
La íntima relación entre narcotráfico y Estado
El regreso de la ética como respuesta a la eterna disputa de intereses
Hugo Chávez precisa de las FARC para su carambola de billar en el tablero de la gran patria bolivariana que incluye al territorio colombiano. Álvaro Uribe tiene razones para confrontar con Chávez y alinear tras de sí la unidad nacional de los colombianos jaqueados y ofendidos por dentro y por fuera. Washington respalda a Uribe, su principal amigo en Sudamérica, pero precisa de un Chávez que les garantice, al fin y al cabo, que el petróleo venezolano llegue a los surtidores de combustible y los tanques de gasolina de los coches norteamericanos.
(Desde Buenos Aires) COMO ES SABIDO, Hollywood suele explicar mejor a Washington, y nada mejor que una buena película norteamericana, a veces, para entender las complejas tramas que se tejen en la urdimbre de las relaciones de Estados Unidos con el mundo. Cabe en este caso la recomendación de American Gangster, el notable film de Ridley Scott que se proyecta en las principales ciudades del mundo, protagonizado por Denzel Washington y Russell Crowe.
Allí se cuenta con rasgos novelescos la verídica historia de Frank Lucas, un muchacho negro del barrio de Harlem que devino a fines de los años sesenta en un próspero capo de mafia de Nueva York a partir de controlar el negocio del tráfico de heroína procedente de Vietnam. “American Gangster se nos revela como un extraordinario documental para explicar los orígenes de guerras y conflictos mucho más actuales” El trasfondo de esa historia es la íntima relación entre el narcotráfico y el Estado, entre el delito y la ley que lo combate, entre la guerra (justificada siempre con principios y categorías morales) y las luchas territoriales por los recursos y la apertura de los mercados (apoyadas en puros y crudos intereses); entre la zanahoria que hace andar al burro y el palo que lo controla.
Así es como la guerra de Vietnam deviene un acicate para trazar las rutas del suculento circuito de las drogas. Y el instrumento que lo permite es el propio ejército norteamericano, cuyos aviones llevan soldados y armamento a los lejanos combates del sudeste asiático y traen de regreso ataúdes y cajas camufladas con toneladas de heroína. “Lo que en un tablero supone juegos de confrontación y antagonismo, en otro supone juegos simultáneos de colusión de intereses entre actores opuestos, pero con beneficios recíprocos” Mientras tanto, el polvillo mágico, distribuido en masivas dosis para su comercialización mayorista y minorista, dejará cuantiosas ganancias e irresistibles atractivos a los ojos y bolsillos de policías, empresarios, políticos y jueces. Será una fuente de enriquecimiento, ascenso social y dinamismo económico para unos y de dependencia, enfermedad, corrupción y marasmo para otros.
Así es como American Gangster se nos revela como un extraordinario documental para explicar los orígenes de guerras y conflictos mucho más actuales, como los de Afganistán e Irak y, particularmente ahora, Colombia y Venezuela, a propósito de la crisis de los rehenes de las FARC y la escalada que opone a los presidentes Álvaro Uribe y Hugo Chávez.
FLUJO DE RELACIONES
Los intereses que hay allí involucrados trascienden toda simplificación maniquea y obligan a revisar explicaciones esquemáticas, como la que pretende reducir la cuestión a una lucha entre los representantes de la ley y los sicarios del delito y el crimen (que también lo es, por supuesto, pero no lo es tan sólo).
Existe un intenso flujo de relaciones triangulares y paralelas entre Estados Unidos, Colombia y Venezuela. Relaciones diplomáticas (abiertas y encubiertas); relaciones comerciales (lícitas e ilícitas), relaciones militares y estratégicas (explícitas e implícitas). “La asistencia norteamericana al Plan Colombia de lucha contra el narcotráfico se calcula en 500 millones de dólares anuales, cifra similar a la que recauda el narcotráfico por las exportaciones de cocaína hacia el Norte”Son juegos agonales de cooperación y conflicto: se promueven ciertos conflictos y choques para sacar máximo provecho de ellos.
