familia.jpgLa mayoría de las mujeres estadounidenses menores de 30 años que tuvieron un hijo lo hicieron fuera del matrimonio en 2006. Independientemente de que el modelo familiar se está orientando hacia nuevos patrones, una tendencia también al alza en América Latina, la pobreza y la escasa educación explicarían por qué los jóvenes no logran acceder al derecho más básico: integrar una familia, la institución más valorada por la sociedad y pilar básico del individuo, recuerda el autor.

(Desde Nueva York) RECIENTES INVESTIGACIONES en Estados Unidos y que han sido recogidas por el diario norteamericano New York Times informan sobre una situación alarmante en materia de familia de la que se pueden extraer útiles enseñanzas para América Latina.

En el año 2006, y por primera vez en la historia norteamericana, el 50,4 por ciento de las mujeres menores de 30 años que tuvieron un hijo lo hicieron fuera del matrimonio, esto es, no estaban casadas. «Cuanto mayores son dichos ingresos, más probabilidades de contraer matrimonio»

En las mujeres de color, ese porcentaje asciende hasta el 80 por ciento de los nacimientos, mientras que en los latinos la cifra alcanza el 51 por ciento. Los cónyuges masculinos jóvenes tienden a desertar, dejando a la familia carente de padre.

Son en las familias pobres y con pocos años de educación donde el abandono familiar es más elevado; no pueden ganar lo suficiente para sostener una familia.

PILAR DEL GÉNERO HUMANO

Las correlaciones se muestran claramente en un estudio del Center for Labor Market Studies: «Obama: De todas las rocas sobre las que construimos nuestras vida, debemos recordar que la familia es la más importante» Las tasas matrimoniales en Estados Unidos están fuertemente ligadas con los ingresos anuales de los hombres jóvenes. Cuanto mayores son dichos ingresos, más probabilidades hay que estén casados. Entre los jóvenes de color, aquéllos que ganan más de 60.000 dólares anuales tienen cuatro veces más probabilidades de estar casados que los que ganan menos de 20.000 dólares.

Desafortunadamente, prosigue el estudio, el ingreso promedio anual de los jóvenes que no completan un primer nivel universitario declinó substancialmente en los últimos 30 años, y volvió a caer de manera muy fuerte del año 2000 al 2007.

El candidato demócrata a la presidencia estadounidense, Barack Obama, ha subrayado de manera insistente la trascendencia de esta problemática. «La tendencia a no conformar una familia se está dando silenciosamente y a diario en América Latina» De todas las rocas sobre las que construimos nuestras vida, debemos recordar que la familia es la más importante y debemos reconocer y honrar el hecho de cuán críticamente fundamental es cada padre para cada familia.

En este proceso, vemos, los más pobres y con menor educación tienen menos posibilidades de conformar la institución considerada pilar del género humano, la familia, que es además la base sobre la que se desarrolla el espíritu, las emociones, la salud, el desempeño educacional, en definitiva, el afecto. Y es sobre esta base fundamental sobre la que hoy se llama a la acción en Estados Unidos, en tanto que la tendencia a no conformar una familia se está dando silenciosamente y a diario en América Latina.

Efectivamente, en la región está subiendo la tasa de renuencia a formar familias. Muchas parejas jóvenes que quisieran conformarlas no pueden hacerlo por el bajo nivel educativo (resulta aquí oportuno recordar que el 50 por ciento de los jóvenes no termina la etapa de la educación secundaria), lo que implica imposibilidad de encontrar trabajo en la economía formal, falta de vivienda, y, en definitiva, carencias básicas.

 EN AMÉRICA LATINA

Por otra parte, «En los países nórdicos los permisos de maternidad llegan a los 18 meses e incluyen al cónyuge masculino» en muchas familias el padre joven abandona por la incapacidad de aportarles sustento. De acuerdo con los resultados de las encuestas llevadas a cabo en diversos países de la región, la institución que posee mayor prestigio entre los jóvenes no es otra que la familia, porque, según explican, es el único marco donde encuentran respuesta incondicional, donde pueden volcar sus confidencias íntimas, donde hay pleno compromiso con ellos. En síntesis, entre sus intereses, el mayor pasa por la familia.

En países como España hay nuevas leyes que la protegen, desde pagar sueldos a los familiares que cuidan a los ancianos, a los proyectos que no descartan remunerar por su trabajo al ama de casa (si bien son prácticas aún generalizadas). En los países nórdicos los permisos de maternidad llegan a los 18 meses e incluyen al cónyuge masculino.

En una América Latina plena en posibilidades ha llegado el tiempo de convertir los discursos pro familia en hechos concretos, y crear políticas de protección para que los jóvenes de pocos recursos y bajos niveles de educación tengan acceso al más elemental de los derechos: formar e integrar una familia.