¿Alternativa a Bruselas o cambio del Estado?
Adrián Mac Liman considera que la actual crisis institucional de Turquía se remonta a los comicios generales de 2002, en los que se hizo evidente la división entre los defensores del laicismo y los partidarios del Islam, cuyo partido más representativo ostenta hoy el poder. Según el autor, el primer ministro Erdogan proyectaría una Asociación de Estados Turcomanos, como opción a la postergada adhesión a la Unión Europea. ¿Otra integración o nueva confesión?
ADEMÁS: «Salidas al E-golpe en Turquía«, por Miguel Ángel Benedicto
Adrián Mac Liman es analista político y consultor internacional. Fue corresponsal de El País en Estados Unidos y trabajó para medios de comunicación internacionales (ANSA, AMEX, Gráfica). Ha sido colaborador habitual de Informaciones y de la revista Cambio 16, corresponsal de guerra en Chipre (1974), testigo de la caída del Sha de Irán (1978) y enviado especial de La Vanguardia durante la invasión del Líbano (1982). Residió en Jerusalén (1987-1989). Tras su participación la Conferencia Euromediterránea de Barcelona (1995), se incorporó en calidad de experto al Grupo de Estudios Mediterráneos de La Sorbona.
LA DECISIÓN DEL JEFE DE LA DIPLOMACIA TURCA, Abdullah Gul, de retirar su candidatura a la presidencia del país otomano, abre una nueva etapa en la, hasta ahora, oculta crisis institucional desencadenada a finales de 2002, tras la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), agrupación de corte islamista liderada por el primer ministro Recep Tayyip Erdogan.
En efecto, los analistas políticos conocedores del fluctuante panorama turco estiman que la aplastante victoria del AKP en las elecciones generales de 2002 abrió la vía al primer enfrentamiento serio entre los defensores de la revolución kemalista, que apuesta por la laicidad y la modernidad, y los partidarios de la remusulmanización del país, quienes pretenden reconducir los destinos de los turcos hacia la opción coránica.
NOSTÁLGICOS DE LA GRANDEZA IMPERIAL
El ministro de Asuntos Exteriores, Abdallah Gul, pertenece a esta segunda categoría de ciudadanos, nostálgicos del Islam y del Califato, que Mustafá Kemal (el primer presidente de la moderna República de Turquía) trató de borrar de la memoria colectiva de un pueblo con vocación imperial, de un Estado teocrático cuyas posesiones no se limitaban a los territorios de la orilla meridional del Mediterráneo, sino que se extendían, a través de los Balcanes, hasta los confines de los imperios ruso y austro-húngaro.
En la segunda mitad del siglo XX, muchos descendientes de los gloriosos otomanos empezaron a lamentar la desaparición de la grandeza imperial de Turquía. Esta frustración, sumada a los males que azotaban el país (corrupción, violencia intercomunitaria, escaso desarrollo económico, paro e inflación galopante) se convirtieron en el detonante de una corriente que reclamaba en voz baja la vuelta a los llamados valores tradicionales.
Curiosamente, el proceso involucionista coincidió con el acercamiento de Turquía a la Unión Europea o, mejor dicho, con el inicio de las negociaciones para la adhesión de Ankara a las instituciones comunitarias. Un proceso iniciado, dicho sea de paso en 1963, cuando las autoridades turcas firman el primer Acuerdo de Asociación con el entonces Mercado Común Europeo.
LA ALTERNATIVA DE LOS ESTADOS TURCOMANOS
Durante casi cuatro décadas, los burócratas trataron por todos los medios de frenar, mediante maniobras dilatorias de toda índole, el ímpetu de los turcos. Aún así, los sucesivos gobiernos de Ankara llevaron a cabo las reformas legales exigidas por Bruselas. Pero el verdadero frenazo a las consultas bilaterales se registró tras el rechazo por parte de los electorados francés y holandés del proyecto de Constitución europea, vinculado por los detractores de la Carta Magna a un sí incondicional a la presencia turca en el club cristiano del Viejo Continente.
