Djémila Boulasha
07/03/2011
Las revoluciones árabes están consiguiendo que otros muchos temas que se habían apartado por conveniencia o comodidad, vuelvan a salir a la luz. Frente a las voces que gritaban por la libertad, los europeos nos hemos quedado mudos, como si no fuera con nosotros. Es hora de que en la Unión Europea se de una verdadera revolución política, y que se dote de una visión a largo plazo de las relaciones euromediterráneas. La Unión ha apoyado regímenes que abiertamente violaban los Derechos Humanos, solamente porque sus líderes aseguraban que eran la única alternativa al extremismo islámico, pero debe recurrir al carácter condicional democráticamente estipulado en los acuerdos bilaterales, y suspender estos acuerdos si alguna parte no cumple su parte. La transparencia y el rigor en las negociaciones son indispensables, además de la necesidad del apoyo de la Unión a las iniciativas de desarrollo local y modernización del espacio público. «La Unión deberá experimentar necesariamente un cambio de mirada», asegura el autor.
Djémila Boulasha es presidenta de la asociación francesa EuropAnous
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