
¿Cómo enfrentar la crisis?
Bajo el dogma de que los mercados son infalibles, se desreguló sin cortapisas
América Latina debe sacar sus conclusiones. Frente al difícil 2009 que viene, es preciso recrear en los hechos, en las leyes, en las regulaciones, y en los presupuestos, una agenda ética para la economía. Precisamente, esa que ha fallado en Wall Street.
(Desde Nueva York) LA ESCENA FUE ANTOLÓGICA. Los presidentes de las tres grandes empresas automovilísticas de Estados Unidos acudieron al Congreso para pedir el apoyo de 25.000 millones de dólares para que la industria, sin duda vital para el empleo, pudiera seguir operando.
El presidente de la Comisión del Congreso les preguntó inesperadamente cómo llegaron a Washington. Contestaron que en jet privado. Les hizo la cuenta: era un viaje que les había costado a sus accionistas 40 veces más que si hubieran sacado un pasaje en business. Intentaron subsanar el error casi increíble llegando en las interpelaciones siguientes manejando automóviles. Lo sucedido ilustra la burbuja irreal en que se movían muchos altos ejecutivos americanos.
TODO PRIVILEGIOS, CERO RIESGOS
«El New York Times investigó los paquetes remuneratorios de los altos CEOs del mundo financiero. Algunos de ellos ganaban 17.000 dólares por hora» El presidente electo Obama dijo poco después, apoyando el rescate de la industria automovilística, que muchas cosas debían cambiar, como las tecnologías que habían dejado a Estados Unidos detrás de la industria japonesa, pero no sólo eso, sino también los esquemas de compensación a los CEOs, y las distancias remuneratorias con los trabajadores. Explicó que una de las causas de la crisis eran las altas inequidades, y que los periodos de mayor productividad de la economía americana habían sido aquéllos en los asalariados participaban más en los beneficios.
El New York Times investigó los paquetes remuneratorios de los altos CEOs del mundo financiero. «Todos los privilegios para ellos, cero riesgo, ninguna vinculación entre su eficiencia y sus sueldos Algunos de ellos ganaban 17.000 dólares por hora» Por otra parte se había autofijado indemnizaciones por si los despedían que superan los 60 millones de dólares. Al mismo tiempo ellos y los de otras empresas líderes despedían sin escrúpulos a centenares si había alguna baja en los mercados.
Como lo llamó el diario El País de España, se habían construido un mundo a semejanza de los Brahamanes. Todos los privilegios para ellos, cero riesgo, ninguna vinculación entre su eficiencia y sus sueldos, y condujeron a las empresas que dirigían a casinos financieros para obtener los más altos réditos de corto plazo, y aumentar así sus ingresos personales, no importando lo que pasara después.
ABSOLUTA LIBERTAD DE ACTUACIÓN
Todo ello estuvo favorecido por la cuasi impunidad. Las políticas públicas dejaron de cuidar el interés colectivo. Bajo el dogma de que los mercados eran infalibles se desreguló sin cortapisas. «Se necesitan políticas públicas que protejan el bienestar colectivo, empresas con elevados niveles de responsabilidad social, apoyo a las pequeñas y medianas empresas…» Los Brahamanes funcionaban sin controles. Termina de explotar el caso de un fondo sobre el que pesaban denuncias desatendidas totalmente desde 1992, que produjo el mayor desfalco desde Enron, 50.000 millones de dólares.
Las cifras de recesión, que hoy estremecen a los ciudadanos americanos y al mundo, con records en el desempleo (2 millones de puestos de trabajo destruidos en el 2008), en el descenso del consumo, en las hipotecas ejecutadas, la baja de la producción, y otras similares, tuvieron algunas de sus causales en profundos déficits éticos anteriores. Con razón señalaba editorialmente el Washington Post cuando los jueces dictaron la máxima condena contra los responsables de Enron, que cuidado con decir que se trataba de simples manzanas podridas, que había un tema de falta de ética corporativa mucho más profundo.
VÍAS DECISIVAS
América Latina debe sacar sus conclusiones. Frente al difícil 2009 que viene, es preciso recrear en los hechos, en las leyes, en las regulaciones, y en los presupuestos, una agenda ética para la economía, esa que falló en los acontecimientos de Wall Street.
