obamavoluntariadoUna visión economicista estrecha ha desvalorizado las posibilidades del voluntariado. Es hora de superarla definitivamente. El ejemplo de Obama, apostando por el voluntariado en medio de la mayor crisis de la economía estadounidense en 80 años, es más que sugerente.

(Desde Nueva York) EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, Barack Obama, acaba de firmar la mayor ley de fortalecimiento del voluntariado de la historia de Estados Unidos. Triplicará el número de puestos de dedicación integral a la promoción del voluntariado. AmeriCorps, la organización base de acción voluntaria, pasará de 75.000 a 250.000 agentes. En 2008, movilizaron a 2,2 millones de voluntarios. Se espera ahora que activen más de 7 millones.

Entre otras áreas, los voluntarios mejoraran los servicios de salud, y las oportunidades económicas en comunidades de bajos ingresos, asistirán a afectados por la crisis, contribuirán a las escuelas, apoyarán los esfuerzos para el ahorro de energías. La Ley incluye un programa especial para abrir oportunidades de voluntariado a los retirados de las edades mayores. El Gobierno, a pesar de sus problemas presupuestarios agudos, se propone aportar 6.000 millones de dólares en los próximos 5 años.

«El peso del voluntariado en un mundo donde 18 millones de personas mueren anualmente por causas evitables vinculadas a la pobreza es creciente. Los voluntarios producen bienes y servicios que los ubican como la octava Economía del planeta en producto bruto».

Obama declaró al suscribirla: «Necesitamos vuestro servicio, ahora mismo, en este momento de la historia… Les pido que se pongan de pie y asuman su parte». La Ley tuvo apoyo bipartidario. La ciudad de New York lanzó su propia iniciativa: «Te necesito para que des servicio a New York». Crea el cuerpo cívico de la ciudad, y contempla prestar gratuitamente asesoría jurídica, y financiera a los afectados, por embargo de sus casas, o que necesitan apoyo para poder manejar sus deudas. Requiere de cada escuela que incorpore las ideas de servicio y voluntariado en sus currículos para septiembre de este año. Se encontró que un 17 por ciento de las personas no hacen trabajo voluntario porque no saben dónde ir. La ciudad creó un servicio telefónico para informar sobre oportunidades de voluntariado disponibles. Su alcalde, Michael Bloomberg, resaltó: «Queremos que el compromiso cívico esté a la cabeza de las características de los neoyorkinos». The Economist describe estas iniciativas señalando que «El servicio público se está convirtiendo en un movimiento nacional».

LA OCTAVA ECONOMÍA MUNDIAL

Su peso en un mundo donde 18 millones de personas mueren anualmente por causas evitables vinculadas a la pobreza es creciente. Los voluntarios producen bienes y servicios que los ubican como la octava Economía del planeta en producto bruto. En los países desarrollados generan más del 5 por ciento del producto bruto anual. En uno de los países líderes, Israel, más del 10 por ciento de dicho producto. En Noruega, 7 de cada 10 personas hacen trabajo voluntario. En Estados Unidos los trabajadores de las ONGs y los voluntarios son el 11 por ciento de la mano de obra activa, más que las industrias financieras, y del automóvil juntas. Una reciente campaña mundial «Levántate y habla» (octubre 2008) que exigió a los líderes mundiales cumplir con los compromisos que asumieron respecto a las metas del milenio y mejorar urgentemente la pobreza y la desigualdad, movilizó a 43 millones de personas en 127 países.

«La Biblia tiene 3000 referencias a «aliviar la pobreza». En el judaísmo, la palabra para denominar la solidaridad, es Tzedaka, que quiere decir «hacer justicia». La idea es que ayudar, es restablecer la justicia que está siendo violada por la existencia de la pobreza»

Los jóvenes muestran un enorme interés en el voluntariado. Un estudio internacional encontró que el 73 por ciento de los jóvenes españoles, y el 66 por ciento de los canadienses y estadounidenses, le dan mucha más importancia a estos temas que a «hacer mucho dinero». Una encuesta reciente en Estados Unidos, entre jóvenes de 13 a 25 años, encontré que un 61 por ciento estaban preocupados por el estado del mundo, y se sentían personalmente responsables de hacer una diferencia. El 69 por ciento decían incluso que el compromiso de una empresa con una causa social o medioambiental es «importante o muy importante» para su decisión de dónde comprar. Según el informe Juventud en España 2008, la institución más valorada por los jóvenes eran las ONGs. Trabajan en ellas como voluntarios un millón de personas.

MÁS TZEDAKA

El impulso al voluntariado se encuentra en la base de las principales religiones del planeta. La Biblia tiene 3000 referencias a «aliviar la pobreza». En el judaísmo, la palabra para denominar la solidaridad, es Tzedaka, que quiere decir «hacer justicia». La idea es que ayudar, es restablecer la justicia que está siendo violada por la existencia de la pobreza. La Tzedaka es considerada igual en importancia a todos los otros mandamientos juntos. Jesús de Nazaret proclamo que es como «tratamos al último de nuestros hermanos lo que va a determinar si heredaremos el Reino de la Divinidad o iremos al infierno eterno». El Islam requiere a sus adherentes ayudar a los necesitados. En las religiones orientales se afirma «el que regala una rosa a otro, se queda con la fragancia en la mano», él es el beneficiado.

«En toda América Latina se necesitan políticas públicas de primera calidad, muy centradas en la gente para poder responder a la crisis, que está haciendo subir la pobreza, el desempleo, y la exclusión social, pero el voluntariado puede ser un colaborador formidable de ellas»

Como tiene su basamento en la sabiduría profunda del género humano que surge de sus propuestas espirituales, el voluntariado tiene recompensas inigualables. Lo verifican investigaciones científicas recientes. En su provocativa obra «La vida que usted puede salvar» (2009), el filósofo Peter Singer, refiere que Harbaugh, Burghart, y Mayr (2007) hicieron un experimento entregando dinero a jóvenes estudiantes. Podían donarlo a un banco de alimentos para pobres o quedárselo. Se midió con resonancias magnéticas como reaccionaban los centros del cerebro que producen gratificaciones. Se activaban cuando donaban.

En otro estudio de la Universidad de Michigan (2007) en 30.000 hogares estadounidenses, se encontró que aquellos que donaban tenían un 43 por ciento más de probabilidad de considerar que eran «muy felices con sus vidas» que quienes no lo hacían, y un 68 por ciento menos de posibilidades de caer en desesperanza.

EN AMÉRICA LATINA, PRIMERO LA GENTE

En toda América Latina se necesitan políticas públicas de primera calidad, muy centradas en la gente para poder responder a la crisis, que está haciendo subir la pobreza, el desempleo, y la exclusión social, pero el voluntariado puede ser un colaborador formidable de ellas.

Para ello hay que potenciarlo y dar todo el apoyo público y privado a ONGs ejemplares de la sociedad civil que en todo el Continente vienen haciendo un trabajo excepcional con recursos muy escasos.

Una visión economicista estrecha ha desvalorizado las posibilidades del voluntariado. Es hora de superarla definitivamente. El ejemplo de Obama, apostando por el voluntariado en medio de la mayor crisis de la economía estadounidense en 80 años, es más que sugerente.