lulagobernabilidad.jpgConozca a continuación cuáles son los déficits de gobernabilidad que enfrenta actualmente Brasil y entienda por qué sus élites deben dar una respuesta urgente para afrontar los desafíos de la globalización que, en el caso de Brasil, tienen que ver con su capacidad de liderazgo para impulsar la integración en torno al Mercosur, dice el autor.

 

(Desde Madrid) HELIO JAGUARIBE AFIRMA que la gobernabilidad en Brasil constituye un serio problema, y señala cinco factores que contribuyen a ese grave déficit que afecta al país.

El listado de problemas que presentamos conforma la incitación o el reto al que la cultura política brasileña debe dar respuesta, para que en la segunda década del siglo XXI encuentre solución a un repertorio de trabas que impiden optimizar las posibilidades de las instituciones democráticas, y asegurar la gobernabilidad de un país condenado a ejercer el liderazgo entre los países de la región.

EL RÉGIMEN ELECTORAL Y EL PROBLEMA DEL CONGRESO

El problema está en el Congreso, pues el presidencialismo brasileño no está caracterizado por un exceso de poder del presidente. «Habría que conceder al Presidente el derecho de disolución del Congreso cuando éste no logre formar una mayoría estable de gobierno»El presidencialismo brasileño es en realidad un congressoalismo: el que manda es el Congreso Nacional, y el presidente dice amén, y si no, es depuesto.

El congressoalismo brasileño tiene un comportamiento irresponsable, porque la composición de la Cámara se hace de forma arbitraria: la gente sabe a quién votó para presidente, pero no a quien votó como diputado, y la representación es no representativa.

Jaguaribe propone algunas soluciones:

1) Adoptar el escrutinio distrital mixto, en el que cada distrito vota a su representante, estableciendo un vínculo entre representante y representado.

«Brasil es un país culturalmente unitario, y el patriotismo de los Estados que lo componen no tiene sentido: son sólo formas administrativas» 2) Aprobar condiciones mínimas para que un partido tenga derecho a existir: por ejemplo, un porcentaje del voto nacional.

3) Avanzar hacia el bipartidismo, no por decreto, sino por la evolución de la propia cultura política de la sociedad brasileña.

Mientras eso llega, habría que conceder al Presidente el derecho de disolución del Congreso cuando éste no logre formar una mayoría estable de gobierno.

EL SISTEMA DE PARTIDOS

Los partidos no son representativos. La híper-representación choca con el valor gobernabilidad. Es necesaria una ley de partidos y una ley electoral que permitan la formación de mayorías parlamentarias coherentes, para un Congreso eficaz como órgano representativo y de control del Poder Ejecutivo.

EL FEDERALISMO CONVERTIDO EN CRIPTO CONFEDERATIVO

«Brasil necesita reformas judiciales para que las decisiones del Tribunal Supremo Federal tengan un efecto vinculativo» Hay que revisar la federación, porque los estados brasileños no son países. Brasil no tiene un origen federativo, como Estados Unidos –inicialmente una confederación, luego una federación–, o Suiza.

Brasil es un país culturalmente unitario, y el patriotismo de los Estados que lo componen no tiene sentido: son sólo formas administrativas, pero sólo hay un Brasil, y el patriotismo legítimo es el de la nación brasileña.

LA EXCESIVA AUTONOMÍA DE ALGUNAS AGENCIAS SOBRE EL PODER CENTRAL

«El Gobierno debe disponer de medios legales para sustituir a un procurador tendencioso» El Presidente está controlado por el Congreso, y también por el Poder Judicial, pero nadie controla los posibles abusos del Poder Judicial.

Brasil necesita reformas judiciales, para que –como en toda democracia moderna–, las decisiones del Tribunal Supremo Federal tengan un efecto vinculativo, y no puedan ser recurridas de nuevo ante el Supremo.

LA EXCESIVA AUTONOMÍA DEL MINISTERIO PÚBLICO

La Constitución de 1988, para asegurar una fiscalización independiente de la ley, confirió absoluta autonomía al Ministerio Público. Eso tuvo un efecto indeseable: la eventual politización del Ministerio Público, por razones ideológicas o demagógicas.

El Presidente no puede quedar sometido a los caprichos de un procurador. El Gobierno debe disponer de medios legales para sustituir a un procurador tendencioso, o para penalizar el ejercicio abusivo de las funciones del Ministerio Público.

LA NECESIDAD DE MAYOR LIDERAZGO

La Constitución de 1988, en el Título I, bajo el rótulo de De los Principios Fundamentales, asume como un mandato el imperativo de integración, al afirmar: La República Federativa del Brasil buscará la integración económica, política, social y cultural de los pueblos de América Latina, con vistas a la formación de una comunidad latinoamericana de naciones.

Y los cinco problemas reseñados en este artículo demandan una respuesta urgente por parte de las elites brasileñas, para poder afrontar los desafíos de la globalización que, en el caso de Brasil, tiene que ver con su capacidad de liderazgo para impulsar la antedicha integración, en torno a esa iniciativa de finales del siglo pasado que es el Mercosur.