Detalle interesante: mientras el primer ministro exigía a los Veintisiete una respuesta clara sobre el provenir de las relaciones, la sofisticada maquinaria estatal de Ankara intentaba resucitar un viejo y ambicioso proyecto alternativo: la creación de una Asociación de Estados Turcomanos, integrada por algunas de las repúblicas ex soviéticas de Asia Central.
Durante el pasado mes de abril, Erdogan se reunió en Bakú con los jefes de Estado y de Gobierno de Azerbaiyán y Kazajstán, tratando de sentar las bases de una embrionaria comunidad socio-económica a que se sumaría, en su momento, otro país de la zona: Turkmenistán.
¿Sería éste un primer paso hacia la creación de una zona musulmana de libre cambio en Asia Central? ¿O tal vez la respuesta contundente de Ankara a las cada vez mayores, aunque inconfesadas, reticencias de los europeos?
EL DESTINO DE LA HERENCIA KEMALISTA
La reciente elección del conservador Nicolas Sarkozy, confesado detractor de la integración de Turquía en la UE, a la presidencia Francia, podría acelerar la puesta en marcha de este proyecto.
Pero más allá de nuestras inquietudes eurocéntricas, conviene recordar que para la población turca la pregunta clave gira, en estos momentos, alrededor de la supervivencia o la posible desaparición de la herencia kemalista.
Ambas alternativas incidirán, qué duda cabe, en las opciones en materia de política exterior de Europa.
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Francisco
fecha: 09 | 05 | 2007
hora: 10:57 am
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Considero normal que Turquía mire hacia oriente para reorganizarse como medida preventiva, frente a los grandes bloques político-económicos del futuro. Su ingreso en la UE la convertiría en un cuerpo extraño dificil de digerir. En realidad, no tenemos nada que nos una, y eso, crearía más bien un motivo de fricción permenente, quitándole coherencia a la propia construcción europea, y por lo tanto, fortaleza política. El mundo se mueve, siendo su futuro una incógnita imprevisible.Quiero decirle que, el futuro ya lo estamos leyendo, en donde el Islam se aproxima con ánimo de revancha, apoyado en su gran poder financiero procedente del petróleo. De otra parte, Europa ya tiene más de quince millones de musulmanes en su interior, todos organizados en torno a sus mezquitas, piense lo que sería de nosostros con un Estado musulman de más de setenta millones de habitantes y en las instituciones comunitarias. La memoria histórica es imborrable, sólo bastaría para ello pensar en nuestras pesadillas del pasado luchando contra el Imperio turco en el mediterráneo, secuestrando españoles en colaboración con los norteafricanos y la quinta columna formada por los moriscos, ese resíduo de las invasiones islamitas de España. Tampoco creo que esta melíflua política europea dure eternamente , como consecuencia de esta situación en dónde las ideas políticas chocan unas contra otras por su sincretismo ideológico, un barullo político del que forman parte tanto comunistas, ecologistas, nihilistas, viejos anarquistas y así un largo etc, del cual es hijo el actual presidente del gobierno español, Zapatero. Y qué mejor que empezar escribiendo la historia del futuro sobre una página en blanco, que en otra llena de borrones.
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Isaac Bensignor Galindoz
fecha: 09 | 05 | 2007
hora: 12:04 pm
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Mi opinion es totalmente opuesta al comentarista anterior. Por la edad que tengo, 94 años, que naci en Turquia, que conoci y abrace a Mustafa Kemal Pasha, hoy conocido por Kemal Ataturk (Padre de los turcos) , pienso que el mejor consejo que les puedo dar a la UE, es, justamente, no rechazarla, pues la mejor forma de atraerla a las libres democracias, es precisamente su integracion al mundo libre. Los que tienen miedo, como Francia o Alemania, es por cuestiones economicas, dado que Turquia es una gran productora industrial a muy bajo costo. I.B.G.
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Ignacio muro
fecha: 10 | 05 | 2007
hora: 8:26 am
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Formo parte de la izquierda, o sea del «barullo politico» criticado por Francisco, y, quizas por eso, prefiero no mirar el futuro de Turquía, mezclando tópicos de moriscos, turcos, norteafricanos… y ¿por qué no Francisco? tambien masones y judios.