Lo que en un tablero supone juegos de confrontación y antagonismo, en otro tablero supone juegos simultáneos de colusión de intereses entre actores opuestos, pero con beneficios recíprocos: Preciso de ti para financiar mis batallas y lograr apoyos en tu contra. Hugo Chávez precisa de las FARC para su carambola de billar en el tablero de la gran patria bolivariana que incluye al territorio colombiano. Álvaro Uribe tiene razones para confrontar con Chávez y alinear tras de sí la unidad nacional de los colombianos jaqueados y ofendidos por dentro y por fuera. Washington respalda a Uribe, su principal amigo en Sudamérica, pero precisa de un Chávez que les garantice, al fin y al cabo, que el petróleo venezolano llegue a los surtidores de combustible y los tanques de gasolina de los coches norteamericanos.
Y algo más: la asistencia norteamericana al denominado Plan Colombia de lucha contra el narcotráfico está calculada en 500 millones de dólares anuales, una cifra aproximada similar a la que (según señalan los especialistas) recauda el narcotráfico como regalías por las exportaciones de cocaína hacia el Norte, incluidos los consumidores estadounidenses.
CLARA ROJAS Y CONSUELO GONZÁLEZ
En las últimas semanas, sin embargo, ha ocurrido algo distinto. Ha surgido otra historia, la de Clara Rojas y Consuelo González, rehenes liberadas junto Emmanuel, hijo de la primera nacido en cautiverio, máximas referentes de un movimiento internacional de reclamo por la libertad de los centenares de secuestrados en manos de las FARC.
Tal vez sea el inicio de otro capítulo en el cual sean las sociedades civiles movilizadas, y no ya los señores de la guerra, los barones de la droga y sus personeros y guardianes, las que impongan sus condiciones y coordenadas.
- La mediación internacional en Colombia, ¿desbloquea el conflicto?
por José Luis Gómez Garavito
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Christian van der Dys
fecha: 21 | 01 | 2008
hora: 7:33 pm
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Otro «especialista» de Safe Democracy que es un creador y repetidor de clichés. Le recuerdo al autor que Uribe sistemáticamente acusa a todo el que le molesta de ser narcotraficante o terrorista. En cambio, el Congreso de los EE.UU. (que difícilmente pueda ser calificado de Chavista) ha negado o al menos retrasado la aplicación del TLC con la nación neogranadina en los siguientes términos: «Hay una amplia preocupación en el Congreso por los niveles de violencia en Colombia, la impunidad, la falta de investigación y procesamiento, así como el papel de los paramilitares», afirmaron.
«Asuntos de esta naturaleza, no pueden ser resueltos solamente mediante el lenguaje en un acuerdo comercial», dijeron.
«Creemos que primero tiene que haber pruebas concretas de resultados sostenibles en el terreno y los congresistas seguirán trabajando con todas las partes interesadas para lograr que se consiga esto, antes de analizar cualquier TLC», subrayaron. «Por tanto, no podemos apoyar ahora el TLC con Colombia», sentenciaron. (http://www.elpais.com.co/paisonline/notas/Junio292007/tlccolombia.html)
A los únicos a quienes la prolongación del conflicto colombiano interesa es, evidentemente, al gobierno guerrerista de EE.UU., o lo que se llamó el «complejo militar industrial», que mantienen bases e influencia en la región gracias al gobierno de Uribe, y a la oligarquía colombiana que mantiene su statu quo, así como a los beneficiarios de los miles de millones de EE.UU. y la propia Colombia destinan a armamento y «defensa» para matar colombianos (si, porque hay que recordarle al autor de este artículo que los guerrilleros de las Farc son colombianos también). Una desmovilización y entrada en la arena política favorece, en cambio, a la paz por un lado y abre la posibilidad de que un gobierno de izquierda o al menos con un fuerte contrapeso de esta tendencia en el legislativo y las regiones se haga realidad en Colombia, cosa que evidentemente entraría en sintonía con la tendencia regional y para lo cual la existencia de una insurgencia armada no coopera en absoluto, por lo que no puede ser, como quiere hacer ver el autor de este simplismo pavloviano, las Farc útiles para Chávez ni para nadie en este esquema. Chávez tiene un panorama interno bastante complejo