A pesar de los avances que ha habido contra violencia de género en América Latina, la aberrante y silenciosa violación de derechos humanos perpetrada cobardemente a escondidas, se manifiesta también en desigualdad laboral: a igual empleo, las mujeres ganan un 30 por ciento menos, y su desocupación es más alta. Otra forma de violencia son las discriminaciones usuales en muchas corporaciones contra las mujeres en temas de maternidad.

(Desde Nueva York) LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD ha advertido que más mujeres mueren por la violencia en el mundo que de cáncer.

España reaccionó con indignación ante el reciente asesinato de Svetlana, inmigrante rusa de 30 años, por su ex pareja, después de haberse visto en un reality show a pesar de la orden judicial de alejamiento por agresiones previas, que la llevó engañada a encontrarlo ante las cámaras para amigarlos.

En América Latina, un informe de la CEPAL-ONU en el día internacional contra la violencia doméstica, estimó que de un 30 por ciento a un 60 por ciento de las mujeres, son objeto de ella. El 52,3 por ciento de las mujeres bolivianas denunciaron abusos de su pareja actual o anterior (2003). Lo mismo hicieron el 42,3 por ciento de las peruanas (2004), el 21 por ciento de las dominicanas (2002), el 40 por ciento de las nicaragüenses, el 33 por ciento de las brasileñas, y el 35,4 por ciento de las mexicanas. En México cada 35 minutos se recibe un llamado de una mujer víctima de violencia. En Argentina los crímenes contra mujeres constituyeron entre el 78 por ciento y el 83 por ciento de los delitos de violencia entre 1999 y 2003.

IMPUNIDAD

El relator sobre Derechos de las Mujeres de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Abramovich, dice que la gran mayoría de estos delitos permanecen en la impunidad. En 2002 sólo fueron procesados en Guatemala el 0,33 por ciento, en Ecuador el 2,7 por ciento, en Chile el 3,89 por ciento. Resalta los patrones culturales de discriminación muy presentes en los operadores judiciales.

El informe ONU-CEPAL denuncia el inequitativo acceso de las mujeres a la justicia, la disparidad de trato en los servicios públicos, y la impunidad.

La vida de una mujer parece valer muy poco. En los últimos 7 años, en Guatemala se produjeron 3.300 asesinatos de mujeres, y en Honduras 1.000, casi sin castigos.

DESIGUALDAD LABORAL

Pese a avances muy importantes sigue asimismo presente en la región, la desigualdad laboral: a igual trabajo las mujeres ganan un 30 por ciento menos, y su desocupación es más alta, 12,7 por ciento versus 9,2 por ciento. Otra forma de violencia son las discriminaciones usuales en muchas empresas contra las mujeres con planes de maternidad.

El mejoramiento de los índices de crecimiento económico de los últimos años, no redujo la violencia doméstica. Detrás de su aumento se hallan férreos modelos culturales de discriminación, machismo, ejercicio de la fuerza, y estereotipos desvalorizadores, y semirracistas sobre la mujer.

DOS PRESIDENTAS EN AMÉRICA LATINA

Dos mujeres notables que han hecho añicos con su trayectoria y talentos toda forma de subestimación antimujer, las presidentas de Chile y Argentina, Michelle Bachelet y Cristina Fernández de Kirchner, han anunciado cambios de fondo en el enfrentamiento de la violencia doméstica.

Es hora de que toda América Latina impulse políticas en esa dirección, para terminar de una vez por todas con esta aberrante y silenciosa violación de derechos humanos, perpetrada cobardemente, a escondidas.