Por Walid Salem (para Safe Democracy)

Walid Salem analiza las distintas percepciones en Israel y en los territorios palestinos sobre la posibilidad de alcanzar la paz tras la guerra de Líbano. En este sentido, Salem cree que el estancamiento actual en el proceso de paz ha dado a Israel la libertad para actuar de forma unilateral y ha exacerbado las posiciones más extremistas en Palestina. Entienda a continuación por qué hace falta un diálogo inclusivo que responda a los puntos clave del conflicto. Y sepa de qué modo la creación de un Estado palestino –que mantenga la esperanza de paz en Oriente Medio— sigue aún siendo viable.


Walid Salem es analista político y director del Centro Panorama para la diseminación de la Democracia y el Desarrollo Comunitario con sede en Ramala (en la oficina de Jerusalén Este).

DESPUÉS DE REALIZAR UN BALANCE SOBRE las consecuencias de la guerra en Líbano, muchos analistas han vuelto el rostro hacia Palestina preguntándose si la esperanza de la creación de un Estado palestino todavía está viva.

En este sentido, existen tres corrientes principales de interpretación de los hechos en Israel:

Hay quienes ven las retiradas de Israel como ineficaces y, en muchos casos, contraproducentes. Israel se retiró de Gaza y poco después comenzaron los ataques con misiles en el sur; se retiró de Líbano y los misiles de Hezbolá golpearon el norte. La relación entre retirada y paz está perdiendo significado. Y a medida que el ciclo de violencia continúa, la derecha israelí se fortalece, utilizando la capacidad de reconstrucción de Israel para disuadir a sus enemigos empleando la fuerza.

Un sector de la clase política israelí busca una paz parcial ya sea con Siria o con los palestinos, asumiendo que la firma de dos tratados de paz sería demasiado.

Otra pequeña minoría en Israel hace un llamado para que se realice un proceso inclusivo de paz a través de una especie de Madrid II, haciendo eco de lo que ya había mencionado el presidente francés Jacques Chirac, así como Igor Ivanov, ministro de Asuntos Exteriores ruso.

VISIONES PALESTINAS
Por otra parte, existen tres visiones en Palestina, acentuadas tras la Guerra en Líbano.

La primera, apoyada principalmente por la Yihad islámica y algunos sectores de Hamas, busca la creación de un modelo similar al Hezbolá en Cisjordania y en la franja de Gaza.

El segundo, conducido por Fatah y por el presidente palestino Abu Mazen, atribuye el restablecimiento del proceso de paz al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Y la tercera visión, hace un llamamiento para un arreglo o hudna como el propuesto por el primer ministro Ismail Hanniyeh en su artículo en The Washington Post (11 de julio), es decir, un acuerdo para el cese recíproco de la hostilidad entre ambas partes.

El gobierno de Hamas considera que una paz completa con Israel no es posible, y por eso la alternativa más factible es una hudna extendida en el tiempo.

Las tres propuestas palestinas tienen la posibilidad de prosperar bajo una situación política adecuada, y con ello ganar un fuerte apoyo popular. Si se presentara, por ejemplo, una posibilidad política clara y real para la construcción de un Estado palestino, entonces sería probable que prevaleciera la segunda posición. Pero si no hay avances en el proceso de negociación política, los palestinos serían testigos de un fuerte enfrentamiento entre la primera posición de guerra abierta, y la tercera posición de una hudna interina.

RECHAZO A LAS CONDICIONES DEL CUARTETO
El estancamiento actual en el proceso de paz ha dado a Israel la libertad de actuar de forma unilateral. A medida que continúa extendiendo sus asentamientos en Cisjordania, la construcción del muro divisorio, el aislamiento de la franja de Gaza, y las sangrientas represalias y demoliciones de casas, cada vez más palestinos responden con tácticas extremas, entre las que se encuentran los lanzamientos de misiles contra Israel y el secuestro del soldado israelí Gilad Shalit.

En cuanto al gobierno palestino, Hamas continúa negándose a aceptar las condiciones del cuarteto acordadas entre el gobierno de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), es decir:

1) Reconocimiento del Estado de Israel
2) Finalización de la violencia
3) Reconocimiento de todos los acuerdos previos con Israel

Muchos líderes de Hamas creen que el proceso de Oslo debe servir como lección a los palestinos sobre los peligros que conlleva el hacer concesiones a Israel.