Debe enfrentarse de lleno la corrupción en el sector público, pero al mismo tiempo también la corporativa. Se necesitan políticas públicas que protejan el bienestar colectivo, empresas con elevados niveles de responsabilidad social, apoyo a las pequeñas y medianas empresas base de la creación de trabajos, sociedades civiles movilizadas para exigir ética, y solidaridad, defender la inversión social que será más necesaria que nunca, privilegiar educación y salud para todos.
Estas vías serán decisivas para evitar que la crisis agudice aun más los intolerables niveles de inequidad, y pobreza actuales de la región.
Publicado por:
ana
fecha: 18 | 12 | 2008
hora: 7:43 pm
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No nos olvidemos nunca que con respecto a AMERICA LATINA el neo liberalismo compulsivo que se le impuso ,apoyado en la cuantiosa deuda externa que los mismos intereses nos crearon,FUE SISTEMA CORRUPTIGENO.
A tal punto que solo le era posible gobernara los «personajes despiertos»como nuestro recordado SIRIO SIMIO.
Publicado por:
juan manuel
fecha: 18 | 12 | 2008
hora: 10:08 pm
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Es estupendo que una sociedad crezca y se satisfagan las necesidades materiales de ésta y cuanto a mayor ritmo mejor. Cuando vemos que un niño pequeño crece con normalidad y a buen ritmo y se hace cada vez más grande y más fuerte, consecuencia de una abundante y buena alimentación, todos estamos plenamente satisfechos. Pero el niño no puede crecer indefinidamente, llega un momento que se hace adulto, y no es bueno que crezca más cuando ya se ha hecho suficiente alto y suficiente fuerte. El objetivo no es estar siempre creciendo, sino que se haga hombre y con una altura y proporciones equilibradas, no puede ser objetivo estar siempre creciendo. Si una vez alcanzada su edad adulta se continúa con el aporte energético y el gasto de crecimiento al mismo ritmo e intensidad, ocurre que empezará a engordar y a hacerse pesado y los problemas de salud aparecerán. Pues en necesario equilibra el aporte alimento energía, no a las necesidades de crecimiento si no a las de sostenimiento, que son claramente menores. Pues del mismo modo crecida la economía a niveles de abastecimiento y medios de uso y servicio para una calidad de vida óptima, se hace necesario regular la producción a esas nuevas necesidades de sostenibilidad, y no de crecimiento.
Si no, el aporte energético, o sea el dinero es cada vez mayor en crecimiento, se nos va a acumular de forma muy perjudicial.
La economía nuestra a llegado por ese estimulo de prestar tanto dinero a uno excedentes que nuestro organismo social, nuestro mercado de economía, no puede consumir, y acumulados deterioran gravemente nuestra salud económica.
Ese excedente de dinero que en principio compensa la deflación, consecuencia ahora de una gran producción, ahora al frenarse la producción no contrarresta, y se traduce en una inflación monetaria neta.
Cuando aparece la inflación neta la cantidad que hay en suspensión sin respaldo de garantías de producción es máxima (llamase también hipotecas subprime) Téngase en cuenta que las garantías reales no están en los activos que los avalan sino en las posibilidades de producir y si no hay nada que producir, por saturación del mercado, por mas avales que tengas en riesgo, a ver como produces, y generas riqueza para devolver el préstamo) La cantidad de dinero en suspensión es máxima ahora con la ultima hornada de préstamos, que es precisamente la mas masiva, por que los prestamos van creciendo de forma exponencial (recordar el fenómeno de crecimiento del dinero en pirámide invertida) en la medida que crece la especulación y la alegría financiera, y nos encontramos ahora que no tienen respuesta productiva alguna. A pesar del estimulo-alegría productiva, desatada en euforia en sus últimas etapas, la implacable ley de la oferta y la demanda ha limitado en extremo la expansión, y de rebote esos excedentes propician una rápida deflación, los precios bajan y esto en gran medida encubre la tremenda inflación existente. Pero lo que está encubriendo en mayor medida la inflación real es nuestra reacción de miedo, lo que mayor deflación suma con diferencia es el miedo.
