
Chávez encuentra al enemigo exterior (que necesitaba)
Las verdaderas razones del ideólogo del «Socialismo del siglo XXI»
¿Beneficia al régimen de Hugo Chávez la crisis regional derivada de sus contactos con las FARC? El autor opina que sí, pues requiere la cohesión interna para asegurar la supervivencia política de su régimen. La existencia de un supuesto enemigo de afuera, al que culpar de todos sus consabidos fracasos, le brinda una oportunidad de oro para explotar en clave nacionalista este momento absolutamente adverso para la revolución bolivariana, tanto en el plano interior como en el exterior.
EN UN MOMENTO DE GRAVE descomposición del régimen, desabastecimiento generalizado de la población, y cuando la oposición parece haber tomado la iniciativa en la calle y haber sido capaz, en diciembre del año pasado, de derrotar al chavismo limpiamente, el infuncional régimen de Hugo Chávez parece haber optado por una huida hacia delante.
Y en un manido recurso de casi todos los caudillos populistas, busca movilizar al país en clave nacionalista con una crisis artificial, creada por la larga escalada retórica de Caracas contra el presidente colombiano, Álvaro Uribe.
EL DESCONTENTO QUE SE EXTIENDE
“Invocando la amenaza externa, pese a que el ataque había sido contra Ecuador, el Chávez ha roto las relaciones diplomáticas con Colombia y ha enviado tropas a la frontera” Chávez, que arrastra casi una década de fracasos económicos, corrupción generalizada, despilfarro descontrolado, nepotismo galopante y afasia colectiva de una sociedad monopolizada y amordazada por el omnímodo aparato chavista, afronta una grave crisis de su régimen, en un país donde ya ha habido en el pasado abruptos estallidos sociales y en que la paciencia de la calle, tal como se ha visto en los últimos asaltos a los supermercados, parece tener fecha de caducidad; la coyuntura soc0ial, en un Estado incapaz de administrar sus ingentes recursos económicos generados por la industria petrolera, ha golpeado a los sectores más desfavorecidos y el descontento se extiende ya a amplias capas de la población.
“En el interior el régimen ha sido incapaz de sentar las bases para asegurar un mínimo de prosperidad y bienestar a los venezolanos” El contexto no podía ser más desfavorable para el régimen y la respuesta de Chávez, que siempre ha tenido un notable olfato político, no se ha hecho esperar. Invocando la amenaza externa, pese a que el ataque había sido contra Ecuador, si bien los detalles de lo acaecido son bastante confusos todavía, el máximo líder venezolano ha roto las relaciones diplomáticas con Colombia y ha enviado tropas a la frontera. Todavía no las ha cerrado, pues todo el mundo sabe que hacerlo constituiría una tragedia para los miles de venezolanos que todos los días cruzan la frontera para hacer acopio de leche, arroz, productos básicos, pasta e incluso pan, objetos alimenticios básicos imposibles de encontrar en Venezuela a precios módicos y que abundan en los mercados colombianos.
OPORTUNIDAD DE ORO PARA CHÁVEZ
Luego, la situación interna no es lo misma que hace diez años, cuando los partidos tradicionales se disolvieron como un azucarillo “Las industrias básicas están desmanteladas y son pasto de la corrupción. Sin empleo, los pobres viven de la limosna gubernamental” y el sistema político fue incapaz de generar una respuesta ante la grave crisis social, política y económica que atravesaba Venezuela; la oposición se comienza a reorganizar y tiene la capacidad de derrotar al régimen, que pretendía un partido único al estilo cubano, en un proceso electoral limpio y ausente de fraude.
Chávez necesitaba de esta crisis, pues requiere la cohesión interna para asegurar la supervivencia política de su régimen y la existencia de un supuesto enemigo exterior, al que culpar de todos sus consabidos fracasos, le brinda una oportunidad de oro para explotar en la ya referida clave nacionalista este momento absolutamente adverso para la revolución bolivariana, tanto en el plano interior como en el exterior.
