acuerdoisraelmercosur.jpgLa crisis que atraviesan los mercados financieros, con epicentro en Wall Street, trae aparejados temor y oportunidades para los países sudamericanos. El acuerdo comercial entre el Mercosur y el Estado de Israel es un paso adelante, afirma el autor. El desafío está puesto genarar políticas que suavicen los efectos de esta crisis mundial.

(Desde Buenos Aires) LA CRISIS DE LOS MERCADOS FINANCIEROS impone, en los países emergentes, la necesidad de imaginar nuevos escenarios políticos y económicos a escala planetaria.

En momentos en que el gobierno de Estados Unidos, y de varios países europeos, estudian la manera de salvar a sus grandes grupos –reorientando la intervención estatal– distintas regiones del globo, entre ellas los países del Cono Sur, analizan cómo impactará en sus economías la recesión en los países desarrollados.

En este contexto, la obligación de buscar nuevos mercados para ubicar sus productos, pasa a ser una obligación regional, de bloque, y no sólo nacional, de los países sudamericanos.

MEDIDAS PARA LA DISPOSICIÓN DE RECURSOS PROPIOS

Por este motivo, el encuentro extraordinario del Consejo del Mercado Común del Sur (CMC), reunido a fines de octubre pasado, «Los ministros del Mercosur manifestaron la necesidad de adoptar mecanismos que permitan disponer de recursos propios para enfrentar la falta de liquidez internacional» en Brasilia, planteó la necesidad de una mayor coordinación de las políticas propias, en pos del beneficio colectivo, y la creación –por pedido del Ministerio de Asuntos Exteriores (Cancillería) de Argentina– de una comisión de monitorio del comercio intrazona, como medida para enfrentar la crisis global.

Si bien, durante este encuentro extraordinario, se debatieron propuestas, pero sin acordarse medidas concretas, los países que integran el Mercado Común del Sur (Mercosur); Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela –en proceso de adhesión–, y sumadas las naciones asociadas, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, dieron un paso importante en el camino de la integración, que la actual etapa requiere.

Los ministros del Mercosur manifestaron la necesidad de adoptar mecanismos que permitan una integración financiera para que la región tenga recursos propios para enfrentar la falta de liquidez internacional. Entre esos mecanismos citaron la necesidad de fundar el Banco del Sur, cuya acta constitutiva se firmó en diciembre de 2007 en Buenos Aires.

TRES POTENCIAS EMERGENTES

Sumado a estas propuestas, el pasado 16 de octubre, se llevó a cabo la Tercera Cumbre IBSA (India, Brasil y Sudáfrica), el Foro de discusión surgido en el año 2003, con el objetivo de acercar a tres de las principales economías de África, Asia y Sudamérica, «Los 470.000 millones de euros del plan de rescate de las instituciones financieras, servirían para pagar dos veces la deuda acumulada de los 49 países más pobres del mundo» cuyo comercio trilateral, por cierto, alcanzó los 10.000 millones de dólares en el 2007 y, se presume, llegará a los 15.000 millones en 2010.

En el marco de dicha Cumbre, el presidente brasileño, Luis Ignacio Lula Da Silva, expresó que es inadmisible que vayamos a pagar por las irresponsabilidades de especuladores que transformaron el mundo en un gran casino al mismo tiempo que nos daban lecciones de cómo gobernar nuestros países.

En este encuentro, los integrantes de IBSA, señalaron que los 470.000 millones de euros del plan de rescate de las aseguradoras, bancos y otras instituciones financieras, afectadas por la crisis en Estados Unidos, servirían para pagar dos veces la deuda acumulada de los 49 países más pobres del mundo. Según explicaron, esta cifra representa cinco veces la cantidad anual de ayuda extraordinaria que se necesitaría para alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio en pobreza, educación y salud.

EXPANDIR MERCADOS, SELLAR NUEVOS ACUERDOS

A finales de diciembre del 2007, el Mercosur, firmó su primer Tratado de Libre Comercio (TLC) con un país extra-regional: Israel. «En 2007 la recaudación de Israel por exportaciones al Mercosur alcanzó un total de 55.933 millones de dólares, y se importó por valor de 44.780 millones» Este acuerdo, que sacó a la alianza económica sudamericana del ostracismo, no fue el primer logro concreto del Mercado del Sur, para expandir sus influencias. Previo al mismo, en el año 2004, se logró la rúbrica de un acuerdo de preferencias con India, así como distintos canales de diálogos con la Unión Arancelaria del África Austral (SACU, integrada por Botsuana, Lesoto, Namibia, Suazilandia y Sudáfrica), el Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar y Omán), con el Sistema de Integración Centroamericano (SICA) y con Singapur, Corea del Sur, Rusia y Turquía.

Por lo que se refiere al acuerdo comercial firmado entre el Mercosur e Israel –hasta el momento sólo ratificado por el Parlamento uruguayo– se presenta como una oportunidad técnico-comercial de verdadera importancia para los socios sudamericanos. Israel es líder –a nivel mundial– ente otros productos, en insumos para software y tecnología agrícola (desde sistemas de riego y «Son varios los países sudamericanos que vuelven a ver a la UE como un socio estratégico con el que se podría pactar ciertos negocios»fertilizantes de última generación hasta la obtención de distintas frutas transgénicas, consumidas en gran parte del planeta). Además, la aceitada relación del pequeño país democrático de Oriente Medio con diversos mercados europeos, asiáticos y africanos, son un atractivo insuperable para los diversos productos exportables del bloque económico del sur de América.

En términos generales, según datos de Cidipal (Centro de Información y Documentación de Israel para América Latina), en el año 2007 la recaudación de Israel por exportaciones a los países miembros del Mercosur alcanzó un total de 55.933 millones de dólares, al tiempo que las importaciones provenientes de los países sudamericanos, se cifraron en 44.780 millones de dólares.

CON LOS OJOS PUESTOS EN EUROPA

Si bien los acuerdos entre el Mercosur y la Unión Europea estaban paralizados a raíz de la resistencia de los países de América del Sur a abrir algunos mercados y de la negativa de los europeos a recortar subsidios agrícolas, las negociaciones continuaron –sin mucho éxito– en función de favorecer las condiciones para alcanzar un acuerdo más amplio, en la llamada Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC). «El desafío esta puesto en lograr políticas que suavicen los efectos de esta crisis y lograr la apertura de nuevos mercados»

En momentos de crisis financiera global, son varios los países sudamericanos que vuelven a ver a la UE como un socio estratégico con el que se podría pactar ciertos negocios; por ello, se estima que el fracaso de la Ronda de Doha, podría abrir, en esta etapa, las posibilidades de retomar las negociaciones, planteando como necesidad una bajada de los subsidios europeos.

En la misma dirección se manifestaron los presidentes de Uruguay, Tabaré Vásquez y el presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula Da Silva, quien se comprometió a hacer todo lo posible para lograr el acuerdo.

MEJOR PREPARADOS

Falta, aún, definir las estrategias necesarias para que los países sudamericanos sepan aprovechar la actual coyuntura internacional, que con inteligencia y pragmatismo, podría ser de provecho para los intereses regionales. El desafío está puesto en lograr políticas que suavicen los efectos de esta crisis y lograr la apertura de nuevos mercados.

Según palabras de Juan José Daboub, Director Gerente del Banco Mundial: los países latinoamericanos están mejor preparados que hace una década para superar la crisis y se están anticipando a sus efectos, al fortalecer sus reservas y sus instituciones, y al procurar mantener la inversión social.