kosova1.jpgTras ocho años de administración provisional, la UE no tiene las cosas claras respecto a los Balcanes, dice el autor. Su política exterior carece del más mínimo sentido común, como lo demuesta la independencia de Kosovo, donde Bruselas no ha sabido liderar el proceso de independencia con una hoja de ruta establecida. Se ha impuesto el realismo estadounidense que, de nuevo, ha goleado a Europa, dándole un papel secundario en la película kosovar.

 

EN LAS CELEBRACIONES posteriores a la declaración de independencia de Kosovo, se veían además de la bandera albanesa gran cantidad de enseñas norteamericanas, muy por encima de las europeas. Y es que la Unión Europea siempre llega tarde a los Balcanes.

Ya ocurrió en 1995, durante la guerra de Bosnia, cuando las tropas serbobosnias asesinaron a 8.000 musulmanes. Fue la OTAN la que tuvo que intervenir con el despliegue de 60.000 soldados.

“Los 27 decidieron que Kosovo supone un caso sui generis que no sienta precedente. Cualquiera diría que la UE carece de buenos juristas” En 1999, también fue la Alianza Atlántica la que intervino militarmente contra Serbia en los Balcanes para evitar una limpieza étnica en Kosovo.

Ocho años después, la UE no parece tener las cosas claras respecto a los Balcanes. Su política exterior carece del más mínimo sentido común. Un día después de la declaración unilateral de independencia de Kosovo, los ministros de los 27 pactaron que cada Estado miembro decidiría, según sus prácticas nacionales y sus reglas jurídicas, si reconocían o no la secesión. El texto es el colmo de la inexistencia de una política exterior única a nivel europeo.

LA RENACIONALIZACIÓN DE LA POLÍTICA EXTERIOR DE LA UE

Ha quedado claro, una vez más, que las relaciones exteriores nacionales están por encima del interés europeo. Que la política exterior no es única, sino común, y, en ocasiones, ni tan siquiera eso.

“En España, Bélgica, o Reino Unido, por citar algunos, los movimientos separatistas toman buena nota sobre este reconocimiento de independencia” Así, países como Reino Unido o Francia no están dispuestos a ceder sus tradicionales relaciones exteriores fuertes en sus respectivas áreas de influencia. O Alemania, que negocia directamente con Rusia, sin tener en cuenta al resto de la UE, o reclama su sillón en el Consejo de Seguridad en lugar de pedir un sillón único para los tres países europeos allí presentes. Con mimbres como éstos, es difícil construir una política exterior única.

En el caso kosovar, la renacionalización de la política exterior ha sido más que palpable. Los grandes Estados como Francia, Alemania Reino Unido e Italia han reconocido la independencia, mientras España, Grecia, Rumania, Eslovaquia y Chipre se muestran contrarias. Los ministros de Exteriores de los 27 decidieron que Kosovo constituye un caso sui generis que no sienta ningún precedente. Con afirmaciones como ésta, cualquiera diría que la UE carece de buenos juristas.

LA LECCIÓN DEL PARADIGMA KOSOVAR Y EL REALISMO ESTADOUNIDENSE

Kosovo es una provincia serbia según la resolución 1.244 del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que se establece una administración interina de las Naciones Unidas hasta una decisión final sobre el estatus. “Para Serbia la misión civil de la Unión es ilegal al carecer de una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU a la que Rusia se opone”Su independencia unilateral es un precedente legal inquietante para otros casos en los que hay en juego disputas territoriales y de soberanía, y Europa anda repleta de ejemplos.

En España, Bélgica, o Reino Unido, por citar algunos, los movimientos separatistas toman buena nota sobre este reconocimiento de independencia. Son movimientos que se apoyan en criterios étnicos, lingüísticos o culturales.

En España, vascos y catalanes ya estudian sobre el terreno el paradigma kosovar. La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azcárate ha llegado a afirmar que es una lección sobre el modo de resolver de forma pacífica y democrática conflictos de identidad y de pertenencia.

“Europa deberá invertir mucho dinero para sacar a la provincia serbia del marasmo de pobreza y violencia”En el caso belga llevan más de seis meses sin gobierno por el enfrentamiento entre valones y flamencos. El partido La Nueva Alianza Flamenca defiende con uñas y dientes el derecho a la autodeterminación, que consideran imprescindible. Y en Reino Unido, el Partido Nacional de Escocia, que controla el gobierno, se comprometió a organizar una consulta popular en 2010.

El fallo de la UE ha sido el no haber liderado el proceso de independencia de Kosovo con una hoja de ruta establecida. Se ha impuesto el realismo estadounidense que, una vez más, ha goleado a Europa dándole un papel secundario en la película kosovar.

CARGA ECONÓMICA PARA BRUSELAS Y BASE MILITAR PARA WASHINGTON

También hay que recordar que la UE tomará el relevo de la misión de la ONU tras un periodo de transición de cuatro meses en la operación civil más importante de las emprendidas hasta ahora por Europa como parte de su política de seguridad y defensa (PESD). “¿De qué ha servido la cacareada política exterior común de la Unión Europea?” Cerca de 2.000 expertos, entre policías, jueces, fiscales y agentes aduaneros se desplegarán en el territorio entre finales de febrero y el mes de junio, con el mandato de asesorar a las autoridades kosovares en la construcción de un país democrático, estable y multiétnico.

Para Serbia la misión civil de la Unión es ilegal al carecer de una nueva resolución del Consejo de Seguridad de la ONU a la que Rusia se opone. Una vez más, las Naciones Unidas se han visto incapaces de imponer el cumplimiento de las reglas de juego en las que se basa su propia existencia.

Kosovo se convierte así en una pesada carga económica para la UE. Es un país pobre con un desempleo superior al 60 por ciento donde imperan las mafias. Tras 8 años de administración de la ONU no ha dejado de ser un Estado frágil que puede convertirse en fallido. Europa deberá invertir mucho dinero para sacar a la provincia serbia del marasmo de pobreza y violencia. Mientras tanto, Estados Unidos, tendrá un nuevo aliado y una gigantesca base militar en un país musulmán.

¿De qué ha servido la cacareada política exterior común de la UE?