UN CAOS CARIBEÑO INGOBERNABLE
En el interior, como ya me he referido antes, el régimen ha sido incapaz de sentar las bases para asegurar un mínimo de prosperidad y bienestar a los venezolanos. “Sus excelentes relaciones con los países menos democráticos le han granjeado al régimen numerosos enemigos y un descrédito casi total en medio mundo”
Y es que, como explicaba el periodista venezolano Rafael Poleo, cuando va hacia los diez años en el ejercicio de un poder casi total, gastando a discreción los dineros públicos y usando instituciones como la Legislatura, la Fiscalía, la Contraloría, la Judicatura y la Fuerza Armada para eliminar a sus adversarios, Hugo Chávez no ha logrado montar un gobierno de mínima eficacia ni estructurar un partido político que le respalde. Las industrias básicas, especialmente la petrolera, están desmanteladas y son pasto de la más descarada corrupción. Sin empleo propiamente dicho, los pobres viven de la limosna gubernamental.
Resumiendo: Venezuela es hoy un caos caribeño ingobernable, desabastecido y sumido en una crisis de enorme calado que necesita respuestas eficaces, modernas y serias más allá de las recetas populistas y demagogas que exhibe tan frecuentemente el máximo ideólogo del socialismo del siglo XXI.
UNA DERIVA DE IMPREDECIBLES RESULTADOS
Mientras que, en el plano exterior, sus excelentes relaciones con los países menos democráticos del mundo, desde Irán hasta Bielorusia, pasando por Cuba, Corea del Norte, China y Siria, le han granjeado al régimen numerosos enemigos y un descrédito casi total en medio mundo.
“Chávez ha tenido problemas y encontronazos diplomáticos con una docena de países, entre ellos España y, por supuesto, Estados Unidos” Chávez fomenta la cooperación con estos países en aras de crear una suerte de gran alianza internacional contra Estados Unidos –algo en lo que no muestran demasiado interés sus posibles socios– y sus aliados en la zona, entre los que se encuentra Colombia, con la que hasta hace tres meses mantenía unas relaciones formalmente protocolarias y normales. En estos meses, sin embargo, las cosas empeoraron: Fidel Castro, considerado por Chávez como su mentor, se ha retirado, el cerco sobre Irán, con un previsible consenso de Rusia en reforzar las sanciones, se estrecha y el peso del resto de sus socios en su proyecto expansionista es irrelevante.
Por último, el apoyo del Gobierno de Caracas a algunos grupos terroristas, como a las FARC y al ELN, que ha reconocido oficialmente, algo que todavía no había hecho nadie en la escena internacional, e incluso a Hamas y Hezbolá, que mantienen abiertas sus oficinas con discreción en suelo venezolano, le deslegitima internacionalmente y le resta credibilidad. Incluso sus supuestos aliados continentales, como Argentina, Brasil y Panamá, se muestran mucho más cautos y reticentes a la hora de tolerar el nunca ocultado proyecto expansionista de Chávez que hace unos meses. Asimismo, Chávez ha tenido problemas y encontronazos diplomáticos con una docena de países, entre ellos España y, por supuesto, su sempiterno enemigo, Estados Unidos.
¡CARAJOS QUÉ LABERINTO!
Así, llegado a este punto de difícil resolución y de casi no retorno “Las próximas semanas serán vitales para el régimen venezolano, aunque quizá su nueva deriva belicista puede deparar sorpresas y resultados de incierto calibre” a la sendas de la normalidad democrática, pues sería reconocer implícitamente el fracaso de un proceso que cada día que pasa manifiesta más claramente su naufragio político y su intrínseca incapacidad para llevar a cabo reformas estructurales, el presidente Hugo Chávez se encuentra, como si fuera el conocido protagonista de una novela de García Marquez, al final de su laberinto, atrapado en un tardorevolucionaria retórica obsoleta que ya no funciona y moviliza y y un sistema político claramente en descomposición.
La actual crisis prebélica, si surte efecto, como piensa Chávez, y logra movilizar a los venezolanos, bastante cansados de demagogia barata y un desmedido alarde de vacua pasión bolivariana, el régimen quizá logre contener la hemorragia y cortocicuitar la evidente sangría. Pero, de lo contrario, si los resultados no son los esperados, podemos estar a las puertas de una crisis de más hondo calado y de un final de régimen chavista de incierto guión.
