José Ignacio Torreblanca
07/01/11

La baja cantidad de inmigrantes que decidían establecerse para vivir en un Estado X preocupaba a sus autoridades, quienes veían una posibilidad de crecimiento demográfico, económico y social con la llegada de una mayor inmigración. Ante esta situación,  decidieron actuar y hoy en día dicho Estado es una gran atracción para la población inmigrante. A su vez, existe otro país el cual tradicionalmente muchos inmigrantes escogen para establecerse. En los últimos meses, un partido político xenófobo ha conseguido un apoyo electoral significativo. Sin embargo, en el país existe una Iglesia, encabezada por una mujer abiertamente homosexual, quien condenó recientemente al partido político xenófobo en presencia de toda la clase política y la familia real. El primer estado del que se hablaba está en Canadá, el segudno país es Suecia. Desgraciadamente, estos comportamientos son cada vez menos frecuentes en Europa, donde la xenofobia se ha ido extendiendo desde la Francia de Le Pen hasta la presidencia europea de Hungría. Esta renuncia de los viejos valores europeos, desde sus comienzos en defensa de la libertad, lo interpreta el autor como un suicidio del continente, como ya ocurrió a lo largo del siglo XX.

José Ignacio Torreblanca es director de la oficina en Madrid del European Council on Foreign Relations (ECFR), profesor de la UNED y columnista de El País.

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