Bernardo Kliksberg explica por qué la desigualdad lo impregna todo en América Latina: los ingresos, la vivienda, la salud, la alimentación, la educación, el acceso al crédito y las posibilidades de futuro. Kliksberg cree que es errado y superficial pensar que existe pobreza en América Latina y desigualdad en forma paralela: hay pobreza porque existe desigualdad. De hecho puede darse el caso de crecimiento económico sin disminución de la pobreza, si sigue existiendo una inequidad tan abismal. Entienda a continuación por qué la equidad y el esfuerzo colectivo (de gobiernos, empresas y sociedad civil) son la clave para generar desarrollo humano, competitividad y progreso.
Bernardo Kliksberg es uno de los mayores expertos mundiales en lucha contra la pobreza y dirige desde Washington la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Ética y Desarrollo patrocinada por el BID. Es asesor especial de Naciones Unidas, UNESCO, UNICEF, PNUD y otros organismos internacionales, y autor de 40 libros, el más reciente el best seller «Más ética, más desarrollo» (publicado en España por el INAP), además de centenares de artículos técnicos activamente utilizados internacionalmentede. Ha asesorado a más de 30 países en alta gestión, incuyendo a diversos presidentes y a numerosas organizaciones públicas de la sociedad civil y empresariales.
AMÉRICA LATINA ES LA REGIÓN MÁS DESIGUAL DEL PLANETA. El 10 por ciento más rico de la población tiene el 48 por ciento del ingreso total, y el 10 por ciento más pobre sólo el 1,6 por ciento. Una distancia entre unos y otros de 50 a 1. En Brasil la misma distancia es de 54 a 1; en Colombia 57 a 1; en Guatemala 63 a 1. En Italia, en cambio, 14 a 1; en España 8 a 1; y en los países escandinavos 3 a 1.
La desigualdad está en todo, no sólo en los ingresos. Hay una aguda desigualdad en el acceso a la tierra. Hay desigualdad en la posibilidad de obtener créditos. Los 60 millones de pequeñas y medianas empresas sólo tienen el 5 por ciento del crédito que otorga el sistema financiero, el 95 por ciento va a las grandes.
EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN
Hay desigualdad en la educación. Casi todos los niños inician la primaria, y esos es un gran avance de la democracia, pero sólo 4 de cada 10 terminan la secundaria. Los otros 6, desertan o repiten antes y son casi todos de los estratos pobres. Las causas: tienen que trabajar desde pequeños, sus familias no los pueden apoyar en la escuela porque están luchando por sobrevivir, algunos pertenecen al 20 por ciento de niños desnutridos (en Guatemala es el 48 por ciento).
Hay inequidad en la protección en salud. En Canadá mueren sólo 8 madres por cada 100.000 partos, en América Latina 94, y en Bolivia 230. En Suecia sólo 3 de cada 1.000 niños mueren antes de cumplir 5 anos de edad, en América Latina 33, en Bolivia 67.
LA NEGACIÓN DE LOS DERECHOS
Estas desigualdades y otras, como la nueva la brecha digital, se refuerzan las unas a las otras, y crean trampas de pobreza. Si un niño nació en una villa miseria (chabola) en Argentina, en una favela en Brasil, o en una población indígena en Chiapas, México, será muy difícil que termine la escuela primaria, no va a conseguir más que changas (gangas), tendrá muy pocos ingresos, y constituirá, seguramente, el mismo tipo de familia cuando crezca. El 80 por ciento de los niños que vienen de padres que no terminaron la primaria, tampoco la terminan.
Los círculos perversos de desigualdad, culminan en el cercenamiento de los derechos más básicos, como el derecho a la familia, y a la vida misma.
ESTRÉS SOCIOECONÓMICO PERMANENTE
Una proporción significativa de las parejas jóvenes pobres que quisieran formar familia no la forman por las incertidumbres económicas severas, y muchas familias pobres se quiebran bajo el estrés socioeconómico permanente.
Por otra parte, la esperanza de vida es muy disímil según el sector social.
Basta observar en cualquier ciudad latinoamericana las estaciones de metro, de las zonas más prósperas a otras más pobres.
Mientras los canadienses viven 80,4 años promedio, los latinoamericanos 72,6, es decir 8 años menos, los guatemaltecos 12,5, los hondureños 11,2 y los bolivianos hasta 15 años menos.
Hoy sabemos que en América Latina no sólo existe el problema de la pobreza, sino que hay una enorme desigualdad, pero esta concepción de los hechos es bastante superficial.
HAY POBREZA PORQUE HAY DESIGUALDAD
América Latina es un continente de un potencial económico excepcional, inmensamente rico en materias primas estratégicas, fuentes de energía baratas, posibilidades agropecuarias.