El recurso nacionalista, empleado por los Ceausescu, Honecker y compañía, al final de sus respectivas descomposiciones, no siempre depara los resultados deseados y, a veces, es el canto del cisne antes de entrar en la definitiva fase de la agonía política. Las próximas semanas serán vitales para el régimen venezolano, aunque quizá su nueva deriva belicista y militarista puede deparar sorpresas inesperadas y resultados de incierto calibre.
Todo puede pasar, pero ya nadie puede ignorar las verdaderas intenciones de este antiguo ex militar golpista: apuntalar un régimen moribundo en una impredecible e inesperada huida hacia adelante. Como el Bolívar de García Marquez, Chávez puede anunciar a los cuatros vientos. ¡Carajos qué laberinto! Desde luego.
- El "fiasco" de la revolución bolivariana
por Ricardo Angoso - Venezuela no quiere otro Putin
por Iraxis Bello
Publicado por:
ana
fecha: 06 | 03 | 2008
hora: 3:21 pm
Link permanente
Esto es un episodio confuso.Conclusión:caían las bolsas por doquier y la gente oyendo las peleas ente Chaves ,Uribe ,Correa etc etc.
Problemas que la propia globalización con su cultura light ha generado.
Guerrillas que pretenden ser tropas beligerantes.Paises que avanzan sobre territorio ajeno porque peligran sus fronteras(caso Israel con Líbano),caso Turquia con los kurdos(allí Usa está en contra ) etc etc.
Al final uno llega a la conclusión que todas las piolas de los títeres las mueve un mismo titiritero.
Publicado por:
LUIS A
fecha: 06 | 03 | 2008
hora: 8:08 pm
Link permanente
Señor como es posible que Ud. tenga la osadia de realizar un trabajo «serio» con estas caracteristicas…por favor se supone que este sitio es un espacio para la discusion de puntos de vista y posiciones fundamentadas, donde la diversidad de corrientes y perspectivas daran al lector la oportunidad de formarse una opinion acerca de los temas, pero Ud. continua con su «marketing» sobre el «caos caribeño» que es Venezuela…sea riguroso y asi como coloca links relativos Ceausescu y Honecker…haga lo propio con los datos que menciona donde miente descaradamente (Cepal, Pnud,por ejemplo)los lectores no somos ignorantes Señor…dudo mucho que Ud. tenga algun grado academico y si lo tiene esta irrespetando a la Casa de Estudios al obviar y esconder informacion solo para crear una burbuja mediatica, insisto Venezuela no es el Pais de las Maravillas, y no comparto muchas de las Politicas del Sr. Chavez pero de ahi a apoyar este tipo de irrespeto a nuestra nacion, es otra cosa. espero RESPONDA a los comentarios emitidos no solo por mi sino por otros asiduos lectores de esta Web, que hemos aportado datos y lo hemos desmentido y Ud. continua en esa linea informativa (deformativa de la realidad diria yo)sin el mas minimo desparpajo.
Publicado por:
ana
fecha: 07 | 03 | 2008
hora: 11:57 pm
Link permanente
Gran alegría por la cumbre de Río y el buen acuerdo al que han llegado que nada rompa ese hermoso final entre pueblos de latinoamérica.
Publicado por:
Christian van der Dys
fecha: 16 | 03 | 2008
hora: 12:14 am
Link permanente
En verdad me entretiene un poco contestarle a este señor Angoso con su retórica «skinhead», tan representativa de la derecha gangsteril antichavista que se ha institucionalizado peligrosamente a ambos lados del Atlántico, en la figura del PP español por un lado y de los «socialdemócratas» y neofascistas de este lado. Como todo falso analista, se lanzó a escribir esta crónica antes de que los acontecimientos hubiesen terminado, por lo que, como siempre, describió sus deseos y no los acontecimientos, teniendo por resultado, nuevamente, el ridículo más absoluto.