La ultima hornada de prestamos, mas el dinero no circulante (retraído por el miedo) mas el dinero no registrado,(en paraísos fiscales, debajo del “ladrillo”, etc) y ahora sumémosle el dinero del rescate o de pretendida activación económica, no avalado y de muy corta productividad, suman un total, una oleada potencial inflaccionaria tremenda, inmensa, y que avanza a pasos agigantados
Efectivamente la retracción del mercado, el miedo que invita con gran reserva al ahorro, en previsión de situaciones peores, en un sálvese quien pueda, empeora aún más las cosas. Hace que ese volumen de dinero muy por encima de las realidad de riqueza del país no esté en circulación, ese miedo hace que el dinero en circulación, de momento, sea notablemente menor que los bienes ofertados y por tanto se genera una primera deflación, el precio de las cosas bajan, pues los excedentes marcan su pauta en un mercado regulado por la oferta y la demanda. Pero el dinero está ahí, guardado, esperando liberarse.
La cantidad de dinero que propone poner el estado en circulación como rescate de la economía, sin respaldo de riqueza o avales y sobre todo con muy pocas garantías o imposibilidad práctica o muy escasa de productividad añadida, puede ser en proporción una cantidad pequeña que se sume a esta colosal amenaza inflaccionaria. Pero sin embargo puede ser el detonante, no por sumar inflación, sino por añadir productividad a un mercado que sufre una crisis de excedentes, obviando, ignorando el que se tiene y que está manifestándose en grave amenaza.
Aun si se utilizase el dinero simplemente para decorar y renovar el mobiliario urbano público, o en expansión urbanística, (en casos innecesaria), etc. estamos gastando ese dinero solo para consumo (recordad inflación monetaria consumista o neta) pero lo que se busca como objetivo indirecto, que es que esos jornales que se repartan, a su vez genere consumo social y por tanto active el sistema productivo, puede ser peor.
La carga inflaccionaria con ese dinero puede ser todavía contenida, en tanto no se desate el pánico, pero el incremento productivo puede desgranar ese dique de contención que esta haciendo el miedo en retracción de mercado.
Previo a un tsunami, la orilla del mar, el agua se retrae mar adentro. Se recoge el mar en una profunda y última aspiración para dar su golpe.
Mientras se recoge nuestra economía con un porcentaje deflacionario productiva marcado por nuestros excedente, la situación en la partes mas bajas (de la masa monetaria, pues cada vez más, se estrecha la franja de dinero circulante) se hace cada a vez mas crítica, el dinero se recoge en la partes mas bajas de su circulación activa, e incluso el dinero del rescate esta pasando rápidamente arriba, quedándose latente como inflación neta y el sistema productivo se frena por segunda vez con una mayor caída, no hay demanda a pesar de la enorme deflación del mercado. Y los de arriba se empiezan a dar cuenta “cuando esa oleada de dinero empieza a tocar tierra (realidad)” que en realidad no tienen nada, no hay base de sustentación (es mucho dinero acumulado arriba para tan poca riqueza a repartir) y es todo cuestión de, a ver quien se da mas prisa en cambiar el dinero por algún bien sólido o garantizable. La avalancha de gente compradora, de demanda, de demandar una riqueza que existe muy escasamente y cada vez más cara, hace que la inflación monetaria potencial empiece a manifestarse. Toda la masa monetaria se agolpa en su cenit, a cada momento, a cada instante ese dinero toma posiciones de derrumbe, se devalúa de forma vertiginosa, la gente compra desesperadamente cualquier cosa que tenga algún valor, estando dispuesto a pagar lo que sea, el valor de las cosas se disparan por el exceso masivo de demanda, pero no da tiempo a nada más, y esa inmensa masa de dinero se derrumba al instante en su propio vacío.
La quiebra del sistema es cuestión de horas, lo que tarde en recorrer la voz de alarma, en una oleada de pánico.
* * *
¡El rescate de la enconomia con dinero “prestado” solo puede hacerse, solo será efectivo, solo evitara una tsunami inflaccionario, cuando se dedique solo y exclusivamente a garantizar los fondos. Y mientras se facilita que el dinero no registrado o no fiscalizado, afluya y tenga cuentas corrientes libres, sin sanciones ni cargas retroactivas. Y ese dinero tiene que estar ya, en las entidades financieras, a disposición!