desde siempre y luego del 2 de diciembre en particular para «precisar de las Farc» o de nadie en un delirante «billar» de cómic de Stan Lee donde quieren siempre hacer ver a Chávez como una especie de Lex Luthor en una visión macarthista en la que deplorablemente los argumentos se sustituyen por clichés de «Selecciones del Reader´s Digest» de los 50’s, y ni hablar de la lamentable postura de interpretar a Washington o la política a partir de Hollywood, como lo sería para interpretar la ciencia, la cultura o la historia o cualquier actividad humana. Ese universo de cowboys e indios, de guerras espaciales, de márketing y star system, de John Wayne y Ronald Reagan, de Rambos y boínas verdes nos son más que un reflejo de los intereses de quienes los financian, a cuya propaganda y adoctrinamento han servido desde antes que los Warner Brothers fueran hermanos o se colgara el famoso letrero en las colinas californianas. Permítaseme entonces desconfiar de los doctorados en politología otorgados por Hollywood. En el lamentable intento de abordar la política mediante cintas de Hollywood, este artículo ni hace crítica política ni una crítica de cine, por lo que nos quedamos con la idea de haber leído las confusas impresiones de un adolescente que trata de decodificar el mundo luego de haber visto «La guerra de las galaxias» y comienza a buscar Vaders y Leias y Skywakers a su alrededor. La película que cita el autor no la he visto, pero sé que no es un «documental» como cita, y si acaso es una «visión histórica» como la del bodrio ese de «Gladiador» que nos trajo el deteriorado Scott con el mismo australiano que protagoniza esta, ya nos podemos imaginar qué significa «Hollywood suele explicar mejor a Washington» , a menos que se refiera a Denzel, claro. Lo mejor es que «todo el mundo» lo sabe. La próxima vez en vez de leer los diarios, buscar en internet infinidad de artículos para contrastar y tratar de encontrar las deshilachadas hebras de la verdad entre ellos, alquilamos «Las boínas verdes» o lo que sea. Esperemos a ver si Oliver Stone se anima con el tema del drama humanitario colombiano, y los miles de desplazados, los 4 millones de colombianos que viven en Venezuela (molestísimos con Chávez, seguro), los centenares de presos políticos, secuestrados, desaparecidos por tantos bandos, el narcotráfico etc. O vemos «Scarface» y nos vamos a comer helado. Ya no se sabe si el enfrentamiento va a ser entre Chávez y los Boinas Verdes o con Linterna Verde. Es la pretensión de despojar a la política de otra lógica ideológica que no sea el marketing, porque hay quienes no conciben que hay ideologías y no sólo eslóganes y clichés, superhéroes y villanos. La superficialidad, la banalidad, asesina al pensamiento, el análisis, la democracia tanto como las bombas. Y si no, miren a Hollywood y a la «democracia» en la que se desenvuelve. Por favor, un poco más de profundidad, que en la orilla de la banalidad la verdad se ahoga, varada como las ballenas.
Publicado por:
fabian bosoer
fecha: 21 | 01 | 2008
hora: 9:31 pm
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No acostumbro a usar este espacio, que es de los lectores (y en buenahora que se llene de debates y participaciones), para responder o replicar opiniones, todas por cierto respetables e interesantes cuando no incursionan en agravio -que no es el caso-. Pero, estimado Christian, hago la excepción y en forma escueta sólo para señalarte que creo que yerras el tiro argumental: lejos de mostrar una visión simplificada, banal y «hollywoodense» del conflicto en Colombia traté de describir a través del ejemplo de una película actualmente en cartelera que cuenta una historia verídica de los tiempos de la Guerra de Vietnam, de qué manera operan realidades subyacentes detrás de la gran puesta en escena mediática de la política internacional. Que hay que pensar que existen lógicas aparentemente contradictorias en un plano y complementarias en otro plano, que no se puede generalizar a «los Estados Unidos» como un todo uniforme (como bien lo señalas, una cosa es el Pentágono, otra distinta el Congreso, otra los ciudadanos estadounidenses) como tampoco asociar al gobierno colombiano y todos los colombianos, las Farc incluidas (dónde dice mi artículo que los miembros de las FArc no son colombianos?)