En el último enfrentamiento en la Cumbre de Río la posición de Uribe, pro Washington, pro bélica, quedó amplia y públicamente derrotada ante la posición de prácticamente todos los países del hemisferio, con la obvia excepción de EE.UU., por ser el patrocinador de la acción que disparó el conflicto. No hace falta ser «analista»: cualquier televidente con inquietud política, incluso de derecha, habrá podido percibir el casi total alineamiento de posiciones, si no a favor de Chávez, en contra de la política esgrimida por Uribe. Y cuando digo «política», me refiero tanto a su acción de invadir Ecuador como a los argumentos que a posteriori quiso usar, que fueron desestimados por todos, con matices, por supuesto.
La política prepotente, neofascista, con antecedentes ideológicos en «Mein Kampf» en su justificación de la violencia y desprecio por la paz como algo decadente de Uribe, también tiene sus vínculos ideológicos con la posición del señor Angoso. De hecho, alguien que firmó como él fue a mi página y me mandó a la mierda. Me pregunto si es que no le dejan escribir esa palabra aquí para sus réplicas, o simplemente fue un «espontáneo» que, asumiendo la «doctrina» de este señor como suya, dejó tan alentador comentario en la sección correspondiente. En cualquier caso, realmente no hay diferencia: de hecho, el signore Angoso lo que hace en cada escrito virulento, cada manifiesto «anticomunista», neofascista que hace, lo hace para mandarnos allí, como si fuésemos habitantes de un campo de concentración virtual, sin voluntad ni pensamiento. Y es que lo que escribe el señor Angoso trasunta cuero negro, sonido de botas marchando al son de un monótono tambor y cristales rotos, huele a libro quemado, a pólvora, recuerda estadios convertidos en prisiones, quepis con anteojos oscuros, sirenas y toques de queda. Me recuerda la risa de los asesinos el 11 de abril de 2002, o del 11 de septiembre de 1973, o la barbaridad de Guernica, o los niños muertos de Irak y la ignominia de Abu Grahib y Guantánamo, porque lo neofascista y lo «sadomaso» son más que una política, una patología social, que, como sus escritos, no atiende a razones, ni argumento ni justificaciones: es una cuestión de poder, dominar o ser dominado, algo sexual. Y esa gente que no atiende a razones, no esgrime argumentos, tienen cómplices (o correligionarios) que los llevan a puestos donde puedan ejercer ese dominio: en el caso del presidente Uribe, se convierten en una vergüenza y una amenaza, que paga a un asesino que le trae una mano como trofeo, en una retorcida perversión de la «justicia», que bombardea y lleva fiscales propios a un territorio extranjero en una reedición latina del anschluss hitleriano. Y en el caso del señor Angoso, en una persona que se vale de cada pequeño espacio para difundir odio y miedo mediante mentiras, como los psicópatas de las series estadounidenses que, como dije antes, usan este lenguaje como forma de coerción, de manipulación, explotando sobre todo a los proclives a ser manipulados, a los tampoco muy sanos que necesitan esta sensación de terror y de pérdida de control para justificar cualquier barbaridad como la que Uribe perpetró ante una comunidad política latinoamericana y sobre todo sudamericana que a pesar de las barbaridades cometidas por EE.UU de manera cotidiana, aún se sorprende de acciones tan bárbaras como la de este pichón de Hitler y se niega, afortunadamente, a que se repitan en su territorio episodios tan nefastos como los de los Balcanes o el Medio Oriente. Por eso, nosotros, cada ciudadano no tan común que tenemos acceso a Internet, que repone en parte lo que nos es negado por los otros medios monopolizados por un corporativismo ciego y estúpido como un Polifemo devorador, debemos contestarle a cada Uribe, a cada Angoso, a cada persona que pretenda justificar el terror, el asesinato, la violación de los derechos; a quienes pretendan meternos miedo, amenazarnos, mentirnos, tratarnos como a vegetales, a que reaccionemos por tropismos, a que no pensemos ni analicemos nada, que sólo