La comunidad internacional aplaude la limpieza de los comicios parlamentarios [1]
Alberto Priego opina que las recientes elecciones parlamentarias en Armenia han manifestado un cambio positivo en el país, cuyos anteriores comicios, desde su independencia de la antigua Unión Soviética en 1991, se han visto marcados por el fraude. Para Priego, dicho cambio parece responder a dos causas: el efecto Revolución de Colores [2] y la Política de Vecindad [3] de la Unión Europea.
[4] Alberto Priego Moreno es experto en temas del Cáucaso y Asia Central e investigador en el Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid. Es autor de «La Evolución del conflicto en Chechenia», «The Creation of the Azerbaijani identity and its influence in the foreign policy», «Georgia: ¿Otra Revolución de Terciopelo?», entre otras publicaciones. Ha trabajado como investigador invitado en East-West Institute y en el Center for Euro-Asian Studies.
EN EL CORAZÓN MISMO DEL CÁUCASO emerge una nación que ha permanecido inalterada a lo largo de los siglos: Armenia. El pueblo armenio, que posee una de las diásporas más importantes del mundo, tiene también una larga historia de sufrimiento.
Aunque han sido perseguidos y castigados desde tiempos inmemoriales, en 1915 acaeció un suceso que ha marcado su historia, el genocidio armenio [5]. Acusados de colaborar con los aliados, los armenios que vivían en el Imperio Otomano bajo el régimen del Millet, sufrieron un intento de exterminio a manos de las tropas del Sultán Otomano. En total 1.500.000 armenios fueron asesinados. Este hecho ha marcado profundamente las relaciones de Armenia con sus vecinos ya que Turquía y Azerbaiyán niegan dicho genocidio. Por ese motivo Armenia se vio obligada a defender una alianza casi incondicional con Rusia que hoy se mantiene.
Desde la independencia, Armenia ha tenido una historia llena de turbulencias. Guerras, bloqueos, aislamientos internacionales, elecciones fraudulentas… han sido el día a día de esta república caucásica. Sin embargo, en los últimos años parece que la situación se está clarificando.
ELECCIONES PARLAMENTARIAS
El pasado 12 de mayo se celebraron en Armenia elecciones parlamentarias. Los ejemplos de Ucrania, Serbia y, sobre todo, el de Georgia hicieron temer al presidente Robert Kocharian un cambio político similar en Armenia. Según los observadores internacionales (la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa –OSCE [6]-, la Unión Europea y la Comunidad de Estados Independientes –CEI [7]-) las elecciones parlamentarias han sido limpias y carentes de incidentes graves aunque las manifestaciones pacíficas, a favor y en contra del gobierno, han sido constantes.
En lo que a los resultados se refiere, la coalición gubernamental (el Partido Republicano, el Partido Próspero y el ARF-Dashnaktsutiun) ha obtenido más del 50 por ciento de los votos revalidando así su mayoría parlamentaria. El Partido Republicano obtuvo el 33 por ciento de los sufragios lo que refuerza al primer ministro Sergey Sarkissian en su puesto y lo pone en primera fila en la carrera hacia la presidencia (2008). Los otros partidos de la coalición, el Partido Próspero y el Dashnaktsutiun, obtuvieron un 15 por ciento y un 13 por ciento respectivamente.
La oposición estará formada por los únicos dos partidos que lograron superar el 5 por ciento de los votos que se exigía para estar en el Parlamento. El primero es el Partido del Estado de Derecho que obtuvo un 7 por ciento y el segundo la coalición Heritage liderada por el que fuera ministro de Exteriores Raffi Hovanissian y, lo que es más importante, apoyada por la poderosa diáspora de armenios estadounidenses.
LAS CAUSAS DE UNA NUEVA POSTURA
Sin embargo, no faltaron las críticas de aquellos que no obtuvieron representación como el Partido Orinats Yerkirem del ex-presidente del Parlamento Armenio a Arthur Bagdasaryan, o el Movimiento Impeachment que clamó por la anulación de las elecciones.
Por el contrario, todos los observadores políticos han coincido en la limpieza de los comicios, algo que contrasta con las últimas elecciones de 2003 donde el nivel de fraude fue muy elevado.
Cabe preguntarse cuál ha sido el motivo que ha llevado a tan positivo cambio, ya que desde la independencia en 1991 las irregularidades electorales han caracterizado a todos los comicios celebrados en Armenia. Parece que hay dos causas que han favorecido esta nueva postura: El efecto Revolución de Colores y la Nueva Política de Vecindad.