La Haya reestablece la negociación entre Argentina y Uruguay [1]
Edgardo Mocca explica por qué el fallo de la Corte de La Haya –referente al conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una fábrica de pasta celulosa– da lugar a una nueva ventana de oportunidad en la resolución del contencioso. Mocca cree que quedan pocas opciones ante la decisión del tribunal: Argentina no puede frenar la construcción de la planta de Botnia –a la que considera perjudicial desde el punto de vista ambiental y turístico– y Uruguay no puede hacer cesar los cortes de ruta que, desde Entre Ríos, dañan su economía. No hay otro remedio racional que el diálogo. ¿Es el inicio de una fase de reencauzamiento de la relación entre los vecinos del Río de la Plata?
[2] Edgardo Mocca es politólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires. Asesora al Ministerio de Asuntos Exteriores de Argentina.
LA DECISIÓN DE LA CORTE DE LA HAYA de no dar lugar a la medida cautelar solicitada por Uruguay contra los cortes de ruta, con que manifestantes de la provincia argentina de Entre Ríos expresan su rechazo a la instalación de una fábrica de pasta celulosa en las orillas del río que une a ambos países, puede imprimir un nuevo curso al contencioso.
Si como indicaban las presunciones predominantes en ambos países el tribunal hubiera exhortado de algún modo al gobierno argentino a arbitrar las medidas necesarias para despejar los pasos fronterizos, el conflicto podría haber entrado en una fase particularmente compleja. Las autoridades argentinas hubieran quedado ante la opción de producir un gesto de desconocimiento de la decisión o enfrentarse a la opinión pública local desalojando a los manifestantes, como consecuencia de una derrota diplomática. La sensación de humillación para los argentinos no hubiera sido el mejor ambiente para avanzar en un imprescindible diálogo binacional al más alto nivel.
[3] NACIONES HISTÓRICA Y CULTURALMENTE UNIDAS
Todo indica que el abordaje del diferendo vuelve a las manos de las que nunca debió salir: la de los gobiernos de ambos países. Al frente de dos naciones histórica y culturalmente unidas como pocas en el mundo, las autoridades uruguayas y argentinas habían dejado en manos de un tribunal internacional la solución del conflicto. Los plazos largos que se tomará la Corte de La Haya para dirimir la cuestión de fondo –el reclamo argentino por la presunta violación uruguaya del tratado binacional del río Uruguay– hacen pensar en la posibilidad de que tal pronunciamiento devenga abstracto por un posible acuerdo previo entre ambos gobiernos.
En marzo de 2006, los presidentes de las dos repúblicas habían acordado iniciar un diálogo bilateral al respecto, sobre la base del cese de la interrupción de los pasos transfronterizos y la suspensión de las obras de construcción de las pasteras (en ese momento eran dos, con posterioridad la española Ence decidió proceder a su relocalización). La empresa finlandesa Botnia no aceptó la condición acordada y el diálogo no se produjo. Lo que siguió después fue una radicalización del movimiento de protesta en la ciudad ribereña argentina de Gualeguaychú y su extensión a los pobladores de otras localidades cercanas, agudizada además después de que la Corte de La Haya desestimara una medida cautelar tramitada por el gobierno argentino.
[4] COMEDIA DE ENREDOS
No hay diálogo con las rutas cortadas fue, desde entonces, la posición del gobierno uruguayo. A favor de ese rumbo, presentó la solicitud que acaba de ser rechazada por la corte internacional. Después del fallo, la situación es esquemáticamente así: Argentina no puede frenar la construcción de Botnia, a la que considera perjudicial desde el punto de vista ambiental y turístico y Uruguay no puede hacer cesar los cortes de ruta que dañan su economía: no hay otro remedio racional que el diálogo.
¿Por qué no se avanzó hasta ahora en una solución mutuamente razonable para dos países que además de compartir historia y cultura construyen juntos un complejo pero promisorio proceso de integración regional? ¿Por qué fue posible esta comedia de enredos entre dos gobiernos que son expresión de la familia común del progresismo o la centroizquierda?
Es indudable que, contra cierta vulgata simplificadora y edulcorada sobre los procesos de integración, las democracias contemporáneas siguen teniendo su propia agenda nacional en el centro de su preocupación; la construcción de bloques supranacionales tiene que afrontar el desafío de que la sede de la soberanía popular siguen siendo los Estados nacionales y ningún gobierno está dispuesto a alienarse el favor de su propia opinión pública a favor de una concepción idealista de las alianzas regionales.
[5] PROPUESTAS Y REENCAUZAMIENTO
El gobierno argentino no estuvo dispuesto a ninguna medida disuasoria del método de protesta adoptado por los pobladores involucrados. Hay que decir que esa autorrestricción es una conducta política general del gobierno ante las protestas sociales y que tiene relación con la enorme brecha entre sociedad y política que llegó a su clímax en diciembre de 2001. Esa estrategia dio muchos frutos en lo que concierne a la pacificación interna de la sociedad argentina, sin embargo, en el caso del conflicto con Uruguay facilitó la creación de una situación en la que unos cientos de personas deciden sobre aspectos sensibles de la política internacional del país. En el caso uruguayo, el gobierno, presionado por las oposiciones conservadoras, permitió que el diferendo se desplazase de su índole puntual y ecológica para pasar a ser una cuestión de soberanía y dignidad de un país pequeño asediado por otro más grande.
Hoy se dan las condiciones para retomar la situación previa al frustrado diálogo de marzo. Existe además un factor altamente positivo, que es el importante trabajo que viene realizando el facilitador designado por la Corona española. Han tomado, además, estado público algunas propuestas de desvío de los efluentes industriales y edificación de una isla artificial para disminuir la contaminación visual. Todo indica que, seguramente sin proponérselo de modo específico, la decisión de la Corte de La Haya será el prólogo de una fase de reencauzamiento de la relación entre los vecinos del Plata.