El tema central es el de la Democracia y el Islam. Pero, atención, no solo, como se suele argumentar, por el escasa tradición en ese area de las prácticas democraticas, no solo por «sus faltas»… tambien por «las nuestras».
¿Defendemos la democracia en Occidente? Sííí claro. ¿Aceptaríamos entonces el juego limpio democrático en Egipto, Tunez, Marruecos, Argelia…aunque diera una victoria aplastante a formaciones políticas islamistas? Depende, dirán algunos, que prefieren optar a una dictadura de los nuestros, bautizados cuando queremos como «laicos», a una democracia con un partido islamico en el gobierno, por muy moderado que sea. (Mucho más, desde luego, que los gobernantes integristas de la Polonía europea y cristiana, defensores de penas de muerte y castigos ejemplares)
Se que no se puede simplificar el asunto, pero la esencia del problema es ese. Turquía es un pais que tiene el derecho a actualizar sus consensos y sus conflictos, como España o Francia, y debe encontrar el modo de conciliar sus dos almas. Lo único exigible es que las elecciones se sigan produciendo cada x años y que se mantenga el respeto a las minorías, a cualquier minoría.
Turquía tiene tambien el derecho a reclamar tambien un lugar al sol del desarrollo económico europeo o a montar su propia area económica. No creo que su entrada en la UE sea posible a corto plazo y entiendo que eso genere frustración: pero la razón es que es un país demasiado grande, demasiado al oriente, para no alterar los precarios equilibrios de un sistema que no funciona. Sencillamente por eso.
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Francisco
fecha: 10 | 05 | 2007
hora: 12:59 pm
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Entiendo Isaac que la pasión, lo mismo que tus sentimientos, desencajan tu objetividad para entender realmente cual es el verdadero problema. Estamos hablando del Islam, el cual, de manera incomprensible se está mezclando con la idea de la izquierda, un término, en pariencia político, que no encaja en ninguna parte. Si comenzamos hablando de partidos políticos conservadores, liberales, socialistas, comunistas, fascistas, incluso nazis, posiblemente podamos entendernos. Pero nunca sobre lo que sólo fue una simple situación física de las posiciones más radicales de la política francesa, tan proclive a la fácil demagogía. Ahora bien si haces un simil confundiendo deliberadamente izquierda con socialismo, a renglón seguido te digo que para el socialismo, lo mismo que para el marxismo, que es su parte mejor estructurada, el Islam es inasimilable. Porque dime tú, cómo podrías encajar la compra vente de mujeres que se practica en el Islam, o el corte de manos, o la lapidación con el socialismo, hijo también de la Ilustración. En donde queda la libertad y la democracia. O la libertad de pensamiento, la investigación científica o filosófica que lo cuestiona todo, las cuales sólo pueden ser rebatidas con argumentos y nuevas tesis lógicas, o bien con teorías distintas que las sustenten.
En cuanto a los tópicos de los moros, no se trata de establer contra ellos un estereotipo que sirva para degradar su dignidad, lo que pretendo constatar es un hecho cierto avalado por la historia. Y ésta siempre dice que cuando la frontera sur de España es cuestionada y porosa, malos tiempos se avecinan para sus moradores. Y te repito, el Islam viene con fuerza, y además, con ánimo de revancha. Recuerda lo del Al Andalus, una tierra invadida por ellos y sin embargo reivindicada como propia, toda una paradoja. Y si ellos, el Islam y los árabes tiene derechos a existir, ¿ por qué no la vamos a tener nosotros los españoles? De todas formas, la lógica nos indica que sería una locura meter en Europa a un pais como es Turquia, y sobre todo con lo que se nos viene encima , un problema político que sobrepasa con mucho la propia capacidad de los políticos actuales, porque son incapaces de entender la verdadera dimensión del problema. Y en este caso, la economía no lo justifica todo, ni los mercados, ni las inversiones o el aumento del capital. A Las equivocaciones políticas, la historia le aplica un rédito demasiado elevado, porque ésta siempre reivindica cuantiosos tributos en forma de muertos y dinero. Y en esos momentos de trance, todo el mundo sale corriendo, sino, recuerda a los grandes héroes de la II República, que después de enloquecer al pueblo a golpe de efectos demagógicos y ofertas pueriles, lo dejaron abandonados, y hablando de resistencia desde un cómodo exilio. En fin, Isaac, espero que sigamos hablando amigablemente, sería un placer para mí poder continuar. Un saludo.