* * *
No sé, si esto llegará a suceder en un sociedad que tiene a veces insospechados recursos para contener o paliar situaciones de crisis y aún tremendas desgracias y que a lo largo de la historia ha demostrado superar, aunque no exentas de gran sufrimiento. Pero la realidad matemática es así, (por ejemplo; en España solo el dinero que suman los billetes de 500 euro, que nadie sabe donde están, alcanzan la cifra de 54.000 millones de euros, el 5’4 % del Producto Interior Bruto. Que esa proporción la aporte solo los billetes de 500 euros nos da una idea de la colosal masa monetaria, y lo que es peor en la proporción desmedida con la que está amenazando a nuestro patrimonio) y aunque la práctica probablemente pueda ser distinta, nos deberíamos de preparar como si fuera a ser idéntica.
jmleivacaro@yahoo.es
Publicado por:
juan manuel
fecha: 18 | 12 | 2008
hora: 10:13 pm
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TSUNAMI DE INFLACCIÓN (continuación al comentario anterior)
¿Qué pasa con el dinero?
El dinero en circulación de un país, son los billetes monedas, más el registrado en cuentas, como simples asiento bancarias provenientes de prestamos, por coeficiente de caja (también llamado dinero electrónico, no existente en papel, pero se permite prestar a los bancos, figurando como simple asiento bancario, en una determinada proporción respecto al dinero que en realidad tienen o disponen en caja ) y que en su totalidad representa y equivale a la riqueza de un país: (productos y servicios susceptibles de ser intercambiados).
El valor de la unidad de moneda, es una fracción de esa totalidad de bienes. Para mantener estable el valor de esa fracción como unidad monetaria, en la medida que varíe el valor de la riqueza disponible a ser intercambiada, tiene que variar la cantidad de dinero circulando. El dinero circulante ha de ser el mismo a la riqueza real o producto existente, y en función de su potencial valor de compra-venta, es decir, cuando unas mismas existencias se revalorizan o desvaloriza en función de la ley de oferta y demanda.
El dinero tiene que ser producido a la par que los productos de consumo y medios en disponibilidad de servicio. Y en la misma medida, (en teoría, como luego veremos) debería ser retirado a medida que se consume o devalúa esa riqueza,
Si por ejemplo doblamos la cantidad de dinero circulante para una misma cantidad de producto o bienes, automáticamente la moneda se devalúa a la mitad, las cosas cuestan el doble dinero, la gente solo puede comprar la mitad de cosas con el mismo dinero. En este sentido, cuando las cosas valen cada vez mas dinero es por que se introduce más dinero en circulación en mayor proporción que productos de consumo y servicio hay, se llama ‘inflación monetaria’. ‘Deflación monetaria’ es el fenómeno contrario, cuando la producción crece por encima del dinero existente, las cosas van mas baratas y podemos comprar mas cosas con menos dinero, el poder adquisitivo aumenta.
Para mantener el valor de la moneda, debe darse de forma constante una igualdad entre valor real de los productos y servicios, en su cómputo total y el valor de dinero total que lo representa. Como quiera que el valor de la cosas está también sometido a esas oscilaciones, afectadas por la ley de oferta y demanda en su función reguladora de los precios, también nos encontramos con inflación y deflación de los precios por esta razón. En este caso podemos llamar ‘deflación por demanda’ tanto productiva como especulativa, cuando aumenta el valor de una misma cosa por exceso de demanda, e ‘inflación por oferta’ igualmente tanto productiva como especulativa, cuando se produce un exceso de oferta. Hay que notar que la deflación por oferta, es restrictiva de dinero circulante, pero en realidad crea inflación monetaria, pues en el cómputo total hay menos valor que dinero, y resta garantías productivas (elemento fundamental para conceder préstamos y entre nuevo dinero en circulación). Y la inflación por oferta, crea en realidad más deflación monetaria, mejora las garantías productivas para conceder préstamos, invita a la afluencia de dinero y por tanto a la expansión y crecimiento económico.
Para llevar (en teoria)un correcto y riguroso control de la inflación o deflación monetarias, al introducir el dinero en el mercado, se debería regular y controlar la riqueza existente disponible para intercambiar y retirar ese dinero una vez se ha consumido esa riqueza o en la medida que se devalúe ese bien.