Algunos líderes de Hamas piensan que Abu Mazen estaba dispuesto a buscar la paz, y que Israel lo ignoró, al tiempo que actuó unilateralmente y al margen de todos los acuerdos. Hamas no se sentará a negociar hasta que Israel reconozca el derecho de Palestina a la autodeterminación y proceda al final de la ocupación.

UN GOBIERNO NACIONAL DE UNIDAD
Las diferencias entre las visiones palestinas ponen de manifiesto que se ha llegado a un callejón sin salida en el proceso para formar un Gobierno Nacional de Unidad.

Hace varios días, Hanniyeh acordó en sus negociaciones con Abu Mazen reconocer la iniciativa árabe de paz como base para conseguir una paz duradera, comprometiéndose a respetar todos los acuerdos que la Organización para la Liberación de Palestina haya firmado.

Inmediatamente después de esta decisión, la oficina política de Hamas pidió a Hanniyeh que retirara su aprobación. Argumentaron que Hamas, aceptaría la legitimidad árabe pero no la iniciativa árabe; y que aceptarían una hudna de diez años, pero no el reconocimiento de Israel.

Hamas dejó en una posición vergonzosa a Ismail Hanniyeh, y congeló la formación de un Gobierno Nacional de Unidad.

LA CENTRALIDAD DE HAMAS
A pesar de esto, todavía cabe la posibilidad de realizar una negociación. Hanniyeh se ha adaptado a la situación y ahora está llamando a la creación de un Estado palestino conforme a las fronteras de 1967, así como a una hudna con Israel. Es difícil descifrar si la posición moderada será aceptada.

Con todos estos progresos, está claro que el proceso de paz está ligado inextricablemente al movimiento de Hamas.

Un acontecimiento que llama al optimismo es el hecho de que la Unión Europea apoye la creación de un Gobierno Nacional palestino de Unidad, siempre y cuando cumpla con los requisitos que se establecen en el cuarteto.

Hamas, por su parte, ha publicado una declaración en la que acepta de buena gana la ayuda de la Unión Europea.

PLAN DE PAZ
De todos modos, es aún difícil saber si existirá un verdadero apoyo al plan de paz. Estados Unidos e Israel se negaron a la propuesta de sostener negociaciones israelo-palestinas ante Naciones Unidas. En su lugar, se ha presentado un plan de paz al presidente palestino Abu Mazen con fronteras provisionales al Estado palestino, que excluye a Jerusalén, y que no da derecho a los refugiados palestinos de regresar al territorio.

Abu Mazen puede aceptar la oferta, bajo la premisa de que se fije un plazo para convertir las fronteras provisionales en un Estado independiente. Sin embargo, israelíes y estadounidenses han respondido negativamente en varias ocasiones a la idea de fijar un plazo. La construcción de un Estado con fronteras provisionales, dicen, es directamente proporcional a la capacidad de Abu Mazen para desmantelar a los grupos terroristas.

Pero aunque Abu Mazen aceptase el plan propuesto, le sería imposible lograr que el resto del gobierno palestino consienta a la idea. Dentro de Israel, Olmert podría tener serios problemas para lograr que un plan para crear un Estado palestino provisional sea aceptado. Con la cada vez mayor fuerza de la derecha, la renuencia de los colonos a evacuar, y tan sólo el 7 por ciento de aprobación popular hacia Olmert, será muy difícil de convencer a Israel.

EXTREMISMO VERSUS MODERACIÓN
Con las dificultades para llegar a un acuerdo, las voces extremistas dentro de Palestina se están haciendo escuchar. Con el fin de invertir el peligroso crecimiento del movimiento fundamentalista, israelíes y estadounidenses deben ofrecer una solución inclusiva, que se ocupe de los puntos clave del conflicto de una vez por todas. Ésta puede ser la única manera de debilitar las voces extremistas, y dar más poder a los sectores moderados árabes y palestinos, así como a los demócratas liberales.

Entre tanto, siempre se puede recurrir a posibles alternativas. Quizá Abu Mazen negociará con Israel a través de vías alternativas, y ponga en marcha la idea que surgió en la conferencia de Madrid. Es posible que la visita anticipada del presidente George W. Bush a la región ayude a avanzar hacia la paz.

Pese a todo, existen motivos para la esperanza en Oriente Medio.

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