España y el regreso de las bombas
Javier Ortiz explica por qué la bomba que ETA hizo estallar en la nueva terminal del aeropuerto madrileño de Barajas no sólo sacudió los cimientos del aparcamiento que derribó –causando la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos– sino que conmocionó las bases mismas de la nueva política española, planteando enigmas de primera importancia. Ortiz cree que existen diversos puntos que no concuerdan con el modus operandi de ETA que indicarían la división interna de la organización terrorista. Qué ocurre el País Vasco. Por qué una parte significativa del electorado español pro socialista estaría dispuesta a cambiar de opción, en beneficio del partido de la derecha. La volatilidad del sistema político español.
Javier Ortiz es columnista del diario El Mundo y comentarista político de la radio y la televisión públicas vascas. Ha sido subdirector de El Mundo y responsable de sus páginas de opinión. Ejerce de periodista desde los 18 años. Durante el franquismo padeció cárcel y exilio por razones políticas. Ha escrito en muy diversos medios españoles y extranjeros. Tiene publicados ocho libros.
LA BOMBA QUE LA ORGANIZACIÓN TERRORISTA ETA HIZO ESTALLAR en la nueva terminal del aeropuerto madrileño de Barajas (T4), no sólo sacudió los cimientos del aparcamiento que derribó, sino que también causó la muerte de dos ciudadanos ecuatorianos. Además, ha conmocionado las bases mismas sobre las que se estaba construyendo la nueva política española, incluyendo la vasca, y ha planteado bastantes enigmas de primera importancia.
El primer enigma afecta a la autoría misma del atentado. No hay duda de que lo han cometido activistas de ETA, pero ¿qué activistas? ¿Obraron en nombre y representación del conjunto de la organización o actuaron por su cuenta, tratando de imponer su línea y de desautorizar a la rama defensora del diálogo con el Gobierno español?
PROBLEMA GRAVE E INESPERADO
Hay varios aspectos de lo sucedido que no encajan en absoluto con el modus operandi tradicional de ETA. En primer lugar, la organización terrorista vasca nunca había roto un alto el fuego sin anunciar previamente su decisión. En segundo término, siempre se había apresurado a justificar su cambio de actitud dando publicidad a algún farragoso comunicado exculpatorio. En este caso, ni hubo aviso previo.
Si añadimos a esto que, según aseguran confidencialmente –no tan confidencialmente, a decir verdad– los miembros del Gobierno español, los teóricos portavoces de ETA les habían asegurado que el alto el fuego seguía vigente y habían acordado mantener un nuevo encuentro negociador en el plazo de pocas semanas, la sospecha de que la organización armada está dividida se refuerza hasta acercarse a los límites de la plena certeza. Lo cual representa un problema tan grave como inesperado, porque no entraba en los cálculos de nadie que la negociación con ETA se volviera imposible por falta de interlocutor definido y válido.
VOLATIBILIDAD POLÍTICA
El inesperado y trágico vuelco de los acontecimientos ha cogido con el paso cambiado a casi todo el mundo, empezando por el presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, que apenas unas horas antes del atentado se vanagloriaba de lo bien que estaba gestionando ese capítulo crucial de su política.
Según los apresurados sondeos realizados en los últimos días, una parte significativa del electorado español pro socialista que habita del Ebro para abajo –muy imprecisa fórmula retórica a la que suele recurrirse para aludir a la población no vasca y no catalana– estaría dispuesta a cambiar de opción, en beneficio del partido de la derecha. El dato tiene una importancia relativa, porque las próximas elecciones legislativas españolas no están previstas hasta 2008, pero da cuenta de la volatilidad que pueden tener ciertas influencias políticas en la España actual.
¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN REALIDAD?
En el propio País Vasco se están produciendo corrimientos de tierra que a los cercanos observadores de esa realidad no nos pillan por sorpresa, porque sabíamos que estaban latentes, pero que la vigencia del proceso de paz mantenía en aparente calma. El principal de ellos viene dado por las disensiones en el hegemónico Partido Nacionalista Vasco, principal responsable del Gobierno autónomo. La hasta ahora problemática sintonía entre su presidente (lehendakari, en lengua vasca), Juan José Ibarretxe, y el actual máximo dirigente del partido, su ex portavoz Josu Jon Imaz, parece haberse roto a raíz del último giro de los acontecimientos. Ibarretxe ha decidido llamar a la movilización popular para respaldar el diálogo para la paz, en tanto Imaz, más en sintonía con el Gobierno español, prefería mantener cierto compás de espera.
No ignoro que algunos comentaristas políticos resultamos con frecuencia tirando a cómicos, porque, después de manejar muchos datos, y de evaluarlos con supuestos rigor y profundidad, lo único que somos capaces de decir al final es un socrático: y yo qué sé. Perdónenme que acabe así, pero no sería honrado con ustedes si escribiera otra cosa.
Publicado por:
basque
fecha: 13 | 01 | 2007
hora: 3:44 pm
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Es que hay ilusos por ahí que se creen que los vascos no son capaces de mantener una guerra de Banderizos que dure 400 años. Se ve que hay mucho vascólogo aficionado pero poca gente que nos conozca de verdad.
Además, más allá de toda la panoplia habitual, más cínica e hipócrita que real, acerca de las víctimas, «los demócratas», etc. la realidad es que a los vascos, como a todos los pueblos, nos asiste el derecho a la libre determinación.
Y, además, después de haber probado el terror español durante décadas, ahora las engañifas y las montañas de propaganda institucional engañarán a muchos, pero no a todos, y somos muuuchos los que hemos conocido en primera persona el terror español.
Y todo ello muy a pesar de que incluso nos está prohibido decirlo en voz alta o que escribirlo como yo aquí es toda una aventura con riesgo de procesamiento en cualquier tribunal especial español.
Publicado por:
Alvy Singer
fecha: 15 | 01 | 2007
hora: 3:09 am
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El sectarismo de Ortiz no impide que de vez en cuando preñe un análisis interesante.
Aun así, me fio muy poco de él.
Publicado por:
Antolin Romero
fecha: 20 | 01 | 2007
hora: 1:25 pm
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Mi comentario es sobre el primer comentario.
De acuerdo con usted en que los pueblos tienen derecho a la autodeterminación. Pero ¿Por qué Batasuna no se desvincula de una vez de ETA y entra en política? Desde la política, con una mayoría amplia de vascos de acuerdo, nadie podría parar la independencia, repito, si así lo desea la mayoría.
Lo que usted llama «terror español» lo hemos sufrido directamente o en nuestras familias muuuuchos «españoles». Muchos. Incluso los que a diferencia de usted no somos nacionalistas, ni nacionalistas españoles, ni nacionalistas vascos, y no estamos felices de vivir bajo un estado ni español, ni andaluz, ni vasco.
Pero que yo no sea nacionalista no impide apoyar a los que lo son. Pero en la política, no poniendo bombas, matando y apoyando una estructura mafiosa y delictiva como es ETA.