Imaginemos un agricultor que produce una cosecha y quiere intercambiar con los demás su producto, utilizando junto con el resto la misma moneda de intercambio. Una vez valorada esa cosecha en función del valor de mercado, se fabrica el dinero correspondiente a ese valor, y se le proporciona al agricultor. El agricultor compra cosas con ese dinero para su uso o consumo, y cuando vende, el dinero que va recibiendo con la venta tiene que ir devolviéndolo a quien fabricó el dinero, destruyéndolo a su vez, o inmovilizándolo y reservándolo, para concederlo a quien lo necesite para intercambiar un nuevo valor producido.
Fijaros que este dinero solo es posible que ingrese en la circulación, cuando está respaldado por una riqueza que se ha de intercambiar para su consumo o uso. Mientras así ocurra y ese dinero desaparezca cuando se haya consumido o entregado la riqueza, el valor monetario de todo el dinero en el conjunto social se mantiene. Pero si alguien toma ese dinero y sin estar respaldado por algún bien a la venta o susceptible de ser vendido, se dedica simplemente a gastarlo sin ese respaldo, automáticamente devalúa todo el dinero del conjunto, y se produce inflación monetaria. El dinero vale menos, se compran menos cosas con el mismo dinero. Ha ocurrido que esa persona que ha gastado ese dinero sin su contrapartida de aporte de su producción o riqueza, ha estado tomando de los bienes de todos. De todos aquellos que tienen su riqueza representada en dinero.
(Se pude objetar qué ¿Que riqueza puede representar, si yo tengo una cantidad de billetes y ninguna propiedad ni producto ni nada en propiedad que represente? Esta contrapartida o respaldo en riqueza o bienes o avales se hace necesario para introducir el dinero en circulación, una vez está en circulación esta representando en todo momento de forma garantizada esa riqueza inicial, pero computada y homogenizada como parte de la riqueza de todo el conjunto. Si por ejemplo, tenemos solo dinero y ninguna producción o bien que lo respalde, no quiere decir que no se tengan esa riqueza en propiedad para su intercambio, aunque no esté en nuestro almacén o como titulo de propiedad de un bien inmueble, etc. (Aquí está un poco el quid de la cuestión para comprender los mecanismos de función del dinero y donde precisamente produce el embrollo para su correcta comprensión, de como se homologa y simplifica su uso en su función de intercambio, haciendo ver en él, un aparente valor independiente, dando la impresión de que tiene valides en si mismo como riqueza)
Con el ejemplo del agricultor hemos hecho un poco ‘la cuenta de la vieja’ para comprender la función del dinero, para ver como se introduce y engrana en un mercado de intercambios. Pero en este caso, y para su mas fácil comprensión, lo hemos simplificado viendo su función de trueque o intercambio en una sola dirección, pero en realidad, el dinero en circulación reúne una función de intercambio dual, o en dos sentidos: Cuando el agricultor entrega dinero, está dando parte de su producción como deuda, el que recibe, recibe ese bien, pero a su vez también esta amortizado su deuda con sus productos que está entregando a su vez al agricultor. Cuando el agricultor recibe de vuelta ese dinero, debería devolverlo para su inmovilización, pero a su vez, el que se lo ha dado, lo ha puesto en circulación para que sea retornado a él y poder así saldar su deuda, y por tanto no se puede inmovilizar ese dinero. Esa dualidad de la función en el intercambio es lo que hace complicar un poco la correcta comprensión de la función del dinero, y embrollar la cosa, especialmente cuando a macroniveles de ingenierías financieras, la profusión y “follaje” de conceptos y técnicas financieras hacen que “el árbol impidan ver el bosque” y tape a la vista sus problemas mas elementales y esquemáticos, y a la postre mas gordos, por eso tenemos que remitirnos al ejemplo para no perder a groso modo esa lógica y por tanto, no dejar de ver su verdadero valor representativo, de como intervine y la exacta función del dinero en nuestra economía.
