argentinagiroderechacentroLas elecciones legislativas en Argentina así como las presidenciales en Uruguay y Chile (noviembre) y los comicios en Brasil (2010) podrían marcar un viraje hacia el centro-derecha en América Latina, dice el autor. ¿Transita la región hacia la polarización política?

(Desde Buenos Aires) LAS PRÓXIMAS ELECCIONES LEGISLATIVAS en Argentina, se llevarán a cabo (28 de junio) en un contexto político regional que podría redefinir los lineamientos ideológicos generales.

Caracterizado por la aplicación a rajatabla del neoliberalismo durante los años ochentas y noventas del siglo pasado, hemos visto, sin embargo, durante los últimos años, la sucesión de gobiernos progresistas, que le cambiaron el rostro a esta región del planeta y que le inyectaron, en la mayoría de sus casos, crecimiento económico, redistribución del ingreso, y estabilidad política, como no se veía desde hace más de treinta años.

«El próximo 28 de junio  la presidenta Cristina Fernández comprobará cuánta fuerza le queda para seguir gobernando el país.

Presidentes como Lula Da Silva, en Brasil, Rafael Correa, en Ecuador, Evo Morales, en Bolivia, Hugo Chávez, en Venezuela, Tabaré Vásquez, en Uruguay, Néstor Kirchner/Cristina Fernández, en Argentina y Michelle Bachelet, en Chile, han logrado interpretar –cada uno a su manera– las sensibilidades populares dentro de sus sociedades, reestableciendo la integración (MERCOSUR, UNASUR, ALBA, etc.). La diferencia central entre estos nuevos gobiernos sudamericanos –que en su mayoría, comienzan a transitar sus últimos meses de gobierno– radica en la capacidad que ha tenido cada uno en crear una hegemonía política, afianzando sus proyectos en función de sus bases populares.

¿RENOVACIÓN POLÍTICA EN BUENOS AIRES?

El próximo 28 de junio, se renovará parte de las Cámaras Alta y Baja, nacionales y provinciales, en unas elecciones que prometen ser bastante peleadas y en las que el actual gobierno de la presidenta Cristina Fernández –asumido hace tan sólo un año y medio– comprobará cuánta fuerza le queda para seguir gobernando el país, hasta diciembre de 2011, cuando termine su mandato.

Independientemente de las distintas encuestas que se están dando a conocer, y a los mayores o menores deseos de que al oficialismo le vaya mal o bien; el electorado argentino, básicamente, hará una elección entre dos modelos bien diferentesde país:  uno de mayor presencia estatal y otro de mayor mercado, como el conocido en los años noventa, donde lo que prime, será, una gran interna entre el peronismo gobernante, con el así llamado, peronismo «disidente. Por un lado, se presentan las listas oficialistas del Frente Para la Victoria (FPV), cuyo eje central es continuar con la política de acumulación de reservas, distribución del ingreso y creación de empleo y una política exterior de consolidación latinoamericana y de mayores relaciones con el bloque Asia-Pacífico.

Frente a la profundización de este proyecto kirchnerista, se levantan diversas voces, todas ellas, a mi juicio, de un mercado más concentrado.

Por un lado se destacan los cantos del Acuerdo Cívico y Social; un frente electoral (que, entre otras cosas, propone el regreso de Argentina al FMI) conformado por la Coalición Cívica, de la ex diputada Elisa Carrió y la Unión Cívica Radical, cuyo nombre volvió a resurgir.

«La presidente Michelle Bachelet termina su mandato este año, y –según todas las encuestas– quien le sucedería en el Palacio de la Moneda es el empresario Sebastián Piñera»

Por otro lado, el peronismo «disidente», dirigido en las sombras por el ex presidente interino Eduardo Duhalde (quien pretende encabezar una alianza de Partidos de derechas, para las elecciones presidenciales del 2011), que lleva como candidatos principales a Francisco De Narváez (quien es el principal candidato en la provincia de Buenos Aires) y a la ex vice-jefa de gobierno porteño, Gabriela Michetti, candidata del PRO, dirigido por Mauricio Macri: el aliado «liberal» de Duhalde en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

EL ESCENARIO POLÍTICO QUE VIENE

El año próximo, culminará el mandato del presidente Lula Da Silva en Brasil, uno de los gobiernos con mayor apoyo popular en la historia de su país. Sin embargo, la fuerza de Lula, radica en su personalismo y no tanto en su fuerza política: el Partido de los Trabajadores (PT).

«Es posible que Mujica le gane en primera vuelta a Lacalle, pero es bastante probable que pierda en la segunda, incluyendo a Uruguay  en el giro hacia la derecha.

Hasta el momento, Lula viene impulsando la candidatura de Dilma Rouseff, una ex guerrillera, como su sucesora; pero el tibio apoyo popular que su figura genera, y su delicado estado de salud, hicieron que sectores del PT comiencen a ver la manera de lograr una tercera postulación de su indiscutido líder, para las próximas elecciones. Si Lula no logra ser candidato nuevamente, es muy probable que José Serra, del Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB) gane las próximas elecciones, imponiendo un viraje hacia el centro-derecha en la principal economía sudamericana.

En este camino, también avanza Chile. La presidente Michelle Bachelet termina su mandato este año, y –según todas las encuestas– quien le sucedería en el Palacio de la Moneda es el empresario Sebastián Piñera.

«Si los vientos políticos cambian –nuevamente– de signo en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, Sudamérica podría transitar hacia una polarización política que será seguramente poco constructiva»

En Uruguay también se preparan para sus elecciones presidenciales, y –coincidiendo con la fecha de las elecciones en Argentina– el oficialista Frente Amplio definirá, el próximo 28 de junio, a su candidato a presidente. El ala más moderada del Frente, encabezada por Tabaré Vázquez, postula al actual Ministro de Economía, Danilo Astori, mientras que los sectores más a la izquierda, postulan al actual Senador José (Pepe) Mujica. Es muy probable que, de las internas, salga como ganador Mujica, quien –entonces– deberá enfrentar al casi seguro candidato del Partido Nacional o Blanco, el ex presidente Luís Alberto Lacalle. En esta instancia, es posible que Mujica le gane en primera vuelta a Lacalle, pero es bastante probable –también– que pierda en la segunda, incluyendo a Uruguay, de esta manera, como parte de un giro hacia la derecha.

De esta manera, si los vientos políticos cambian –nuevamente– de signo en Brasil, Argentina, Chile y Uruguay, Sudamérica podría transitar hacia una polarización política que será seguramente poco constructiva.