Mi conclusión es que hay pobreza porque hay desigualdad. Basta un ejemplo: un aumento de un 0,001 en el coeficiente Gini –que mide la desigualdad en la distribución de ingreso–, hace disminuir en 0,6 años la esperanza de vida. Lo mismo sucede en sentido inverso: aún si aumenta el producto bruto, la pobreza no retrocede si sigue habiendo desigualdad.
La desigualdad genera pobreza, pero además impide un crecimiento económico sostenido. Reduce el número de consumidores, obstruye la formación de ahorro nacional, tensa al máximo la sociedad y genera ingobernabilidad.
LAS VIRTUDES DE LA EQUIDAD
Cuando se le pegunta a los latinoamericanos en las encuestas, el 89 por ciento dice que sufre profundamente los elevados niveles de desigualdad de la región, y lo expresan en sus protestas permanentes, y en su pronunciado viraje político en los últimos años.
Los economistas ortodoxos dicen que la desigualdad es inevitable; ¿se trataría de una especie de fase necesaria para el desarrollo? No lo parece.
Los países líderes en desarrollo humano, competitividad, y progreso tecnológico como Noruega, Suecia, Finlandia, Canadá, Holanda, tienen –todos– alta equidad. Se trata de Estados muy activos y protectores, con sistemas fiscales progresivos, y con un consenso social sobre las virtudes de la equidad.
EL (DOLOROSO) CASO ARGENTINO
Así por ejemplo, entre otros, el caso argentino también desmiente categóricamente la ortodoxia. En los años noventa la desigualdad pegó un salto gigantesco bajo el impulso de las políticas aplicadas en el gobierno de Menem.
7 millones de personas dejaron de ser clase media para transformarse en nuevos pobres. El coeficiente Gini brincó de 0,42 en 1992, a 0,47 en 1997. La sociedad se polarizó. La pobreza se disparó alcanzando el 58 por ciento de la población a finales de 2002 (era a inicios de los sesenta menor al 10 por ciento).
Todo ello no fueron fatalidades inexorables, sino el producto lógico de las políticas de destrucción del Estado, privatización salvaje, desprotección total de la pequeña y mediana industria y comercio nacional, concentración del crédito, y otros similares aplicadas con toda ortodoxia, y altas dosis de corrupción.
Los resultados fueron la creación de gigantescas trampas de pobreza para gruesos sectores de la población que llevaron desde suicidios, a implosión de familias, y sufrimientos sociales cruentos.
RESPONSABILIDAD SOCIAL
La desigualdad no es un destino, puede enfrentarse. Debe haber una combinación de políticas afirmativas que abran oportunidades a los excluidos, políticas económicas que activen las posibilidades de las pequeñas y medianas empresas, democratización del crédito, un gran esfuerzo por asegurar educación y salud a todos.
Los Gobiernos tienen una responsabilidad central, pero junto a ellos se requiere el concurso de la empresa privada poniendo en práctica la idea de responsabilidad social empresarial, y la cooperación de todos los sectores de la sociedad civil. Asimismo una cultura proequidad.
Un modesto país centroamericano –de muy pocos recursos naturales– como Costa Rica, siguió esa dirección durante décadas, invirtiendo sistemáticamente en educación y salud pública. A pesar de las viscitudes, tiene uno de los mejores coeficientes Gini de la región, y la menor cifra de pobreza (la mitad del promedio regional).
LA IMPORTANCIA DEL ESFUERZO COLECTIVO
La equidad es una idea muy antigua. Platón decía que las distancias en una sociedad no deben ser mayores de 3 a 1, y antes aún el Antiguo Testamento proclamaba a través de los Profetas la igualdad básica de todos los seres humanos.
Las sociedades que la han practicado han logrado conformar economías inclusivas donde al ser (todos) productores y consumidores gana la sociedad en su conjunto, y lideran las tablas mundiales.
Es hora de lograr que América Latina deje de ser la más desigual de todas las regiones. Y habrá que hacerlo a través del esfuerzo colectivo.
Publicado por:
Juan López
fecha: 02 | 08 | 2006
hora: 5:13 pm
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Hace mucho tiempo que no leía algo tan sincero.
Publicado por:
danieloso
fecha: 02 | 08 | 2006
hora: 7:28 pm
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Nunca he logrado entender porque les interesa tanto a los países del primer mundo el tema de la pobreza en América Latina.
Seguramente como los países de América Latina son enormes, densamente poblados y ricos en recursos naturales son candidatos inigualables de explotación.
Si realmente los países del primer mundo quisieran ayudar a los países de América Latina, los apoyarían con maquinaria y recursos técnicos especializados para que ELLOS mismos pudiéramos explotar SUS PROPIOS recursos naturales sin la intervención o la colaboración de empresas extranjeras.
Las grandes naciones están dispuestas a darnos, computadoras de 100 dólares, ideología, foros, etc. pero NUNCA estarán dispuestos a compartir por ejemplo, su tecnología para explotar el petróleo.
