Escasos logros en la 40ª Reunión Ministerial del sudeste asiático

Por Gracia Abad (para Safe Democracy)

Ni la cuestión de los Derechos Humanos logró que la 40ª Reunión Ministerial de la ASEAN escapara al principio de no intervención en asuntos internos. Con todo, el encuentro sirvió para plantear los Derechos de los Trabajadores Migrantes y para ratificar el carácter no nuclear de la región. También se habló de seguridad energética en el sudeste asiático.

ADEMÁS: Crisis medioambiental en el Sudeste Asiático, por Javier Gil Pérez


Gracia Abad Quintanal es doctora en Ciencias Políticas y experta en temas de Asia-Pacífico y regionalismo en Asia Oriental.

Es investigadora de la Unidad de Investigación sobre Seguridad y Cooperación Internacional del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.

Ha sido investigadora invitada en el Institute for Defense and Strategic Studies de Singapur.

EL CONOCIDO COMO ASEAN Way (esto es, la flexibilidad institucional y normativa, el carácter voluntario y no vinculante de los acuerdos y el estilo informal de los trabajos) y, de la mano del mismo, el principio de no intervención en asuntos internos, ha sido una vez más el incómodo protagonista de una reunión de la Asociación de Naciones del Sudeste asiático (ASEAN), en este caso, la 40ª Reunión Ministerial, celebrada en Manila el pasado 30 de julio. Han seguido, como es habitual, las reuniones con los socios de diálogo y de los miembros del Foro Regional de la ASEAN, como ya lo había sido en los días previos en el contexto de la reunión del Grupo de Trabajo de Alto Nivel encargado de la redacción del borrador de la Carta de la ASEAN.

La reunión que, a diferencia de la Cumbre celebrada a principios de año no ha sido víctima de sobresaltos por razones de seguridad o fenómenos atmosféricos (gracias a las fuertes medidas de seguridad desplegadas y a pesar de la coincidencia en el tiempo con las operaciones que se desarrollan en Basilan, tras el secuestro y asesinato de catorce marines a manos del Frente Moro Islámico de Liberación –MILF, en sus siglas en inglés– y Abu Sayaf) ha sido sin embargo escenario de un intenso debate que va a la raíz de las posibilidades de transformación de la organización.

Así, la cuestión más espinosa han resultado ser el intento de introducir referencias a un mecanismo de protección de los derechos humanos, a la toma de decisiones por mayoría y a la posibilidad de arbitrar sanciones para aquellos miembros que no respeten y apliquen las decisiones de la organización en el borrador de la Carta de la Organización cuya versión definitiva debería ser aprobada en la Cumbre de Singapur que tendrá lugar el próximo mes de noviembre. No en vano, eran ésas las únicas cuestiones acerca de las que tampoco había logrado llegar a un acuerdo el grupo de alto nivel encargado de redactar el borrador de la Carta.

LA CREACIÓN DE UNA COMISIÓN
En tanto que la mayor parte de los antiguos miembros de la organización y, en particular del anfitrión y presidente de turno, Filipinas, se mostraron claramente a favor de la introducción en el borrador de la Carta tanto de una cláusula relativa a la protección de los derechos humanos que contemple la creación de un Comisión ASEAN de Derechos Humanos encargada de dicha función así como del voto por mayoría para algunas cuestiones regionales de importancia, convencidos entre otras cosas de los beneficios que de ello se derivarían para la credibilidad de la organización, algunos otros miembros, con gobiernos de corte autoritario y, de manera especialmente destacada Myanmar, se oponían a tal opción. Así, este último estado optó por congelar la propuesta a pesar de que ésta recogía también una cláusula en virtud de la cual los miembros más reticentes podrían retrasar su incorporación a la Comisión hasta que se sintieran preparados para participar.

SEGURIDAD ENERGÉTICA
Finalmente se ha decidido introducir la referencia a la Comisión pero dejando pendientes de definición los detalles de su establecimiento.

Por lo demás, además de abordar otra serie de cuestiones, muchas de ellas ya ampliamente presentes en encuentros anteriores, como la seguridad energética y la energía nuclear, los desafíos medioambientales, el desarrollo sostenible y equitativo, la creación de una mayor conciencia regional, la lucha contra el terrorismo y el crimen transnacional, además de las relaciones con los socios, los ministros de la ASEAN han aprobado numerosos documentos. Merecen mención especial una Declaración Conjunta para el Establecimiento de un Comité ASEAN de Promoción y Protección de los Derechos de los Trabajadores Migrantes y un Plan de Acción para reforzar la aplicación del Tratado por el que se confirió al sudeste asiático el carácter de zona libre de armas nucleares.

La Fundación Safe Democracy le invita a suscribirse gratis a los dos boletines electrónicos semanales (martes y jueves), con el análisis y los comentarios de nuestros expertos internacionales (pinche aquí).