El dinero es representativo de riqueza y no tiene mas valor en si mismo que su peso en papel, y como veremos más adelante es también representativo de promesa de riqueza, en realidad cuando se posee, se está siendo dueño de una parte de la riqueza global de bienes de consumo y servicio y del patrimonio social, de la totalidad de la riqueza del conjunto social que pertenece o donde circule ese dinero, y también de la riqueza que está por venir (prestamos) Se es dueño de una fracción de bienes de consumo o propiedades o patrimonio aunque no se este figurando como titular o en nuestro almacén (así como también en la parte proporcional de los riesgos que se asumen por los prestamos). El dinero concede titularidad real esté donde esté ese bien, y que está esperando ser consumido por su portador, en un lugar u otro de nuestra geografía).
Para quien fabrica el dinero necesario para el intercambio de la riqueza de un país, le corresponde la labor de vigilar que ese dinero que deja, corresponda exactamente a la riqueza que representa o va a representar con seguridad. Sino se hace así, sucede que el valor de las monedas ya en circulación están siendo devaluadas o valoradas en función de si se aporta mas dinero o menos dinero para una mismo bien que lo respalda.
Introducir el dinero en el mercado y regularlo en función de la producción de las personas o empresas, etc., con su contrapartida en consumo, con las correspondientes valorizaciónes y devalorizaciónes en continua adaptación a ese contenido patrimonial de productos o bienes de consumo seria algo tremendamente complejo y de hecho imposible de llevar a la practica siguiendo el ejemplo lógico antes expuesto. (Tener en cuenta que ha de introducirse cumpliendo esa función dual que referíamos, es prácticamente incontrolable, pues se tendrían que estar dando y quietando dinero a las propiedades o producciones y servicio de cada individuo o asociación en función del gasto el control de las existencias y de las fluctuaciones del mercado y del valor de la cosa en sus revalorizaciones o depreciaciones. Es como si pretendiésemos medir el nivel de una balsa de agua donde está entrando y saliendo agua a diferentes ritmos, y por múltiples orificios de estrada y salida, calculando los infinitos caudales de abastecimiento y consumo. Mucho más sencillo es controlar medidores que actúen directamente sobre el nivel de la balsa)
Y la forma más factible y cómoda de introducir dinero es vigilando y custodiando la producción que todavía no existe. Controlado con un registro o simple asiento bancario. Es decir, -Yo te doy el dinero antes que tengas la producción, y solo te pido que me garantices que vas hacer esa producción. Y, una ves vendido lo que has producido se inmoviliza ese dinero, o sea, se destruye o se deja a disposición de quién quiera producir mas e intercambiar sus productos.
Así que con esa sencilla formula se va introduciendo dinero en el mercado y el medio de intercambio y la propia riqueza crecen a la par.
Quien fabrica el dinero es el estado y este lo vende a los bancos (o se lo proporcionan también los bancos así mismos, mediante los coeficiente de . caja, una cantidad de dinero muy por encima del dinero real que tienen y en proporción a éste, que se les permite crear como simple anotación en una cuentas -dinero electrónico-) para que lo utilicen para este fin, y cuando lo facilitan como prestamos a la gente, es cuando toma su valor real de mercado, respaldado por esas garantías de producción futura, de promesa de riqueza. Todo el dinero que toman los bancos, tanto el que produce el estado, como el propio electrónico, tiene sus correspondieres asientos bancarios que avalan y garantizan su contrapartida productiva y posterior devolución, y es, lo que le da validez. Pues no puede haber un billete en el mercado o una transacción monetaria electrónica entre cuentas de cualquier tipo, que no este representado una parte de bienes de consumo o servicios, auque esta sea de momento solo una promesas de riqueza.