creamos lo que ellos dicen; a cada loco que justifica un bombardeo, a cada repetidor de clichés que condicionan la violencia, el odio: no señores, América Latina, la casa de mis amigos, mi familia y mi hijo, no seguirá siendo la tierra de violencia, de injusticia, dominada, de ignorantes pobres y privilegiados déspotas apátridas, el patio trasero de EE.UU. donde tiene a sus animales domésticos y escenifica de cuando en cuando sus peleas de gallos por mera diversión y para sacar provecho del espectáculo. O por lo menos, no sin resistencia. Cada Angoso, cada Uribe, cada Bush, cada «El País», cada persona, gobierno, corporación o lo que sea que trate de llevarnos, conducirnos por el miedo, la fuerza y la mentira debe recibir respuesta, y no me refiero a la violencia ni a mandarlos a donde ellos ya viven, sino a la razón y a la verdad. Y al señor Angoso, como al señor Uribe, no le asisten ni una ni otra, ni la moral. Chávez y su gobierno tendrán muchos errores, omisiones, pero también tiene aciertos como los que las organizaciones internacionales encargadas de medir esas estadísticas sociales y económicas que han citado otros lectores y yo han confirmado. Y a todas luces ha salido fortalecida su política de integración frente a la belicista y rastrera de Uribe, por mucho que intenten manipular lo que todos vimos en vivo en la televisión, ahora que la política, en gran parte gracias a Chávez, a dejado de ser esa «música de ascensor» o de centro comercial, ese rumor adormecedor y estupidizante para ser algo vivo que refleja los intereses y pensamientos, por fin, de una gran parte de los ciudadanos, de una mayoría que eligió a sus representantes. Por eso da risa cuando se habla de «el proyecto de Chávez», cuando en verdad es el mío, y el de muchos millones que aquí votamos por él, así como el de otros en otros países quienes, con diferencias en el cómo, pensamos que no hay progreso sin independencia, que no hay paz sin justicia, que no hay libertad sin educación, que la libertad de expresión la tiene la gente y no las corporaciones; que el hombre y lo humano, así como lo vital, los recursos del planeta y su conservación no pueden estar al servicio del lucro, que el individuo, las comunidades y pueblos tienen derecho a conservar y administrar sus patrimonios de recursos y cultura para su bien y no para que se coticen en las bolsas. Yo no sé si esto es comunismo, socialismo, chavismo o infantilismo, no me interesa cómo lo quieran calificar, pero estoy convencido de que esa es la base de la supervivencia de una sociedad, de una «raza humana» y de nuestro planeta, y que ¡qué me importa que me manden a la mierda, que nos estamos yendo todos igual gracias a la inconsciencia, a la falta de moral, al predominio del capital, del lucro sobre todo valor humano, incluso la vida! Ese es el único camino de la supervivencia humana, y las invasiones, masacres y asesinatos de Uribe y los denuestos, omisiones y mentiras del señor Angoso van exactamente en sentido contrario, en mi opinión. Y si me quieren convencer de otra cosa deben usar la verdad, argumentos, razones, porque ni cuando era niño me dio miedo «Caperucita y el Lobo», lo encontré sencillamente estúpido, y leyendo a Konrad Lorenz supe cómo viven los lobos en manadas, cómo se organizan, cómo ritualizan la violencia para no matarse, y vi que que nosotros teníamos que aprender de los lobos. También aprendí el valor de una leyenda, de un cliché, lo poderosa que se vuelve. Y ahora nos quieren venir con el cuento del «Lobo Rojo Feroz». Ya estoy grande para los hermanos Grimm, señor Angoso, señor Uribe, señores de «El País», de «CNN», «Fox News», «Grupo de Diarios de América» y otros malos fabulistas contemporáneos. Ya estamos grandes, mejor dicho, y no somos el hatajo de ignorantes hipnotizados por una prensa que se compra para sacar crucigramas o por una televisión horrible y petrificante como la cabeza de Medusa. Ni nos callan reyes, ni medios, ni gobiernos. Acostúmbrense a los «lobos feroces rojos», que los borregos se fueron para no volver jamás.