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Silvia Marcu
fecha: 11 | 05 | 2007
hora: 8:07 am
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Poblemas políticos existen en todas partes, no solamente en Turquía, en la Europa Oriental, o en el Oriente Próximo, por poner sólo algunos ejemplos próximos al área y al país analizado aquí.
En el «globalizado» siglo XXI tenemos que aprender a convivir con el «otro» sin pensar en los «problemas que se nos vienen encima».
Crisis democráticas y fragilidad hay también en el desarrollado y feliz mundo de valores occidentales. ¿O no?
Con lo cual, humildemente, y más allá de la pasión, considero que hay que dar una oportunidad a la «asiática» Turquía. Entre otras múltiples razones mencionadas en todas las ocasiones, no olvidemos sus relaciones comerciales su Unión Aduanera, su intentos de aproximación a Europa a lo largo de la segunda parte del siglo XX. Si bien es cierto que la economía no lo justifica todo, también es cierto que es el actual motor del mundo, el que mueve los hilos del poder. Pensemos sólo en los recursos energéticos y en su problemático transporte hacia el mundo occidental tan necesitado de los mismos.
Si seguiremos buscando pegas y comparando siempre el Islam con el Occidente, a buen seguro, no llegaremos a ninguna parte…
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Francisco
fecha: 11 | 05 | 2007
hora: 12:30 pm
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Comprendo su razonamiento, Silvia, pero permítame discrepar de ellos. El realismo político y su complejidad no permite abordarlos apelando a las simpatias o a los sentimientos.La historia está compuesta por una cadena infinita de secuencias, cada una de ellas, con su propia lógica, siendo una de ellas, precisamente, el Islam. Todo depende de la perspectiva, es decir, anticiparse a los acontecimientos, y el problema más grande que se nos avecina, es precisamente el Islam. Entiendo que los intereses de la política exterior de los EE.UU, en su afán de ahogar en sí mismo a la antigua URSS, contara con Turquía como uno de sus aliados predilectos, por su proximidad geográfica. De todas maneras fueron los EE.UU quienes ganaron la II Gran Guerra y por eso impusieron su concepción del mundo de acuerdo con sus propias creencias, pero el mundo es una entidad dinámica y se mueve constantemente, que es su peor virtud, mientras quienes los que ahora los dominan, pretenden frenarlo para administarlo políticamnete. Un imposible, pese a los anhelos de dominio del antiguo asesor del Consejo Nacional de Seguridad del presidente Carter, el cual diseñó la política a desarrollar en Afganistán cuando fue invadida por la extinta URSS. Fue él quién encendió la llama del Islam como resistencia políticam dándole pábulo a un monstruo que ni él mismo conocía, pero nosotros los españoles sí, y desde hacía muchos siglos, y no precisamente como aliados. Observe el desastre de Iraq, pese a los voluminosos informes de sesudos comités de expertos, grupos de estudios y de trabajo especiales, y análisis de descollantes profesores universitarios especializados en la materia. El resultado de todo eso es un polvorín sin Estado cuyo territorio es disputado por dos tendencias religiosas islámicas, junto a los curdos, es decir, un nuevo foco de instabilidad politica en la zona. Pero parece ser que en medio de todo ello ha nacido una poderosa organización terrorista, Al Qaeda, que aspira a fundar un nuevo califato, cuya cabeza anda por aquella zona y su punta, por todas partes. Irán, Iraq, Afganistán, petróleo, Turquía, todo nace en la misma zona, pero Turquía se erige en un nuevo baluarte , que reclama su parte del pago, tras asumir grandes riesgos, y qué mejor que su ingreso en la laica y descreida Europa, un mosaico de creencias contrapuestas sazonada por un inestimable nihilismo, del cual son partícipes progresistas,ecologistas, ONG