Saludos! =)
Publicado por:
porunperumejor
fecha: 20 | 08 | 2006
hora: 10:01 am
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me parece muy injusto lo de la desigualdad y la pobreza… y el acceso limitado que tienen estas personas a lo que nos brinda el mundo
pero hay muchas buenas personas, buenos seres humanos que tuvieron la suerte por decirlo asi de nacer en una familia con establidad económica, mas ellos no lo eligieron…
Pero el gobierno de cada pais debe fijar prioridades y comenzar a apoyar estas personas de escasos recursos y llevarlos a la estabilidad y a la felicidad porque de eso se trata…
Y en todo caso si despues de eso hay personas con mucha mejor economia que otras será porque se los merece … si es conseguido licitamente claro…
ojala el gobierno peruano apoye mas los sectores pobres de mi país que hay por monton…
al menos mi familia y la mayoria de las familias que viven por mi casa no estan en las condiciones tan penosas como de los pueblos alejados de la sierra o selva peruana donde no hay luz, y ni siquiera una vela para alumbrar ;( mejor ya no hablo q me pongo mas triste…. 🙁
😉 saludos 😀
Publicado por:
karen
fecha: 31 | 08 | 2006
hora: 12:30 am
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me parece muy buenazo
Publicado por:
Venezolana en el exilio
fecha: 05 | 09 | 2006
hora: 2:04 am
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Este es un analisis de esos q se encuentran por montones en la web.
Sabemos de sobra que Latinoamerica esta llena de desigualdad..los pobres no tienen la culpa de ser pobres, y de crear familias en las mismas condiciones pero los gobiernos ya no pueden hacerse cargo de tanta miseria, no hay dinero suficiente para hacerles la vida mas facil a los de las clases bajas porque no hay mejor dicho que aquel que reza «no le des el pescado enseñalo a pescar y asi podra comer siempre».
Los pobres estan acostumbrados a que el gobierno les solucione la vida y esto se debe a una sola razon… NO HAY TRABAJO (y me pregunto esto le da el derecho a la gente de robar y matar por un par de zapatos de marca?) entonces como no hay trabajo se dedican a esperar que todo les caiga del cielo…
No creen que los paises del primer mundo son asi por alguna razon.,… sera que fueron mucho menos corruptos?, que saben hacer mejor las cosas?…
Latinoamerica es el resultado de un poco de ladrones, estafadores (conocidos como presidentes y sus equipos) y ya no hay quien detenga o mejore este problema. Gente como Chavez, Lopez Obrador o Evo Morales no deberian ser presidentes…..al final es un circulo vicioso los gobiernos son corruptos- no hay dinero- aumenta la pobreza- aumenta la delicuencia- etc etc
Publicado por:
Genaro
fecha: 29 | 09 | 2006
hora: 7:59 pm
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Bernardo Kliksberg esta en el Peru y mi primera impresion sobre la entrevista en La Ventana Indiscreta es que los periodistas saben muy poco sobre Etica Social y Pobreza.
Hay una pobreza de informacion en los comunicadores sobre temas relevantes mundiales y latinos.
Soy comunicador y somos formadores desde mnuestros medios y debemos capacitarnos para alcanzar propuestas de cambio en las zonas donde mas nos necesitan. Un buen menu de gerencia social y rebanadas sobre el tema del capital social necesitanb los periodistas.
Saludos cordiales
Publicado por:
N. Sanchez
fecha: 20 | 10 | 2006
hora: 12:40 am
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Me alegra que siga habiendo gente que cree como la persona del primer comentario.
Por respeto a su honestidad me siento en la obligacion de informarle que los organismos internacionales a los que asesora el autor de la nota y la comision del BID que encabeza requieren de funcionarios obsecuentes y no de personas honestas.
Requieren de discursos que encubran las sucias maniobras que su buricracia perpetra; no importa si el organismo se llama BID, BM, FMI o ONU.
Estos organisnos internacionales actuazlmente no avalan los intereses legitimos. Por el contrario, sus funcionarios son repetidamente complices de los gobiernos latinomericanos mas corruptos que multiplicaron la pobreza en la region.
Publicado por:
Victor Pérez
fecha: 09 | 08 | 2007
hora: 8:43 pm
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Me parece muy acertado y objetivo el análisis siempre elocuente del Sr. Kliksberg, En el marco de una economía neoliberal jamás se logrará disminuir los índices de desigualdad. En Venezuela, se ha dado pasos gigantescos en materia de masificacion de los recursos tecnológicos y uso de internet, apertura de cupos en instituciones universitarias, alfabetización de 1.600.000 personas y creación de redes de salud primaria en las zonas mas pobres. Sin embargo, hay mucho qué combatir en materia de corrupción, que antes de acusar a los presidentes, hay que revisar como funcionan todas nuestras instituciones, porque mientras en los hospitales las enfermeras se roben los medicamentos, ni que los presidentes tengan varita mágica. Hace falta mucha ética e instituciones sólidas.