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Con 4 millones de portorriqueños en la Isla, y otros 4 millones en Estados Unidos, Puerto Rico vive una situación atípica que muchos desean cambiar. Los partidarios de la Estadidad y los adeptos al Estado Libre Asociado (condición que define al estatuto vigente), empiezan a conocer una nueva tendencia, y no precisamente independentista, sino más cerca de Washington.

 

(Desde Madrid) LA CELEBRACIÓN DE LAS PRIMARIAS del Partido Demócrata puso de actualidad el raro estatuto político de Puerto Rico.

Colonia española hasta 1898, la isla pasó a depender de Estados Unidos, convirtiéndose en Estado Libre Asociado en los años cincuenta del siglo pasado.

Ciento diez años después de pasar de dominio español a dominio norteamericano, algunos indicios permiten pensar que algo está cambiando en la isla del Caribe. Y ese algo no juega a favor de la independencia, sino todo lo contrario.

EL PECULIAR ESTATUTO POLÍTICO

Con cuatro millones de portorriqueños en la Isla, y otros cuatro millones en Estados Unidos, Puerto Rico vive una situación atípica, que muchos quieren cambiar. “El estatuto anacrónico que tiene la Isla (sin duda alguna colonial), puede empezar a revisarse en un futuro no lejano” Los partidarios de la Estadidad –del Partido Nuevo Progresista (PNP)– y los adeptos al Estado Libre Asociado –aquéllos afines al Partido Popular Democrático (PPD)– empiezan a conocer un equilibrio de fuerzas distinto al de los años ochenta del siglo pasado, lo cual permite pensar que los ciudadanos impulsan una tendencia novedosa en la historia de la Isla.

Puerto Rico participó en las primarias del Partido Demócrata, que ganó Hillary Clinton, con el 68 por ciento de los votos, en una jornada en la que sólo votaron 387.000 ciudadanos, que representan el 16 por ciento de los inscritos. Optaron entre Clinton y Obama, pero no votarán en las elecciones norteamericanas de noviembre. Van a las guerras que decide Washington (Vietnam, Irak, Afganistán), pero no votan esas guerras. “Según la CNN, el 60 por ciento de los votantes preferían la Estadidad” Y ese estatuto anacrónico que tiene la Isla (sin duda alguna colonial), puede empezar a revisarse en un futuro no lejano.

Siendo la única colonia del Imperio Español que no proclamó su independencia, uno tiende a pensar que ese puede ser el próximo capítulo de la historia portorriqueña. Pero no es así: Puerto Rico parece marchar hacia la Estadidad.

¿UN ESTADO MÁS?

La CNN difundió una encuesta que reveló que el 60 por ciento de los votantes preferían la estadidad para Puerto Rico, porcentaje que los periódicos locales —El Vocero de Puerto Rico y El Nuevo Día–, redujeron a 57 por ciento. Pero se trata de una novedad histórica: hace posible, por primera vez, que Puerto Rico pueda convertirse en el Estado número 51 de la Unión. “Si desde los 80 los votos que propugnaban la estadidad nunca pasaron del 46 por ciento, ahora han aumentado entre 11 y 14 puntos porcentuales”

En el plebiscito de status político, celebrado el 14 de noviembre de 1993, se impuso la opción del Estado Libre Asociado (ELA), que obtuvo una mayoría relativa de los votos emitidos, en una consulta popular cuyos resultados fueron los siguientes: a favor de la Estadidad, se decantaron 788.286 votos (un 46,3 por ciento de los electores); por la alternativa de constituir un Estado Libre Asociado, se pronunciaron 826.326 de los votantes (48,6 por ciento); y, finalmente, sólo 75.620 personas abogaron por la independencia (un 4,4 por ciento).

Así, pues, la opción del ELA se impuso a la fórmula de la Estadidad por 38.030 votos. En aquella ocasión, sobre un total de 2.312.912 electores inscritos, votaron 1.700.990, con un índice de participación del 73,5 por ciento. “Todo hace pensar que Puerto Rico será un Estado de pleno derecho de la Unión”

Si desde los años ochenta los votos que propugnaban la estadidad nunca pasaron del 46 por ciento, ahora han aumentado entre 11 y 14 puntos porcentuales. Y Luis Fortuño (candidato del PNP y partidario de la Estadidad, por ende) tiene un apoyo que las encuestas estiman en torno al 64 por ciento.

Su triunfo electoral en las próximas elecciones podría cambiar la historia de Puerto Rico, poniendo fin a un siglo de colonia norteamericana tras varios siglos de colonia española, para pasar a formar parte de la Unión, como un Estado más.

LA ASOCIACIÓN CON ESTADOS UNIDOS, GARANTÍA CONTRA DICTADURAS

“Cuando pensamos que la asociación de Puerto Rico al destino de la Unión (como ELA), le libró de padecer dictaduras, uno piensa que a los ciudadanos de la isla no les ha ido del todo mal” Como miembro de la comunidad hispanoparlante, uno tiende a pensar que Puerto Rico tiene una asignatura pendiente con la historia, y que debería ir hacia la independencia. Pero los procesos históricos no obedecen los deseos de los que escribimos sobre ellos (no tienen esa obligación), y les basta con presentarnos el desenlace, para que nos adaptemos a él.

Todo hace pensar que Puerto Rico será un Estado de pleno derecho de la Unión.

Y acaso ése no sea el peor de los escenarios. Cuando pensamos que la peculiar asociación de Puerto Rico al destino de la Unión (como Estado Libre Asociado), le libró de padecer dictaduras como las de Duvalier, Batista, Fidel Castro, Somoza y algunos otros, uno piensa que a los ciudadanos de la isla no les ha ido del todo mal.

Y si a esa lista de nombres le añadimos que tampoco tuvo personajes como Pinochet, Videla, Stroessner, Fujimori, Perón, Chávez y tantos otros, pues uno encuentra argumentos nada desdeñables para defender la Estadidad.

LA DECISIÓN, EN MANOS DE LOS PORTORRIQUEÑOS

Eugenio María de Hostos (1839-1903), que tanta indignación sintió cuando se enteró de que Estados Unidos había invadido su patria (se dirigía a entrevistarse con el presidente McKinley, con otros patriotas puertorriqueños, en el mismo momento en que la marina americana ocupaba Puerto Rico), probablemente no estaría de acuerdo con ese desenlace, aunque tendría que aceptar el argumento que esgrimió alguna vez: ejerciendo nuestro derecho de ciudadanos accidentales de la Unión Americana, que no pueden ser compelidos contra su voluntad a ser o no ser lo que no quieren ser, iremos al plebiscito.

Si Luis Fortuño gana las elecciones, probablemente tendremos noticias de ese plebiscito.