Cuando nada cambia en Irak

Por Ricardo Israel Z. (para Safe Democracy)

Ricardo Israel Z. dice que no cabe duda de que Sadam Husein fue un tirano culpable de grandes crímenes y que sus manos estaban manchadas con la sangre de miles de víctimas, sin contar las guerras. Pero el tema es otro y las preguntas son dos: ¿se hizo Justicia?, ¿contribuirá su ejecución a pacificar Irak? Israel Z. cree que su ahorcamiento no resuelve los problemas del país, sino que los empeora: su impresión es que nada cambiará, ya que Irak se ha escapado de las manos.


Ricardo Israel Z. es Catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Chile. Tiene un Ph.D. y un Master en Ciencia Política por la Universidad de Essex y dirige el Centro Internacional para la Calidad de la Democracia y la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chile. Preside el Comité de Fuerzas Armadas y Sociedad de la Asociación Mundial de Ciencia Política. Ha publicado decenas de libros y ensayos traducidos a varios idiomas y es conductor y comentarista de programas políticos e internacionales en Radio y TV de Chile.

NO CABE DUDA DE QUE SADDAM HUSSEIN FUE UN TIRANO culpable de grandes crímenes y que sus manos estaban manchadas con la sangre de miles de víctimas (sin contar las guerras). Ello se demostró en las manifestaciones de alegría de tantos chiíes y kurdos a través del mundo. Aunque el tema es otro y las preguntas son dos: ¿se hizo Justicia?, ¿contribuirá su ejecución a pacificar Irak?

En relación a la primera pregunta, pareciera que el mundo todavía no ha encontrado un sistema adecuado para juzgar a tiranos. Es indudable que tuvo garantías impensables para sus opositores durante sus largos años de gobierno, ya que ellos no dispusieron de derecho a la defensa, procesos abiertos al escrutinio público y normas conocidas. Sin embargo, tampoco hay duda que su proceso es incapaz de pasar la prueba de la blanqueo del debido proceso.

DOS MALES NO HACEN UN BIEN
La imagen que queda es que Sadam Husein estaba condenado desde el momento mismo en que fue detenido.

Los estándares procesales del mundo occidental no se cumplen cuando los jueces son reemplazados durante el juicio, los abogados defensores asesinados, las sesiones aplazadas sin explicación y cuando se aceptan pruebas secretas. Así es, los principios del debido proceso son una conquista de la humanidad y de la civilización y se deberían aplicar a todos, incluyendo a Sadam; o partiendo por Sadam, no importa cuan criminal haya sido, ya que precisamente ése es el mejor legado que pueden dejar quienes hoy gobiernan: que puede haber un mundo mejor y más humano, y la prueba debería haber sido su juicio.

Sin embargo, no lo fue, repitiendo el argumento que el tema no es su criminalidad ya que dos males no hacen un bien. Más que un juicio que cumpla con los niveles internacionales lo que ocurrió recuerda lo que pasó con otro dictador abusivo, el rumano Nicolae Ceauşescu.

EL «MENOR» DE SUS CRÍMENES
Contrariamente a lo que se piensa, son pocos los casos de jefes de Estado que han sido ejecutados después de haber perdido una guerra. Siempre va a quedar la sensación de que su juicio fue extraño desde el momento en que fue ahorcado por algo relativamente menor en su historial de asesinatos: la matanza de 148 chiíes –en la aldea de Dujail en 1982– en represalia por un fallido atentado en su contra.

Sin embargo, quedaron sin ser juzgados el genocidio contra los kurdos, las masacres de chiíes, las guerras de agresión contra Irán y Kuwait, el uso de armas químicas contra extranjeros y su propio pueblo, un sistema generalizado de tortura contra cualquier disidencia etc.

SECRETOS DE TUMBA
Y ahí es donde surgen las sospechas de por qué se aceleró su ahorcamiento, ya que como no había duda alguna acerca de su responsabilidad en estos crímenes, lo único realmente nuevo que podría haber surgido es la forma como Estados Unidos, Europa, las monarquías del Golfo Pérsico y tantos otros apoyaron su régimen en la guerra contra Irán, conociendo la gravedad de su dictadura. Situación conocida por todos, que duró hasta que cometió su peor error: la invasión de Kuwait. Sadam se llevó muchos secretos a la tumba.

Ello lleva a la segunda pregunta donde la respuesta es una sola. A pesar de todo, nada va a cambiar en Irak, con la terrible violencia que se vive día a día. Con un añadido, la calle árabe y musulmana a través del mundo –con razón o sin ella– va a responsabilizar a Estados Unidos por una sentencia llevada a cabo mientras el país está ocupado.

AJUSTICIAMIENTO APRESURADO
Además se recordará que Sadam estuvo en manos de soldados estadounidenses hasta pocas horas antes de ser llevado al patíbulo (de haberlo entregado antes habría existido una alta probabilidad de que hubiese sido golpeado por sus guardianes locales). Incluso puede influir la propia forma de la muerte, ya que Sadam había pedido ser fusilado, no sólo por su pasado militar, sino sobre todo porque la horca no es una muerte de origen ni árabe ni musulmana, sino un legado colonial británico.

Lo anterior introduce el tema del doble rasero. En efecto, ¿cuántos derechos humanos son respetados en Arabia Saudí? Pero sobre todo va a quedar la sensación de que se apresuró su ajusticiamiento para evitar coincidir con el inicio de la Fiesta del Cordero, que se enmarca en los días de la peregrinación anual a La Meca o Haj. La propia Constitución de Irak prohíbe las ejecuciones durante festividades religiosas; además, existe un tema de política interna de Estados Unidos: el triunfo demócrata en las elecciones legislativas.

NADA VA A CAMBIAR
A lo anterior se suman las objeciones de principio, tanto europeas como del Vaticano a la pena de muerte. El tema no es ni siquiera la horca en un país como Irak, sacudido por una virtual guerra civil y donde decenas de personas son ejecutadas por esa vía por crímenes comunes y corrientes. Me refiero a sentencias judiciales y no a los atentados de la violencia sectaria.

Ya todos hemos visto las imágenes que precedieron su muerte. La forma y el día en que se llevó a cabo no resuelven los problemas de Irak. Y aún no sabemos si los puede empeorar. Mi impresión es que nada va cambiar, ya que Irak se les ha escapado de las manos a todos.

La Fundación Safe Democracy le invita a suscribirse gratis a los dos boletines electrónicos semanales (martes y jueves), con el análisis y los comentarios de nuestros expertos internacionales (pinche aquí).