Los primeros seis meses de gobierno de Berdymujammedov arrojan luces y sombras. Si bien ha introducido ciertas reformas y una tímida apertura al exterior, mantiene la estructura estatal y la brutal forma de gobernar de su antecesor, Saparmurad Niyazov.

SAPARMURAD NIYAZOV DIRIGIÓ con mano de hierro Turkmenistán desde 1985 hasta su repentina muerte el pasado 21 de diciembre de 2006. Niyazov edificó una dictadura personal absoluta basada en un culto extremo a su persona (intitulado como turkmenbashi, jefe de los turkmenos), un fuerte etnocentrismo, la omnipresencia del KNB (Comité de Seguridad Nacional, heredero del KGB), el reinado del terror y las purgas sistemáticas.

«Las promesas de una apertura del país han despertado las expectativas de los ciudadanos turkmenos»

Desde la desaparición de Niyazov, Gurbanguly Berdymujammedov se ha consolidado como nuevo presidente de Turkmenistán, y ha introducido algunos cambios positivos. Así, en los últimos meses se han reinstaurado las pensiones de unos cien mil pensionistas, suprimidas por el turkmenbashi para hacer frente a las dificultades financieras que se derivaban del oneroso culto a su persona. También se ha recuperado el décimo curso escolar, suprimido anteriormente para evitar la movilidad de los estudiantes turkmenos por el resto del espacio ex soviético.

Por otra parte, las promesas de una apertura del país, concretada, de momento, en el establecimiento de un primer cibercafé en Asjabad o en la eliminación de los visados internos, han despertado las expectativas de los ciudadanos turkmenos.

QUÉ SIGUE IGUAL
No obstante, a pesar de este positivo deshielo, conviene no perder de vista que se mantiene la estructura de partido único, la inexistencia de medios de comunicación libres, el estricto control sobre cualquier tipo de oposición democrática y las purgas no han desaparecido como medio de ejercer el poder. La más reciente y espectacular ha sido la de Ajmurad Reyepov, hasta ahora poderosa figura de los servicios secretos y arquitecto del régimen de terror construido por el turkmenbashi… Con Reyepov han caído su hijo y parte de los miembros más destacados de su grupo de influencia clientelar.

«El país alberga una cuarta parte de las reservas mundiales de gas natural»

Son muchas las hipótesis que se han planteado para explicar estos sucesos. Algunas sugieren que el presidente busca crear su propia base de poder, completamente fiel y leal. Otras, por el contrario, lo interpretan como un intento de depurar los servicios secretos, corroídos por las flagrantes corruptelas que ocasionan un daño muy considerable al conjunto del país por el desvío de los ingresos del sector del gas natural hacia cuentas privadas en el extranjero.

Asimismo, Berdymujammedov ha mantenido algunos modos del anterior dirigente y, por ejemplo, para celebrar su cincuenta cumpleaños el pasado mes de junio se concedió a sí mismo la más alta distinción nacional (la Orden Watan, Madre Patria) e hizo acuñar cuatrocientas monedas de oro y plata conmemorativas con su efigie.

TÍMIDA APERTURA AL EXTERIOR
El elemento que ha despertado más interés ha sido la apertura al exterior protagonizada por Asjabad en estos últimos seis meses, fundamentalmente porque se supone que el país alberga una cuarta parte de las reservas mundiales de gas natural.

«Berdymujammedov ha comprendido que un mayor número de relaciones exteriores, no sólo no representan un riesgo para su liderazgo, sino que incluso pueden reforzar su posición y contribuir a su perpetuación en el poder»

Esta apertura iniciada por Berdymujammedov ha supuesto que algunos analistas ya hablen de la nueva política exterior turkmena. En cualquier caso, se mantienen los dos objetivos principales: implementar el mayor número de rutas posibles para la exportación del gas natural y fortalecer, al mismo tiempo, el régimen mediante la acción exterior.

El aislacionismo turkmeno estaba basado en la premisa de Niyazov de que cualquier contacto con el exterior suponía intrínsecamente un riesgo para su dictadura personal con extravagantes pretensiones trascendentes. Por otra parte, la neutralidad de Turkmenistán, reconocida por Naciones Unidas, no garantizaba, ni garantiza necesariamente la seguridad del país, como cándidamente afirmaba Niyazov; especialmente, en tiempos en los que los principales riesgos y amenazas no tienen carácter ni estatal ni convencional.

Berdymujammedov ha comprendido que un mayor número de relaciones exteriores, no sólo no representan un riesgo para su liderazgo, sino que incluso pueden reforzar su posición y contribuir a su perpetuación en el poder. De ahí, que el nuevo presidente esté implementado una cierta normalización regional, caracterizada por una mayor interactuación con las organizaciones de cooperación regionales como la OCS (Organización de Cooperación de Shangai) o la EurAsEC (Comunidad Económica Euroasiática).

Por otra parte, la presencia de Berdymujammedov en la ONU supone un hito importante para el país, ya que se trata de la primera vez que un presidente turkmeno se dirige a la Asamblea General.

ESTRECHANDO LAZOS CON ASIA Y OCCIDENTE
Turkmenistán ha estrechado sus lazos energéticos con Kazajstán y Rusia. Al mismo tiempo, está poniendo las bases para una relación energética y económica de largo alcance con China. También, se están fortaleciendo los lazos económicos y comerciales que ya existían con Irán. Asimismo, se ha recuperado el diálogo con Azerbaiyán, lo que podría suponer la resolución definitiva del litigio sobre el área marítima disputada de Serdar/Kyapaz y eliminar así una de las fuentes de tensión latente en el mar Caspio.

Por último, Berdymujammedov se ha mostrado dispuesto a cooperar con Estados Unidos y la Unión Europea en materia energética. Washington y Bruselas han recibido con optimismo la nueva disposición de Asjabad. No obstante, las posibilidades reales de esta cooperación son bastante inciertas por los contratos existentes con Moscú y Pekín; especialmente por los firmados con Rusia, que otorgan a la compañía rusa Gazprom unos derechos casi exclusivos sobre la producción turkmena de gas natural.

De esta manera, una cooperación energética con Estados Unidos o Europa depende de los límites que impone la relación con Moscú y Pekín y está, además supeditada al desarrollo de nuevos campos gasíferos o a la mejora de los rendimientos de los que ya están operativos.