Pocas veces el término “interméstico,” utilizado por cientistas sociales para describir un fenómeno que tiene expresiones domésticas y ramificaciones internacionales, encuentra una aplicación tan adecuada para reflejar un momento de decisiones políticas. Considero que ese es el caso al que asistimos con la decisión del Presidente Barack Obama al anunciar pública y oficiosamente el retiro de las tropas de Irak porque, según sus propias palabras “es tiempo de enfocar en la construcción de nación en casa.” En muchos sentidos, este llamado apremiante resulta mas pragmático que ideológico. Con un gasto promedio de $1.3 trillones de dólares invertidos a lo largo de una década para librar dos guerras que han sobredimensionado las reservas humanas y económicas del país; que han puesto a prueba sus capacidades estratégicas y a la vez comprometido las posibilidades de un desenlace exitoso, el argumento de mantenerse a toda costa resulta insostenible para un país que no termina de salir de su crisis financiera y que tan sólo en el presente año fiscal invirtió en ambos despliegues la friolera suma de US$120 billones de dólares. Con una creciente deuda externa que ya bordea los US$14.29 trillones, el excesivo gasto militar también es oneroso e injustificable ante la opinión publica, sobretodo para el creciente porcentaje de la población profesional y trabajadora desempleada que aún no tiene garantías para reinsertarse en los exiguos mercados laborales o para gran parte de los estados y pueblos de la Unión que actualmente enfrentan una crisis presupuestal sin precedentes, ante la cual tienen que hacer malabares para afrontar viejos y nuevos problemas como la reconstrucción de ciudades enteras abatidas por catástrofes naturales, o impactadas por el auge de la criminalidad violenta.
LA DIMENSIÓN INTERMÉSTICA DE UNA DECISIÓN PRAGMÁTICA
Ricard Gonzalez
01/03/2011
Muchos critican la actitud de Obama ante las revueltas árabes, echándole en cara que no ha sabido reaccionar a tiempo. Si bien es cierto que tardó algo en hacer declaraciones sobre la revolución egipcia, finalmente pudieron encontrar el equilibrio entre sus necesidades e intereses y las del pueblo egipcio. Sin embargo, en el caso de Libia, han pasado 6 días de masacre a los revolucionarios hasta que Obama se ha decidido a hablar sobre ello, calificando al fin las acciones de Gadaffi como inaceptables y atroces. Aunque EEUU no tenga tanta influencia en Libia como en otro países, no justifica la inacción por parte de EEUU, que debería haber condenado el régimen de Gadaffi desde el principio.
Ricard Gonzalez es colaborador de El Mundo en Washington
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Matt Browne
17/02/2011
Las políticas económicas y sociales de Obama siempre se han centrado en la recuperación de las empresas, y sin embargo los empresarios no han estado demasiado contentos con él durante su actual legislatura, incluso después de la desastrosa gestión de George Bush. Los buenos gobiernos progresistas siempre han favorecido la iniciativa privada y han intentado hacer lo posible para que prospere. Obama trata de hacer esto y al mismo tiempo, redefinir lo que significa ser favorable para la empresa, y quiere obligar a la comunidad empresarial estadounidense a hablar de forma sobre los desafíos presentes y futuros del país.
Matt J. Browne es colaborador del Center for American Progress y de la Fundación Ideas. Traducción de Jesús Cuéllar Menezo.
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Fabián Bosoer
10/02/2011
El 4 de junio de 2009 en la Universidad de El Cairo, Obama dio un discurso en el que hablaba de «la convicción inquebrantable en que todas las personas anhelan ciertas cosas: la posibilidad de expresarse libremente y tener voz y voto en la forma de gobierno; la confianza en el estado de derecho e imparcialidad de la justicia; un gobierno transparente que no le robe a su gente; la libertad de vivir según escoja cada uno». Resulta paradójico que el presidente pronunciara estas palabras y que un año y medio después Egipto se revolucionara pidiendo eso mismo, libertad y transparencia. Él quería replantear la posibilidad de una relación positiva entre Occidente y el Islam, pero parece que lo que consiguió fue regar la semilla que germinó en las revulciones que hoy se dan en el mundo árabe.