Fijaros que cuando se adquiere este dinero así prestado, ocurre que hay más dinero en el mercado que riqueza, pues todavía no se ha producido y tiempo tardará en producirse, cosa que ocurre paulatinamente, mientras tanto ese dinero ha producido una pequeña inflación en el conjunto. Es como si todos los que tenemos dinero contribuimos en ese porcentaje a prestarle, dejarles nuestros bienes para que quienes empiezan, puedan iniciarse e incorporarse a muestro mercado productivo. (en realidad el préstamo lo hace toda la sociedad, perdiendo poder adquisitivo) Esta persona, empieza a producir, a devolver el dinero, a devolver esos bienes dejados por todos, y está contribuyendo con su aportación, producción personal a restablecer ese equilibrio en el valor inicial del dinero. Mientras ha estado devolviendo el dinero, se ha ido reduciendo paulatinamente la inflación, hasta que se ha devuelto todo el dinero, entonces se ha restablecido el valor original del dinero y la inflación es cero, pero como es lógico el nuevo productor, continua produciendo y acumulando bienes por encima de lo devuelto y todo lo que produce a partir de lo devuelto es una añadido a la economía en riqueza y crecimiento de la totalidad y en este caso se hace necesario incrementar el dinero en circulación en esa medida, pues cuando hay mas productos que dinero circulando se crea deflación monetaria, y entonces el dinero tiene mas valor, se puede compra mas cosas con el mismo dinero, tendríamos que hacer como en el ejemplo del agricultor, darle nuevamente dinero por los margenen añadidos de producción y controlándole su producción, cosa que no es practica, ni viable, además, de esta forma solo lo introducimos en una de sus funciones en una sola dirección de intercambio, como hemos aclarado antes. Ese dinero solo se puede poner en circulación con un nuevo préstamo y el agricultorr tiene que recibir el dinero de su producción añadida, directamente como valor de intercambio mutuo en integrarse al grupo de intercambio con el dinero en sus dos funciones, en sus dos direcciones, por lo tanto el dinero ya lo percibe de los demás con sus dos funciones. Pero el nivel de la” balsa” ha subido (deflacción) y se tiene que reestablecer.
Como hemos dicho, ocurre que el dinero prestado nuevamente, produce inflación, pero en este caso ahora contrarresta la deflación del préstamo anterior, y al ser mayor el dinero prestado que el crecimiento productivo tenemos siempre una diferencia favorable a la inflación, quiere decirse, se esta prestando mas dinero cada vez, en mayor proporción, y por tanto hay mas dinero en circulación que crecimiento de la economía. Cuando hay inflación monetaria por esta causa, es por que el crecimiento de los préstamos y en consecuencia de la economía, toma forma de pirámide invertida
La afluencia continuada de dinero al mercado respaldado por unas garantías de producción, en un mercado en continuo crecimiento, tiene, como hemos dicho, un efecto primero de inflación seguido de una posterior deflación. Si por ejemplo se aportara solo una partida de dinero, y concluido su ciclo, o sea su devolución, se quedaría la moneda, el dinero circulante en deflación, pero el incremento continuado de dinero prestado cada vez en mayor proporción, supera a la deflación y deja un resto de pequeña inflación. Que por otra parte marca nuestro índice de crecimiento
Otra causa de inflación es que se ponga dinero en circulación sin estar abalado por riqueza alguna sin suficiente garantías de producción futura o crecimiento, esto no tiene su respuesta deflacionaria y por tanto tiene un comportamiento netamente inflacionario. Le podemos llamar inflación monetaria consumista o negativa
La inflación que produce los préstamos garantizados, con resultados de producción, es positiva, pues su finalidad es añadir riqueza al conjunto. Y le podemos llamar inflación monetaria productiva o positiva.
Evidentemente la inflación productiva, es absolutamente necearía para el crecimiento, y cuanta más inflación productiva haya, mejor. Esta no obstante, como hemos visto, siempre viene compensando por la deflación que produce, y los índices que se dan son siempre razonables y muy impulsores de las economías. Es como ponerle a un burro una zanahoria a unos metros con un palo, pues ver la posibilidad de alcanzar la zanahoria le estimula a caminar, aunque el caminar le aleje de la zanahoria. Si no hubiese inflación, es decir que la zanahoria se la pudiese comer (consumir) se quedaría con la complacencia de haber cumplido su deseo y las motivaciones para caminar serían bastante menos. El que la gente tenga deudas que atender, estimula y exige al trabajo, a la producción. Y esa inflación que se produce por ese dinero prestado es altamente productiva. Y cuanto más inflación, más estimulo a la producción. Pero las cosas se tienen que utilizar en su justa medida, si tanto alejas la zanahoria, al final el burro no la ve y se para. Si al final es tanta la carga de la deuda y son tan pocas las garantías que las respalda, el estimulo desaparece y la economía se ralentiza.
Publicado por:
JESUS DE NAZARET
fecha: 21 | 07 | 2009
hora: 10:25 am
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PARA DON JUAN MANUEL:ES USTED UN VERDADERO IMBEZIL,GILIPOLLAS,CABRON,FOLLABURRAS!!