Sarkozy y Royal movilizan a la ciudadanía
Claire Touron interpreta los primeros resultados de las elecciones a la presidencia de Francia y señala que la elevada implicación de los electores, en contraste con los datos de 2002, pone de manifiesto el deseo ciudadano de reapropiarse de la vida política. Con una campaña centrada en los asuntos domésticos, la autora recomienda incluir en el debate la definición de la política exterior así como cuál debería ser el papel internacional para Francia en el siglo XXI.
Claire Touron se licenció en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en la Universidad de París. Después de realizar un Master en Acción Solidaria Internacional en la Universidad Carlos III de Madrid se encuentra actualmente cursando el master de Comunicación Política e Institucional en el Instituto Ortega y Gasset de Madrid.
HASTA EL PASADO 22 DE ABRIL, cuando se produjo la primera vuelta de las presidenciales francesas, no se había registrado una tasa de participación tan alta como la de 1965, en la etapa de Charles De Gaulle. Un 84,6 por ciento de los electores franceses acudieron a votar a los dos candidatos que se disputarán la ronda definitiva el próximo 6 de mayo.
Las previsiones de los sondeos (tan temidos desde las pasadas elecciones) se han cumplido: los dos finalistas son Nicolas Sarkozy, de Unión por un Movimiento Popular (UMP), quien obtuvo un 31,18 por ciento de los votos, y Ségolène Royal, del Partido Socialista, con un 25,87 por ciento del apoyo electoral. Los dos representan caras nuevas de los dos principales partidos. François Bayrou, candidato centrista de Unión Democrática Francesa (UDF), quedó tercero con un 18,5 por ciento de los votos (tres veces más que en 2002).
Después del seísmo provocado por las elecciones del 21 de abril de 2002, marcadas por una elevada tasa de abstencionismo y la llegada del ultraderechista Le Pen a la segunda vuelta, la conclusión era que los franceses ya estaban cansados de la política. Si en 2002 los votantes demostraron su descontento hacía las instituciones decantándose por pequeños partidos o por los extremos, las largas colas de espera, en estos comicios, frente a los colegios electorales (hasta tres horas) subrayaron el deseo de los ciudadanos franceses por reapropiarse de la vida política.
INNOVAR PARA MOVILIZAR
Para movilizar al electorado, los candidatos han multiplicado sus esfuerzos, llevando a cabo omnipresentes y hasta asfixiantes campañas. La televisión y la radio fueron los escenarios más clásicos de debate a los cuales se sumaron nuevos espacios, principalmente Internet: desde antenas de partido virtuales en Second Life hasta redes de blogs y vídeos colgados en YouTube.
Incluso hubo cambios en las cabinas electorales. Aunque el sistema no recibió el respaldo que se esperaba, se instauraron máquinas para votar en ochenta y dos municipios con el fin de agilizar el voto.
La campaña empezó de manera oficial hace un mes, el tiempo en antena regido por el principio de igualdad, pero ha sido mucho más larga de lo previsto: la de Royal comenzó a finales de 2005 cuando se enfrentó a los elefantes del partido de cara a las primarias socialistas, mientras que Sarkozy inició la misma cuando se convirtió en el presidente del UMP a principios de 2006.
LO QUE QUEDA POR DELANTE
Tras doce años de Jacques Chirac, el nuevo jefe de gobierno deberá emprender grandes reformas en un Estado debilitado desde el punto de vista económico y social.
Se enfrentan dos programas presidenciales y cada uno de los candidatos es consciente de la necesidad de cambio y de la importancia de centrar las estrategias políticas. Mientras Sarkozy habla de una ruptura tranquila, Royal se presenta como la candidata del cambio.
La reforma de las instituciones, la necesidad de restablecer la confianza en éstas, la lucha contra la inseguridad, el paro y la reactivación de la economía han marcado los principales ejes de la campaña. Pero además de estos temas principalmente domésticos –representativos de las preocupaciones de los franceses–, la lucha para el Eliseo también tendrá que centrarse en temas internacionales.
Pese a los desplazamientos al extranjero de los candidatos, los temas internacionales han sido escasamente discutidos en los últimos meses. Para obtener nuevos sufragios cada uno deberá convencer y defender su postura sobre la política exterior que piensa emprender. No hay que olvidar que en 2008 Francia asumirá la presidencia de la Unión Europea. Y está el tema de la Constitución europea (Sarkozy se muestra partidario de un minitratado, mientras que Royal quiere un referéndum).
Pero hay más. Tanto para Sarkozy como para Royal, aclarar sus posiciones acerca de temas tan sensibles como el nuclear o la guerra contra el terrorismo y la posición, por ejemplo, en Oriente Medio (Líbano, Irán, Israel), les permitiría convencer a parte del electorado y demostrar no sólo que son aspirantes a la presidencia sino que tienen un proyecto con estatura global que vuelva a colocar a Francia en el centro de las decisiones internacionales.
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