Carlos Sánchez Almeida
10/02/2011
Al autor compara el aparato político actual de España con el que aparece en la novela 1984 de Orwell, por la posición que tienen todos frente al tema de Internet, las descargas, y los derechos de autor. La primera página de enlaces fue denunciada en el 2003, y desde entonces no ha habido tregua en la guerra. Con Wikileaks nos enteramos de que la órden de la ley anti descargas venía desde Estados Unidos, las reglas cambiaron, como se hace siempre que algo no les conviene. «Rubalcaba, ministro del Amor; Chacón, ministra de la Paz; Salgado, ministra de la Abundancia; Sinde, ministra de la Verdad.» dice Carlos, y nos insta a no votar a los partidos que acaparan el espacio político y coartan nuestras libertades.
Carlos Sánchez Almeida es abogado, socio director de Bufet Almeida, Advocats Associats.
Montserrat Domínguez
04/02/2011
La autora hace un repaso de lo más destacado de la actualidad con motivo del comienzo del Año del Conejo. Primero sobre la situación de España, que aunque no termina de recuperarse, avanza poco a poco en otros terrenos con la reforma de las pensiones, el cambio de las cajas de ahorro y el nuevo acuerdo sindical. Sigue con las revueltas de los países árabes, destacando el pobre papel que ha hecho Europa en tratar de darles a esos países democracias reales como la que demandan ahora. Los precios de los alimentos no dejan de subir, alcanzando récords históricos, y esto puede llevar a una tremenda inflación, como la guinda del pastel de los problemas actuales. Esto nos depara el año del Conejo.
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Inocencio Arias
03/02/2011
Sobre las revoluciones en el mundo árabe, y en especial sobre la de Egipto, mucho se ha escrito ya. Pero, ¿realmente se ha hablado de todo lo importante? La situación de Israel está a un paso de cambiar drásticamente como consecuenta de las revueltas, pero sin embargo nadie les menciona. Como «aliado» de Egipto, Israel está ahora mismo en una situación bastante precaria, y realmente no le conviene que Mubarak deje el poder. Las filtraciones de Wikileaks demostraron que Israel no estaba diciendo del todo la verdad, ya que el gobierno de Netanyahu contaba con al apoyo de Palestina, lo que provocó un aluvión de reacciones no demasiado positivas. La situación ha llegado hasta tal punto que el presidente ha pedido a su gabinete que no hagan ni una declaración al respecto, y la prensa empieza a echarle en cara a EEUU que le haya exigido a Mubarak un cambio. La ola se ha convertido en un tsunami.
Inocencio Arias es un diplomático español jubilado en 2010, escritor y ex-profesor universitario.
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Jorge Castro
28/01/2011
Aunque América Latina no parece ser una región prioritaria para la política exterior estadounidense, Brasil se perfila como el claro vínculo con la primera potencia mundial. El poder tanto económico como político de Brasil le perfila como una de las tres principales potencias emergentes junto a China e India. Chile también representa un ejemplo para EE.UU. por su fortaleza institucional y su credibilidad internacional. Argentina se queda fuera de este grupo de países prioritarios, pues, aunque su potencial no es desconocido por EE.UU., no se presenta demasiado relevante. Esta cierta falta de atención se debe a que desde el 2003 se ha subordinado la política exterior a los asuntos interiores, lo que en ciertas ocasiones la ha llevado a ser «antinorteamericana». Por esto, no es que Washington trate de discriminar a Argentina en sus asuntos internacionales, si no que su actitud es una respuesta a la política del país.
Jorge Castro es analista político internacional. Escribe artículos de opinión en medios como el periódico argentino Clarín.
Paul Krugman
27/01/2011
Krugman reflexiona sobre si la competitividad es buena como objetivo de EEUU y lo que ésta significa. El presidente Obama utiliza esta palabra frecuentemente, más recientemente durante el discurso del Estado de la Unión, en el que aseguró que “podemos superar a cualquier otro país de la Tierra”. Krugman se pregunta ¿qué sentido tiene ver a nuestros males actuales como algo que surge de la falta de competitividad? Es cierto que se puede serlo exportando más e importando menos, pero si todos hacemos ésto ¿a quién exportamos? La competitividad como objetivo es algo engañoso.
Krugman es columnista de The New York Times
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