Por Ricardo Israel Z. (para Safe Democracy)

Ricardo Israel Z. dice que el alto al fuego en Oriente Medio –tras la resolución 1.701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas— no dudará: sólo ha sido una tregua de una guerra más amplia entre Irán e Israel que va a pasar por períodos de calma y otros de enfrentamiento. Ricardo Israel Z. cree que a pesar de que la situación es lo suficientemente oscura, se han dado, sin embargo, las condiciones para convocar a una Conferencia Internacional de todas las partes involucradas. Entienda a continuación por qué es hora de un Madrid II o una nueva conferencia de Oslo con israelíes, palestinos, libaneses, jordanos, egipcios, sirios y saudíes sentados en la misma mesa dispuestos a negociar.


Ricardo Israel Z. es abogado y politólogo. Tiene un Ph.D. y un master en Ciencia Política de la Universidad de Essex y es Catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Chile. Dirige el Centro Internacional para la Calidad de la Democracia y la Escuela de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Autónoma de Chile. Preside el Comité de Fuerzas Armadas y Sociedad de la Asociación Mundial de Ciencia Política. Ha publicado decenas de libros y ensayos traducidos a varios idiomas y es conductor y comentarista de programas políticos e internacionales en Radio y TV.

LA RESOLUCIÓN 1701 DEL CONSEJO DE SEGURIDAD DE NACIONES UNIDAS detuvo la más larga de las guerras israelíes, después de la de la Independencia.

Llama la atención que el objetivo militar de destruir a Hezbolá no se haya cumplido; sin embargo, la Resolución de Naciones Unidas es favorable a Israel. En efecto, exige el cese de todo ataque armado de Hezbolá, la liberación incondicional de los soldados secuestrados y otorga a las tropas internacionales un mandato para desarmar a la milicia.

EL MIEDO A IRÁN
La complejidad de la situación se demuestra en el tiempo que le tomó a la comunidad internacional el llegar a un consenso, y la resolución de los enfrentamientos se explica únicamente por el temor que despierta Irán, no sólo en Occidente, sino –aún más importante– entre algunos países árabes.

Llama la atención que a Israel le haya ido mejor en el campo de la diplomacia que en el campo de batalla; además, hay que destacar que se trata de un nuevo tipo de enfrentamiento en una guerra asimétrica entre un Estado formal y una milicia con las características de Estado sin serlo, es decir, que controla a la población y a parte del territorio.

¿DURARÁ EL ALTO AL FUEGO?
El cuestionamiento a la conducción y a los resultados de la guerra han empezado con rapidez en Israel, y lo más probable es que se constituya una Comisión de alto nivel para indagar por qué hubo semejantes fallas de inteligencia; es altamente improbable que algunos líderes políticos y militares sobrevivan en sus puestos.

La gran pregunta es: ¿durará el alto al fuego? La respuesta –obvia– es no.

En otras palabras, sólo ha sido una tregua de una guerra mas amplia entre Irán e Israel que va a pasar por períodos de calma y otros de enfrentamiento, lo que recuerda la guerra de desgaste de fines de los sesenta entre Egipto e Israel, y que antecedió a la de Yom Kippur (1973).

UN RAYO DE ESPERANZA
Sin embargo, la situación es lo suficientemente oscura para que se abra un rayo de esperanza. En otras palabras, quizás se han dado las condiciones para convocar a una Conferencia Internacional de todas las partes involucradas:

Primero, por supuesto, los palestinos, Israel, Líbano, y los países con los cuales hay tratados de paz, como Jordania y Egipto.

Segundo, Naciones Unidas y las potencias que han estado detrás de intentos de solución diplomática, tales como la Hoja de Ruta.

Tercero, sin duda alguna, Siria, que es un elemento clave para toda solución duradera, empezando por lo que no se ha hecho hasta el momento que es el reconocimiento de las fronteras libanesas y el olvido de la Gran Siria. Parece que es la misma debilidad estratégica la que le ha hecho entender a Damasco que el territorio perdido en la guerra del 67 solo puede ser recuperado por el camino de la violencia. Siria controla además la entrega de armas iraníes a Hezbolá y puede impedir que actúe la fracción de Hamás que no desea una solución negociada.

EL CAMINO HACIA MADRID II
El camino no va a ser fácil, pero se están reproduciendo las condiciones que condujeron a israelíes y palestinos a Madrid a reunirse a comienzos de años noventa.

Indudablemente que no va a ser sencillo, pero ayuda la comprensión israelí de que después de esta guerra y del fracaso de la retirada de Gaza, simplemente no existe salida unilateral, ni militar, sino únicamente negociada. Los temas de discusión van a ser complejos, ya que se incluirá en las negociaciones a la ciudad Jerusalén (donde hasta el Vaticano tiene algo que decir).

Podría ayudar también el hecho de que muchos países suníes de la Liga Árabe –empezando por Arabia Saudí– desean aislar a Irán y verían con buenos ojos una negociación.

LA GUERRA CONTINUADA DESDE 1948
En el lado palestino, los acercamientos entre Hamas y la Autoridad Palestina avanzan en esa dirección y recuerdan el cambio que se produjo en la OLP que permitió los Acuerdos de Oslo.

¿Qué falta? Algo que no es menor, ni simple: que todos los grupos acepten que Israel no va desaparecer.

Sin embargo, la alternativa es la continuación de una guerra que, con distintos actores y nombres, ha estado presente desde 1948. Sin una Conferencia Internacional este último alto al fuego habrá sido tan sólo papel mojado o una etapa más del conflicto.

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