Los desplazamientos internos en América, Asia y África son de una relevancia muy superior al conjunto de todos los promovidos hacia el Primer Mundo. Las respuestas al problema de la inmigración pasan por un cambio profundo de conciencias y modos de vida. La falta de recursos impide exportar el modelo del Primer Mundo al Tercer Mundo. No hay para todos manteniendo los actuales ritmos de explotación, uso y consumo. Por eso, reducir, compartir y aceptar al diferente son cuestiones claves.
LA REFLEXIÓN SOBRE DÓNDE SITUAR el teatro de los horrores de la inmigración humana, en condiciones infrahumanas, debe partir de una afirmación, que no por más comentada deja de ser menos actual y más cierta: para el Sistema de Libre Mercado no existe todo lo que queda fuera de él; aproximadamente, dos mil quinientos millones de personas según el Informe del Desarrollo Humano 2005.
En este sentido se centrarán las consideraciones que ayudan a construir el teatro donde representar los acontecimientos.
Los problemas ambientales, los desequilibrios y lo insostenible de las acciones amparadas por los planteamientos éticos, científicos, tecnológicos y económicos occidentales, se contemplan habitualmente en magnitudes globales, pero tienen un efecto inmediato que compromete la existencia de individuos, grupos humanos y sus entornos sociales y ambientales.
Cuando aparece en el habla cotidiana el término Globalización, lo inmediato es identificarlo con su perspectiva económica, pero a nadie se le debe ocultar, en estos momentos de la historia, que ha transcendido y afecta a todos los fenómenos que ocurren en el seno de una sociedad y de las personas que la integran.
Teniendo presente la recurrencia al fácil determinismo económico, es conveniente analizar los otros factores que por su relevancia, estructura de funcionamiento e interacción dan consistencia al marco donde tienen lugar los acontecimientos migratorios.
CONSIDERACIONES NECESARIAS
El conjunto es esencial para que se adecue el sistema al cambio; para ello interviene sobre los componentes de los sistemas sociales, económicos, comunicacionales y ambientales, modificándolos o destruyéndolos, facilitando, de este modo, su reproducción.
Su lógica de funcionamiento necesita de cantidades importantes de recursos naturales y mano de obra irregular, barata y no conflictiva. Para que éste tenga un crecimiento continuo y una adaptación al cambio, precisa que de forma generalizada se considere:
La nueva situación como inevitable. Aunque se sustente en desequilibrios y relaciones de dominación y dependencia. No se tengan en cuenta el respeto los ritmos de renovación y a la posibilidad de un mejor reparto de lo escaso para la subsistencia de todos.
La significación de la cultura del consumo igual a progreso. Que no deja de crecer aunque haya alcanzado un considerable tamaño para instalarse en un estado estacionario, disociándose, por lo tanto, de las leyes de la vida y olvidando que lo que le sucede a una parte del Planeta afecta a otra, por muy alejada que esté.
Una economía que necesita la no existencia de fronteras físicas o virtuales. De este modo se favorece la libre circulación de capitales y flujos financieros.
Los desequilibrios entre el Centro y la Periferia. Las grandes decisiones del Norte condicionan el medio ambiente natural y social, aunque su modificación tenga efectos inesperados.
La independencia de lo económico de lo político. Permitiendo que el control de los gobiernos se modifique y ceda sus capacidades a la autorregulación del mercado, instaurándose éste como la instancia más efectiva de la regulación social.
La capacidad de las empresas transnacionales para modificar las reglas de juego. Donde se establezcan relaciones de competencia desigual que imposibilitan a los pobres influir o incluso intervenir en los mercados.
La alteración del comercio transnacional hacia un comercio entre empresas. Dejando a las grandes compañías fuera de los controles políticos de los gobiernos.
El crecimiento desproporcionado de poder de las trasnacionales. Condicionando a sus intereses las estrategias políticas y económicas de gobiernos, nacionales y supranacionales, a través de su intervención en las decisiones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y en especial la Organización Mundial del Comercio.
Para que todos los factores mencionados tengan un entorno adecuado necesitan especialmente:
Sensibilizar y capacitar a sus habitantes en la defensa de la cultura occidental. El individuo progresa ajeno a sus circunstancias colectivas, consigue todo por su sacrificio, inteligencia y espíritu competitivo. Los seres humanos podrán perpetuarse en el tiempo si son capaces de proteger la sociedad civilizada.
Una estructura mediática. Que transmita los mensajes, explícita o implícitamente, buscando que la percepción pública divida el mundo entre buenos y malos, entre los que se esfuerzan y los otros. No importa perder las libertades si con ello se defiende la base del Sistema. La libertad se puede cambiar por seguridad si con ello se evita la invasión de los diferentes, sus mercancías, culturas y miserias.
UN ASUNTO VERDADERAMENTE GLOBAL
Estas consideraciones pueden mostrar el escenario donde se representa el drama de millones de personas, el origen del por qué de las migraciones, no sólo hacia la abundancia, que quizás sean las de menor importancia, sino las interiores entre las zonas más deprimidas del Planeta.
Los desplazamientos internos en América, Asia y África son de una relevancia muy superior al conjunto de todos los promovidos hacia el Primer Mundo.
El grado del problema no sólo es para el Tercer Mundo, es para todos los habitantes del Planeta. Las soluciones, si aún se está a tiempo de aplicarlas, pasan, necesariamente, por aceptar que es un asunto de todos, verdaderamente global.
Aun siendo posible llevar el Primer Mundo al Tercer Mundo, como toda una corriente de opinión propuso y recurrentemente vuelve a proponer, no es solución. Lo impide lo limitado de los recursos. No hay para todos manteniendo los actuales ritmos de explotación, uso y consumo.
Con ello se ponen de manifiesto que las respuestas a la urgencia del problema pasan por un cambio profundo de conciencias y modos de vida. Reducir, compartir y la aceptación del diferente son cuestiones de supervivencia.
Publicado por:
francisco
fecha: 12 | 11 | 2007
hora: 5:49 pm
Link permanente
Usted plantea un tema, que aunque de candente actualidad, no es nuevo, sino que se repite en el tiempo, y siempre va asociado a lo mismo: Reparto de renta y riqueza.Pero bien visto, el problema, tampoco permanece constante, sino que se agudiza, porque con él van asociado otros nuevos, con los que jamás se solventarán, sino que aumentarán. Y como en todo, no hay causa sin efecto.
Hoy la economía está dirigida hacia la producción masiva de objetos, la mayor parte inútiles, que sólo persigue la riqueza de las empresas y sus accionistas, y no al consumo y al reparto. Pero como supongo que también ya sabrá, semejantes bases sobre la que se edifica todo el edificio económico, están sacralizadas, y por eso, exentas de toda crítica constructiva.
Desde luego el drama humano de los desplazamientos, jamás podrá solventar sus miserias. Y eso es así porque todas las construcciones políticas, son perecederas en el tiempo, dada su fragilidad y esacaso equilibrio, que una vez roto, aflora a su superficiel lo peor de cada hombre. Que es lo que ocurrirá en Europa, en caso de que la presión demográfica afroasiática no cese, el pueblo se sienta amenazado, y obte para solucionar sus problemas, por otras formaciones políticas más contundente con semejante fenómeno.