Todo el resto de tu extensa reflexión y diatriba es muy contundente pero lamento decirte que no me siento aludido por la misma y probablemente coincida con muchas de las aseveraciones allí vertidas.
Aunque en verdad, el comandante Chávez no hace mucho esfuerzo por desmarcarse de su estereotipo rimbombante y alegórico de personaje de película. Ahora bien: uno puede pelearse contra quienes construyen, ven y analizan la política internacional como un juego de super-héroes y villanos, buenos y malos chicos, y está muy bien hacerlo, pero no puede negar que esta lógica existe y así se mueven muchos de sus principales actores, tanto como su audiencia cautiva. No es el caso de la película a la que aludí, American Gangster, que muestra algo que hasta ahora no había sido mostrado de ese modo contundente, la relación entre el narcotráfico y el pentágono en los años del «flower power», años antes de que se iniciara «la guerra contra el narcotráfico». Así que te recomendaría, Christian derivar tu crítica hacia otro objetivo, que los hay y muchos por cierto. Espero haber sido algo más claro.
Un cordial saludo
Fabián Bosoer
Publicado por:
Julio
fecha: 21 | 01 | 2008
hora: 11:45 pm
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Celebro la profundidad del análisis, tanto de la nota de Fabián Bosoer como de los comentarios del lector y la respuesta del columnista. Estamos acostumbrados a leer y escuchar comentarios muy sesgados sobre el tema, a favor o en contra de Chávez, a favor o en contra de Bush, a favor o en contra de Uribe. Pero pocos se ocupan de señalar la situación de los rehenes de las Farc, de los desplazados forzados, de las víctimas del narcotráfico y los paramilitares. Y no es cuestión de echar culpas a los Estados Unidos por las defecciones y fracasos de las dirigencias de los países latinoamericanos, pero no está demás recordar que los yanquis destinan la mayor partida de ayuda al exterior de toda América latina a combatir -supuestamente- a los narcos y las Farc, y allí está el negocio del narcotráfico funcionando a pleno. Como lo dice muy bien Fabian, la guerra es un negocio que ofrece muchas ganancias. Y si las Farc realmente quisieran un cambio político en Colombia empezarían por liberar a los centenares de rehenes civiles que tienen y seguir el ejemplo de los Zapatistas mejicanos y las guerrillas que se integraron a la vida democrática en tantos otros países de la región. Y si Chávez no tuviera otra intención como «mediador» entre Uribe y las Farc, se ahorraría tanta vehemencia para atacar a Uribe y defender el carácter «insurgente» de las tropas del comandante Marulanda.
Y respecto del cine y la política, hay que decir que muchas veces la ficción se anticipa a la realidad y que ésta parece imitar a aquella. En la era de la ciberpolítica, las puestas en escena parecen ser tan importantes como la acción en cuestión. Sobre todo, en las tierras del «realismo mágico». Así que Cristian, no dejes de leer buenos análisis políticos, pero no te prives de las buenas películas y novelas.
Julio
Publicado por:
ana
fecha: 22 | 01 | 2008
hora: 1:46 am
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Ante el artículo ,comentario y contestaciones solo opino que muchas veces la realidad supera ampliamente a la ficción.
Chavez ,por lógica es un hombre apoyado por una parte de lo que es Ee UU sino ante la pueblada con golpe a estado y presidencia provisional de empresario encumbrado ,no hubiese sido repuesto con la facilidad que lo fué.Quizás ,si se observa bien ,marcó un primer incidente de afianzamiento de un militar(ex golpista y crítico de la clase política) en latino américa.
El curioso insidente con Argentina pareciera ser-sin ponerme a defender a ninguna de las partes-una cuestión de celos entre los capitales que se benefician negociando con Chavez en la Florida y un posible entente de Chavez con Buenos Aires.
