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Todo indica que a partir de noviembre el trabajo diplomático se incrementará entre Estados Unidos y América Latina. Aunque desde diferentes ópticas, los tres candidatos a la Casa Blanca coinciden en que Washington debe prestar más atención a los países latinoamericanos si quiere influir en la región, dice el autor.

(Desde Montevideo) ANTES DE LOS ATAQUES TERRORISTAS del 11-S, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, había anunciado en sus intervenciones públicas que iba a prestar una particular atención a los países latinoamericanos. Sin embargo, tras los fatídicos atentados, Washington dio escasa o nula atención a sus vecinos del sur de las Américas, salvo puntuales excepciones. La mirada estaba y está puesta, con acento, en otros continentes.

Hoy la carrera hacia la Casa Blanca tiene la economía, la guerra y el terrorismo como puntos centrales de la campaña. “Brasil, Argentina, Chile, México y Colombia son los países que los presidenciables demócratas y republicanos tienen en mente para cooperar política y económicamente” No obstante, las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica han vuelto a ocupar un lugar en los discursos de los candidatos, y el tema está a consideración de sus equipos y asesores en política exterior. Barack Obama, Hillary Clinton y John McCain ya han adelantado algunas líneas generales de cómo sería su relación con los vecinos del sur, pensando en la presidencia, pero también en los millones de votos de latinos necesarios para ganar los comicios.

Lo que parece claro para los tres candidatos, es que Estados Unidos debe renovar y vigorizar su relación con América Latina. Brasil, Argentina y Chile, además de México y Colombia, son los países que los presidenciables demócratas y republicanos tienen en mente, como prioridad, para cooperar política y económicamente. Hay otros, pero están en la cola y a la espera. La coyuntura marcará el interés.

El miedo del terrorismo se convirtió durante la administración Bush en el tema dominante de la relación con los países de la región. El terrorismo islámico ocupó la agenda, a expensas de hablar de la desigualdad, la pobreza y la justicia social, asuntos no resueltos por los sucesivos gobiernos latinoamericanos. Eso es lo que los tres candidatos, en distintos grados, quieren cambiar en caso de acceder a la Casa Blanca. Si bien los presidenciables no dejan de lado estos temas, están dispuestos a dar un paso más en las relaciones para poner en la agenda los flagelos que no logra superar la región.

LOS ASESORES DE OBAMA Y SUS INNOVADORAS PROPUESTAS

El demócrata Barack Obama, que estaría dispuesto a negociar con el régimen de Raúl Castro, es el que más propuestas innovadoras ha adelantado para la región. “Greg Craig, abogó por el nombramiento de un consejero de la presidencia estadounidense para América Latina, tras criticar los errores de Bush en la región” Es asesorado por el profesor Riordan Roett, director de Estudios sobre el Hemisferio Occidental y el programa de Estudios de América Latina en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad John Hopkins. Le apoyan también Anthony Lake y Zbigniew Brzezinski (ex Consejeros de Seguridad Nacional de Bill Clinton), acompañados por Susan Rice, ex colaboradora de Madeleine Albright, y Greg Craig, ex defensor del presidente Clinton en el escándalo Lewinsky. También integra el grupo el gobernador de Nuevo México, el hispano Bill Richardson, quien es visto como potencial secretario de Estado en un eventual gobierno demócrata.

Para Richardson es necesario crear una nueva alianza para el progreso con la región, al estilo de la lanzada por el presidente John F. Kennedy hace más de cuatro décadas, como forma de lograr un acercamiento de Estados Unidos con sus vecinos. Incluso piensa que es necesario cambiar la política de Washington hacia el gobierno de Hugo Chávez. “Craig pidió que la próxima administración piense más en América Latina, viaje más a la región, hable con los latinoamericanos y, ante todo, los escuche” Este ex hombre de Bill Clinton, de origen mexicano, no descuidó a sus coterráneos que viven en Estados Unidos, e insistió en varios foros que el país debe dotarse de una nueva ley de inmigración que aporte soluciones a los 12 millones de indocumentados que residen en el gigante del norte, garantizando al mismo tiempo la seguridad fronteriza.

Greg Craig, abogó por el nombramiento de un consejero de la presidencia estadounidense para América Latina, tras criticar los errores de Bush en la región. El próximo presidente debería designar a un dirigente político conocido nacionalmente, alguien que sea cercano al mandatario para ser a diario la cara de la política estadounidense hacia América Latina, explicó este asesor. Craig pidió que la próxima administración piense más en América Latina, viaje más a la región, hable con los latinoamericanos y, ante todo, los escuche. Asimismo, recomendó que el gobierno estadounidense deje de decir a los latinoamericanos lo que han de hacer y pidió mayor ayuda para una mejor justicia social.

Levantar las medidas adoptadas por Bush en 2004 para reforzar el embargo contra Cuba, como los límites a los viajes de cubanoestadounidenses a la isla o el envío de remesas, están entre las iniciativas que ya maneja el equipo de Obama.

HILLARY QUIERE REFORZAR LA COOPERACIÓN

Hillary Clinton, es asistida en estos temas por Julia E. Sweig, directora del Programa de Estudios sobre América Latina del Consejo de Relaciones Internacionales, y Arturo Valenzuela, director del Programa de Estudios de América Latina en la Universidad de Georgetown. Tiene también entre sus principales asesores a la ex secretaria de Estado Madeleine Albright y a Richard Holbrooke, ex embajador ante Naciones Unidas, su principal experto en materia de Relaciones Exteriores. “La ex primera dama es partidaria de fortalecer la relación y cooperación estratégica con países del Cono Sur”

Estados Unidos debe reforzar sus programas de cooperación con América Latina para frenar el deterioro de la democracia en una región clave que Washington tiene abandonada, opina la precandidata demócrata a la presidencia, quien no escatimó críticas al régimen del presidente Hugo Chávez.

