesidad de que Israel debe negociar con Siria para estabilizar este frente.
Las implicaciones de la posición de Ehud Olmert (al decidir no negociar con Siria) son claras: refuerzo del eje Teherán-Damasco, cuyos resultados a mediano plazo sólo generaran violencia terrorista, militar o del tipo que sea. Irán, por su parte, financiará a Siria para que Damasco renueve y modernice sus fuerzas armadas. Siria seguirá apoyando las iniciativas anti-israelíes de Hezbolá en Líbano y regulará la tensión en esta zona a través del complejo escenario libanés. Khaled Mashal, el verdadero líder de Hamás, seguirá operando desde Damasco sobre Gaza, Cisjordania y las relaciones israelíes-palestinas en base a la teoría de que sólo la lucha armada resuelve el conflicto israelí-palestino a través de la destrucción de Israel.
Pero por sobre todo, el no intentar explorar el canal de negociaciones con los sirios, Ehud Olmert legitima a aquellos que sostienen que la única opción frente a Israel es la violencia terrorista o militar. A menos –claro está– que las declaraciones públicas del primer ministro israelí sean acompañadas por contactos sirio-israelíes realizados en forma secreta, lo cual respondería al interrogante planteado.
Pero por ahora, parece que la pregunta ¿Quo Vadis Olmert? sigue sin tener una respuesta clara.