Recuerdo que una vez una amiga mìa(casada con un colombiano y residente en ese país) me refirió que a Lara Bomilla lo mataron por ser una de las pocas personas limpias en la polìtica.Aclaro que era su opinión porque desconozco los problemas de Colombia.
El incidente del chiquito también es raro.No se concibe en un gobierno humanitario y democrático que a la criatura le negaran por tanto tiempo su identidad y derecho al cariño de los suyos.
Hay varias cuestiones»digamos cinematogràficas» sin pecar ,en el caso de señalarlas ,de superficial.
Publicado por:
José María
fecha: 22 | 01 | 2008
hora: 5:35 pm
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CHRISTIAN, algunas cosas no cierran bien en tu comentario; segun tu punto de vista el problema de Colombia es la politica «guerrerista» de los Estados Unidos y la oligarquia que gobierna ese pais de la mano de Uribe. ¿Serían entonces las FARC un ejercito de liberacion nacional y antimperialista y no lo estamos viendo? ¿no ha sido Uribe acaso elegido dos veces por el pueblo colombiano? ¿o es un tirano opresor asesino de colombianos y tampoco lo estamos viendo? ¿no dices que el Congreso norteamericano se opone a la política exterior de su país? ¿quién aprueba entonces las partidas presupuestarias que permiten mandar sus tropas y dinero a la lucha contra el narcotrafico y la guerrilla ahí mismo? ¿no es eso contradictorio? ¿Y porqué tiene Chavez que meterse en la política interna de Colombia y calificar a Uribe de títere, personero del imperialismo, etc. ? ¿es esa su contribucion a la paz regional? ¿en qué contribuyen las FARC a «una desmovilización y entrada en la arena política» manteniendo a cientos de rehenes en condiciones infrahumanas? ¿A ver Christian, quiénes son los «buenos» en esa película? ¿quiénes son las víctimas y quiénes son los victimarios? Lo que veo es que el asunto es bien complejo y es facil reducirlo a blanco y negro.
Publicado por:
Alicia Augugliaro
fecha: 08 | 02 | 2008
hora: 11:44 pm
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Estimado Fabián Bosoer
Como siempre tu análisis de la realidad política es impecable. Ya he leído otras notas de tu autoría en la revista del Servicio Exterior con respecto a este tema.Soy egresada de la carrera de Licenciatura en Historia con orientación en Historia de la Política Exterior Argentina y en este momento me estoy deleitando con tu libro «Generales y Embajadores». Excelente tu interpretación de las diplomacias paralelas.Felicitaciones.,
Un cordial saludo
Alicia Augugliaro
Publicado por:
Cesar Benavides Cavero
fecha: 12 | 02 | 2008
hora: 11:25 pm
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Creemos que màs cerca a la realidad està el anàlisis que hace Christian que el autor Fabian, sino me dejan mentir porque USA apoya a Colombia, sin que su Presidente Uribe haya hechos algo bueno ni mucho menos espectacular en la lucha contra las FARC, los narcotraficantes y la industria del secuestro. De esto aprovecha tanto Hugo Chavez para ofrecerse como mediador o de buen componedor y de la otra parte los <> o sea USA, jalan agua para su molino. Al pretender mezclar la pelicula el ganster americano, que no deja de ser una obra brillante que nos abre los ojos sobre la industria del trafico de drogas y del acomodo de la guerras, donde se benefocoan unos cuantos, pero a la sociedad entera la estan matando o asesinando como decìa Jorge Luis Borges.
Este es nuestro modesto comentario, sobre el caso colombiano.
¿ Dònde quedò el Plan Colombia?
Cesar Benavides Cavero
Instituto Peruano de Criminalistica y Pericias
Publicado por:
marianina
fecha: 13 | 02 | 2008
hora: 1:45 pm
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Chavez no es un LEX LUTHOR; es MXYZPTLK porque los cambios que se producen en Venezuela son de caracter irreversible: quedara muy empobrecida, pese al petroleo y posiblemente la democracia pase a ser un bello mito.