La senadora Clinton entiende que Washington debe reforzar los lazos con México y Brasil, además de Colombia y otros aliados, ya que la administración de Bush ha descuidado a los vecinos del sur. La ex primera dama es además partidaria de fortalecer la relación y cooperación estratégica con países del Cono Sur.

MCCAIN SE DESMARCA DE BUSH

“Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina deben ser guiadas por el mutuo respeto y no por impulsos imperiales o demagogia antiamericana, según McCain” John McCain, ganador de la nominación republicana, es asesorado por Otto Reich, ex asistente del Secretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, pero es probable que a ese equipo se unan algunos de los expertos que apoyaron a Mitt Romney, como Roger Noriega, ex embajador ante la Organización de Estados Americanos, y Manuel Rocha, un diplomático que fue embajador en Bolivia y desempeñó distintos cargos en las representaciones de Estados Unidos en México, República Dominicana y la Oficina de Intereses en Cuba.

Las relaciones entre Estados Unidos y América Latina deben ser guiadas por el mutuo respeto y no por impulsos imperiales o demagogia antiamericana, opina el candidato republicano a la presidencia, que no dudó en criticar duramente a los regímenes de Cuba y Venezuela, pero desmarcándose sutilmente del presidente Bush.

“Los tres candidatos necesitan y piensan también en el voto latino para triunfar” América Latina hoy es cada vez más vital para la suerte de Estados Unidos, según los asesores de McCain. Los países de América Latina son los socios naturales de Estados Unidos, y del vecino del norte, Canadá, según entiende el ex veterano de Vietnam.

Las Américas pueden y deben ser un modelo para una nueva relación entre el norte y el sur en el siglo XXI. El nuestro puede ser el primer continente completamente democrático, en donde el comercio sea libre a través de las fronteras, en donde el respeto de la ley y el poder del libre mercado impulsen la seguridad y la prosperidad de todos, opina el presidenciable.

LA TRASCENDENCIA DEL VOTO LATINO

La importancia de adelantar líneas generales sobre las futuras relaciones de Washington con América Latina no se menores. Los tres candidatos necesitan y piensan también en el voto latino para triunfar.

Los latinos tendrán un papel importante en las elecciones del próximo 4 de noviembre, principalmente en estados del suroeste como Nuevo México, Arizona, Colorado y Nevada, todos ganados en 2004 por el actual presidente republicano Bush, quien logró aquel año un récord de más de 40 por ciento del voto latino. “Su posición favorable a la regularización de los inmigrantes podría permitir a McCain recuperar, en las elecciones, parte de los votos hispanos perdidos por su partido”

Desde entonces, los republicanos perdieron el terreno ganado por Bush en la minoría más importante del país, con cerca de 45 millones de personas, por el tono muy duro del sector más conservador del partido contra la reforma de las leyes de inmigración que había apoyado el propio McCain.

El senador por Arizona, que ahora lanzó publicidad en español, respaldó sendos proyectos de reforma que habrían regularizado a la gran mayoría de los estimados 12 millones de indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos y que quedaron bloqueados en el Congreso en 2006 y 2007 por la oposición de los republicanos más conservadores. “Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador serán un rompecabezas para el Departamento de Estado de la nueva administración”

Su posición favorable a la regularización de los inmigrantes podría permitir a McCain recuperar, en las elecciones, parte de los votos hispanos perdidos por su partido, para tratar de jaquear a Obama o Clinton en los estados clave del suroeste de la unión. Pero, su posición no va a ser cómoda, después de haber endurecido en los últimos meses su discurso sobre inmigración para lograr el respaldo de los conservadores en las primarias. Ese difícil equilibrio podría terminar favoreciendo a los demócratas, especialmente a la senadora Clinton, quien ha captado sustancialmente el sufragio latino en las internas de su partido.

INFLUIR PARA LIDERAR

Todavía quedan pendientes para definir en la futura relación entre Estados Unidos y Latinoamérica, los Tratados de Libre Comercio impulsados por la administración Bush y rechazados por los sindicatos estadounidenses afines a los demócratas; el reclamo de un asiento fijo en el Consejo de Seguridad de la ONU para las naciones latinoamericanas o caribeñas, tal vez en una base rotativa, según proponen algunos asesores demócratas, entre otras asuntos.

Los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Ecuador también serán un rompecabezas para el Departamento de Estado de la nueva administración estadounidense, en un continente en el cual los sectores progresistas han triunfado en muchos países, y donde los viejos grupos de la izquierda radical y sus sindicatos no tienen ningún interés en tener relaciones políticas y económicas con Washington. Todo esto, teñido además por los coletazos que tendrá la crisis inmobiliaria en Estados Unidos en la región.

Todo indica que el trabajo diplomático se incrementará entre Estados Unidos y América Latina, porque todavía existen conflictos sin resolver. La asimetría es evidente en infinidad de temas.

Las tres visiones son distintas, pero sin duda Clinton y McCain tienen más coincidencias que Obama y la ex primera dama. Sin embargo los planteos de los tres candidatos tienen un denominador común: Washington debe prestar más atención a los países latinoamericanos si quiere influir en América Latina y lograr apoyos, ante la ofensiva diplomática que, por separado, llevan adelante Venezuela y Brasil, y que si bien son distintas, tiene como finalidad liderar los procesos políticos y económicos regionales, oponiéndose en mayor o menor medida a las políticas e influencia de la Casa Blanca.