y socialdemócratas. Lo curioso es que los europeas hayan caido en esa trampa, pese a su larga historia, plagada de todo tipo de acontecimientos, en dónde el valor de las ideas y de los principios, apenas tienen eco, incluso su identidad, comienza a desvariar como si fuera una decrépita a punto de ingresar en un geriátrico, o en un jardín de infancia, por su chocheo. Y como decía, después de sesenta años, el mundo se reorganiza a prisa, emergiendo a su supreficie nuevos bloques de contrapoderes, cada uno de ellos aspirando en su loca carrera por alcanzar el predominio y la hegemonía,y todo ello en medio de una multiplicidad de matices en los que se conjugan, sin mostrar aún su hostilidad real buscando su pureza ideológica, no olvide nunca la táctica o la estrategia en la política, una extraña mezcla de un desconocido capitalismo, un liberalismo balbuciente, un socialismo diluido, y un Islam aguerrido presentando la misma cara de siempre, es decir, una relíquia del pasado que hay que conservarla, sin mostrarle hostilidad alguna porque si no seríamos identificados como intolerantes. Y es ahí donde se presenta Turquía, aspirando a su ingreso en la UE.Sería tanto como poner a la zorra a guardar a las gallinas. Adios democracia y Europa de hundirá en la anarquía y en el caos, o en la tiranía. No juguemos con frivolidad con las ideas, para sustituirla por una economía de quita y pon, si queremos construir un mundo en seguridad y en paz.
Publicado por:
ana
fecha: 12 | 05 | 2007
hora: 7:02 am
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Aprovechando mezclar los deleites del turismo greco-turco con conocimiento de la realidad de los pueblos ,viajamos hace cuatro años con un matrimonio:ella griega y el turco a esos paises.
Nosotros enloquecidos con tantos vestigios de civilizaciones y hermosos paisajes tuvimos un viaje maravilloso.
Nuestros compañeros de viaje ,por el contrario estaban totalmente deprimidos de haber regresado a sus paises de origen.
Según ellos parece que en Turquía(respetando a los turistas)sufrieron desprecio por ser cristianos.
La señora al llegar a Ezeiza bendecìa a las tierras llanas de Argentina.La conversiòn de cuatro adolescentes de la familia a los derviches le habìa incluso causado alergia a la geografìa escarpada de Grecia.
Ella pertenece a una familia ortodoxa y es parienta del CATOLICOS de ESMIRNA.Quien me regalò cuadros con fotos y documentos de JUAN XXIII QUE PARA MI SON JOYAS.
Aún siendo una familia tan arraigada en el catolicismo ortodoxo griego parece que la secta derviche les està captando toda la juventud.
Según esta señora la gente en Grecia está preocupada por la influencia de los musulmanes a través de Turquía,parece que la presión es mucha y los musulmanes son bastante fanáticos.
Parece que esta secta ,a mi me invitaron a verlos rezar,
es sumamente atractiva para los jóvenes que entran en masa a la misma.
Publicado por:
Fernando Acosta Riveros
fecha: 26 | 05 | 2007
hora: 11:25 pm
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Atento saludo desde México. Pienso que los musulmanes turcos son ciudadanos del mundo y seres humanos y hay que respetarlos. ¿Por qué el mundo debe estar sujeto a lo que digan los señores George Bush, Tony Blair, Rodriguez Zapatero, los accionistas de la Repsol y todos los criminales que participan directa o indirectamente en los asesinatos violentos contra nuestros hermanos musulmanes en Irak, en otros paises arabes o persas como Irán y ademas amenazan a Venezuela, a Cuba, le robaron las elecciones a Lopez Obrador en Mexico. ¿Porque Europa no piensa primero en solucionar sus problemas y desigualdades y luego si quiere venga a ayudar a nuestra America y no a seguirla robando. En todo caso viva la libertad en Turquia para hacerse musulman, convertirse en musulman o mejorarse como ser humano de acuerdo al Sagrado Coran. Atentamente,
Fernando Acosta R.