Richard Cohen
10/19/2010
Cohen explica que las leyes contra los crímenes de odio llevan la persecución de los criminales demasiado lejos, porque llega un punto en el que no solamente se persiguen los crímenes reales, sino las ideas y las creencias de la gente. Esta legislación da ventaja a ciertos grupos sobre otros, lo que implica que en sus ojos, la vida de ciertas personas vale más que la de otras. Cohen cita y analiza muchos casos en los que el concepto «crimen de odio» ha sido usado, y señala que por naturaleza los criminales se saltan las leyes existentes, de manera que crear nuevas leyes para ello no va a servir de nada. Si el ímpetu que lleva a alguien a cometer un crimen es la raza o la ideología de una persona, ese odio debería ser condenado pero no castigado, y la condena tendría que adherirse al crimen en sí y no las razones que haya detrás.
Cohen escribe dos columnas semanales sobre política interior y exterior en The Post.
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