El nuevo poder de Nicolas Sarkozy

Por Claire Touron (para Safe Democracy)

Claire Touron explica cómo ha logrado Nicolas Sarkozy posicionarse con éxito como símbolo del cambio necesario para Francia, a través de la renovación de la derecha. La autora cree que uno de los desafíos será volver a colocar al país en la carrera del crecimiento económico y en el centro de las decisiones internacionales. Mientras tanto, los socialistas aplazan la crisis hasta después de las legislativas de junio.


Claire Touron se licenció en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas en la Universidad de París. Después de realizar un Master en Acción Solidaria Internacional en la Universidad Carlos III de Madrid se encuentra actualmente cursando el master de Comunicación Política e Institucional en el Instituto Ortega y Gasset de Madrid.

EN UN IMPULSO CIUDADANO MASIVO (84,77 por ciento de participación), los franceses han puesto fin a la carrera hacia el Eliseo que enfrentaba Ségolène Royal con Nicolas Sarkozy. El candidato conservador logra la presidencia con un 53,06 por ciento de los votos a su favor mientras que la socialista Ségolène Royal se queda atrás con un 46,94 por ciento de los sufragios.

RENOVACIÓN DE LA DERECHA
Con sólo 53 años y sin provenir de ninguna de las grandes escuelas tradicionales formadoras de la clase política francesa, Sarkozy ha sabido conquistar a los franceses con una campaña dinámica y ofensiva respondiendo al deseo del electorado de renovación de la clase política. Su omnipresencia en la vida política francesa desde hace cuatro años y su ambición para llegar a la cima han sido algunos de los factores que le han ayudado en la obtención del resultado. Mientras que Ségolène Royal centraba su campaña en el diálogo con los ciudadanos –promoviendo una democracia participativa, en la que las propuestas partían desde abajo para ser recogidas por el gobierno–, Sarkozy seducía al electorado con propuestas concretas.

Nicolas Sarkozy ha conseguido reunificar a la derecha y captar los electores del ultraderechista Le Pen mediante la exaltación de valores tales como el trabajo, el mérito personal o el restablecimiento de la autoridad. Fue fuertemente criticado por su atlantismo y posiciones acerca de la inmigración, pero aún así nunca modificó ni edulcoró su discurso.

Si bien la radicalización de su campaña le acarreó críticas, lo cierto es que con el 53,06 por ciento de los votos a su favor, Sarkozy goza de una legitimidad y amplio margen de maniobra en su conducción política.

En mi opinión, las primeras medidas deberían centrarse en el crecimiento económico, en lo social (reforma de los regímenes de pensión especiales) y en la creación de un ministerio de la inmigración y de la identidad nacional mediante el cual se regularía la inmigración.

AUTOANÁLISIS DE LA IZQUIERDA
La candidata socialista no ha sabido congregar al electorado de izquierda, en gran parte debido a la carencia de autoridad y de propuestas firmes en su discurso.

Comparado con el pésimo resultado de Lionel Jospin en las elecciones de 2002, el hecho mismo de llegar a la segunda vuelta podía parecerse a una revancha para el Partido Socialista; sin embargo, se trata ya de la tercera derrota consecutiva del partido en unas presidenciales. En este sentido, Ségolène Royal ha sabido impulsar nuevas ideas, pero no han lo suficientemente fuertes y convincentes para renovar la imagen del PS y reafirmar su posición como principal grupo de la oposición.

El alejamiento entre el partido y la candidata, la falta de consenso entre los barones y los incesantes ataques acerca de su forma adelante la campaña son algunas de las razones de su derrota. Si la mayoría de los militantes está de acuerdo en que Ségolène Royal ha sido una gran dirigente (según las propias palabras de Julien Dray, portavoz del PS), las querellas personales entre las principales figuras socialistas continúan, y lo más probable es que se recrudezcan.

Apenas se dieron a conocer los resultados electorales, Dominique Strauss Khan, candidato a las primarias socialistas, imputaba la derrota a la falta de renovación del Partido Socialista y se proponía élmismo como figura para iniciar las reformas socio-demócratas.

En su discurso posterior a la publicación de los primeros resultados, Ségolène Royal anunció la reforma del partido y llamó a sus seguidores a mantenerse unidos para las próximas elecciones legislativas de junio. Tendrán que replantearse las posibles alianzas y aperturas posibles hacia el centro para poder reafirmar la identidad del Partido.

LA NECESIDAD DE CONSENSO
La principal tarea de Sarkozy consistirá en demostrar su capacidad para reconciliar a la ciudadanía y seducir a las personas que, en la segunda vuelta, se habían –informalmente– reagrupado bajo el lema Tout Sauf Sarkozy (Todo menos Sarkozy). En este sentido, sus primeras palabras, pronunciadas en medio de las aclamaciones de sus militantes, estuvieron dirigidas hacia ellos. Insistió en el hecho de que su elección resultaba del voto democrático de los franceses, de que no existían dos Estados enfrentados sino uno único.

Para poder gozar plenamente de sus funciones y tomar decisiones sin estar bloqueado en la Asamblea Nacional, su combate se ampliará hasta junio con el fin de conseguir una mayoría de escaños en las legislativas. La Unión por un Movimiento Popular (UMP) es mayoritaria desde 2002 en la Asamblea.

¿MÁS CERCA DE WASHINGTON?
Aunque la política exterior no haya sido un tema muy debatido a lo largo de la campaña, la expectación por parte de los dirigentes extranjeros es importante ya que cada candidato exponía ideas muy diferentes acerca del posicionamiento internacional de Francia. La comunidad internacional no tardó en felicitarle: George W. Bush fue el primero en llamarle. Angela Merkel también se alegró por la victoria de Sarkozy quién propuso la elaboración de un minitratado europeo ratificado. Sarkozy dejó entender que uno de sus primeros desplazamientos sería a Berlín y a Bruselas. Abdoulaye Wade, Bouteflika, Hu Jin Tao, Ehud Olmert y el rey saudí, entre otros, también se sumaron a las felicitaciones. Se estima que se fortalezcan las relaciones con Washington. La promesa de que Francia estará siempre al lado de Estados Unidos cuando la necesite sugiere un cambio de ciclo que ilusiona bastante a demócratas y republicanos.

La entrega de la presidencia de Jacques Chirac a Sarkozy tendrá lugar el 16 de mayo. En esta ceremonia, además de recibir la mayor distinción francesa, le serán entregados los códigos del arma nuclear. En paralelo acaba de empezar la campaña para las legislativas de junio. El Partido Socialista pondrá en marcha toda una serie de renovaciones de las cuales se debatirán el durante el Consejo Nacional del PS, los próximos días. Mientras tanto, la Unión por un Movimiento Popular (UMP) es mayoritaria desde 2002 en la Asamblea.

Recogiendo las propias palabras del primer secretario del PS, Francois Hollande, hace falta que cesen los comportamientos violentos y que se recurra a las papeletas. Necesitamos dialogo y respeto. Todo se verá los 10 y 17 de junio.

La Fundación Safe Democracy le invita a suscribirse gratis a los dos boletines electrónicos semanales (martes y jueves), con el análisis y los comentarios de nuestros expertos internacionales (pinche aquí).