Los desafíos de Lula
El balance de un triunfo imponente en Brasil
Julio César Casarín Barroso Silva hace un balance de las elecciones en Brasil y explica cuáles son a partir de ahora las grandes incógnitas políticas tras el imponente triunfo de Lula. Casarín Barroso descarta la radicalización del Partido de la Social Democracia Brasileña (oposición) y cree que hay que esperar para saber si Lula podrá llevar a cabo una política de desarrollo económico e implementar las urgentes medidas de distribución de los ingresos en una de las sociedades más desiguales del planeta.
EL PRESIDENTE LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA, del Partido de los Trabajadores, fue reelegido con un 61 por ciento de los votos el pasado 29 de octubre por un período de cuatro años más.
En números absolutos, obtuvo 58 millones de votos, un récord. Su adversario de derechas, Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña realizó la hazaña de tener en un ballotage menos votos de los que obtuvo en la primera vuelta (39 y 42 por ciento, respectivamente). La victoria se vuelve aún más notoria porque de los 27 gobernadores de Estado elegidos, 17 son aliados del gobierno del PT.
Es necesario además tener en cuenta que desde hace un año y medio el gobierno ha sufrido un bombardeo periodístico implacable; sólo entonces puede entenderse la amplitud de la victoria.
LOS POBRES, CON EL PRESIDENTE
Algunas de las razones del triunfo ya han sido anticipadas en este espacio. El recelo al neoliberalismo del candidato de la oposición llevó a movimientos sociales y a parte de la intelectualidad progresista –antiguos aliados del partido de gobierno, pero que se habían apartado de la administración a lo largo del mandato de Lula– a la campaña del presidente. Los programas sociales consolidaron el apoyo de los más pobres al gobierno.
Pero, además, hay otros factores. Quizá el principal de ellos haya sido el dominio de Lula sobre la agenda política de la segunda vuelta. Como es sabido, controlar la agenda trae aparejado la victoria electoral. Esto provocó que Alckmin tuviera que dar múltiples explicaciones: negó tener intención de privatizar las empresas públicas –que aún quedan– así como su supuesta intención de poner término a los programas sociales.
PRIVATIZACIONES IMPOPULARES
Todo el mundo sabe que durante el período en el que el partido de Alckmin estuvo en el gobierno (1995-2002) prácticamente todas las empresas públicas fueron vendidas. Empeoramientos en los servicios prestados y aumento desaforado de las tarifas hicieron que las privatizaciones se volvieran extremadamente impopulares, sentimiento que el gobierno supo aprovechar: acusó a Alckmin de planear la privatización de los bancos públicos restantes y de la petrolera Petrobrás.
Alckmin, por su parte, no supo convencer a los electores en este aspecto, y además provocó fricciones con una parte considerable de su partido, que esperaba que el candidato defendiese dichas políticas.
El bienvenido aumento del debate propiamente político en las últimas semanas sirvió para dejar claras algunas diferencias entre los candidatos, principalmente en lo que se refiere al papel del Estado en la reducción de la pobreza y en la política exterior. En este último punto, se contraponían la aproximación sur-sur defendida por Lula –dar prioridad a la relación con los vecinos latinoamericanos– con el retorno de una relación privilegiada con Estados Unidos, defendido por el candidato de la oposición.
LOS RETOS POR DELANTE
A pesar de lo anterior, el PSDB conquistó el gobierno de Estados significativos y se consolidó como el grupo opositor más importante. La derrota más fuerte la sufrió su aliado, el Partido del Frente Liberal (PFL), heredero de la dictadura militar que tuvo tan sólo un gobernador elegido y vio aminorar su bancada parlamentaria y su fuerza política.
Quedan, como grandes incógnitas políticas, el comportamiento de la oposición y los rumbos generales del gobierno. Algunos miembros del PSDB hablan de una tercera vuelta, es decir, de una radicalización de su comportamiento opositor, lo que conllevaría a un escenario de venezuelización, a pesar de que el gobierno se parece muy poco al de Venezuela.
Los gobernadores electos por el PSDB se oponen a dicha postura, pues necesitan canales de comunicación con el gobierno federal para tener posibilidades de éxito en sus Estados.
En cuanto al gobierno de Lula, habrá que esperar para saber si podrá llevar a cabo una política económica desarrollista, capaz de producir crecimiento económico (el país está creciendo a tasas muy bajas) y que permita ampliar su agenda social, realizando las medidas urgentes de distribución de ingresos en una de las sociedades más desiguales del planeta.
Publicado por:
luis manuel
fecha: 03 | 11 | 2006
hora: 1:53 am
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con el afianzamiento de las fuerzas de izquierda en america latina se habre una nueva etapa en la historia de esta, es el momento que estos paises se unan y logren una neo-independencia de los manejadores y manipuladores de los gobernantes dependientes de las potencias capitalista principalmente de los estados unidos que ha provocado la corrupcion e ineptitud de los gobierno y han credo una cultura de subsistencia de prestamos y donaciones que los comprometen a seguir siendo manipulados a favor de los grandes capitalistas
Publicado por:
jaime mario
fecha: 03 | 11 | 2006
hora: 12:28 pm
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La noticia que Brasil debe tener una «…relacion privilegiada con EEUU…» al decir de Lula, reconoce algo indiscutible, el comercio con la primer potencia economica del mundo es necesario. Brasil no obstante ha obstaculizado las posibilidades de acuerdos bilaterales de paises del Mercosur con EEUU como es el caso de Uruguay; ha perdido pie con el liderazgo regional avasallado por Chavez. Estos temas son ejemplo de las dificultades que un Brasil vacilante en su liderazgo.
Publicado por:
sergio bernardo
fecha: 04 | 11 | 2006
hora: 1:16 pm
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La victoria de Lula tiene una gran trascendencia para sudamérica, ya que proporciona la posibilidad de reestructurar el bloque regional del mercosur a partir de políticas previsibles de desarrollo y consenso, conteniendo de ese modo la imprevisibilidad que encierra el presidente venezolano Hugo Chavez.
Publicado por:
Antonio
fecha: 04 | 11 | 2006
hora: 6:43 pm
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Es procupante el hecho de que la victoria de Lula sea debida, en buena medida, al rechazo o al miedo a la política del PSDB más que a la confianza en el éxito de la política del Partido de los Trabajadores. La buena noticia no es que haya subido al poder un político de izquierdas, sino que se ha dado ocasión a Lula de demostrar que es compatible una política social avanzada con una actitud realista de auténtico desarrollo mantenible, sin hacer demasiadas concesiones a un populismo fácil
Publicado por:
Luisa Comas
fecha: 05 | 11 | 2006
hora: 11:37 am
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Bien por Lula!!!!!!
Es lo mejor que tiene Brasil en décadas, y una excelente noticia para América Latina….