Venezuela ante la reelección de Hugo Chávez

Por Javier Bernabé (para Safe Democracy)

Javier Bernabé explica por qué es casi un hecho que Hugo Chávez Frías será el ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela. Pese a ello, Manuel Rosales está logrando por primera vez en mucho tiempo conglomerar diversas tendencias opositoras, responsables y sensatas. Y aunque no logre la victoria, puede poner una piedra en el zapato chavista.


Javier Bernabé Fraguas es periodista, codirector del Título de Especialista en Información Internacional y Países del Sur y del Diploma en Periodismo Preventivo, ambos de la Universidad Complutense de Madrid. Es analista de política internacional, especialmente de América Latina, para el Canal 24 Horas de TVE. Presidente del Instituto de Periodismo Preventivo y Análisis Internacional (IPPAI). Asimismo, ha trabajado como cooperante y/o periodista en los 19 países de América Latina.

HUGO CHÁVEZ FRÍAS GANARÁ SU PRÓXIMO ENFRENTAMIENTO en las urnas el domingo 3 de diciembre. Es prácticamente un hecho irrefutable que se ha ido fraguando en los últimos años, y que la oposición venezolana no ha sabido cómo contrarrestar de manera eficaz. Parece una afirmación demasiado tajante, que quizá no encaja con lo políticamente correcto en prospección electoral, pero los indicios son muy tozudos y todos apuntan en esa dirección.

El prestigio de la oposición de Venezuela se ha visto mermado en varias ocasiones aunque en estos momentos su estrategia parece ir a mejor, si la comparamos con algunas actuaciones que protagonizó en la historia reciente venezolana: un golpe de estado fallido hizo que perdiera credibilidad en gran parte del ámbito internacional (aunque no toda la oposición apoyó aquel intento de golpe en abril de 2002).

La pérdida del referéndum revocatorio en 2004, en el que se intentó finiquitar el mandato del actual presidente Chávez, logró hacer extraordinariamente visible su disgregación y el exceso de protagonismo de sus dirigentes, llevando a estos reinos de taifas al fracaso.

RETIRADA DE LAS ELECCIONES
Otro punto de inflexión fue la retirada de los principales partidos de la oposición –29 de noviembre de 2005– de las elecciones para el Parlamento venezolano celebradas el 4 de diciembre del mismo año. Los partidos consideraban que las condiciones del Consejo Nacional Electoral no garantizaban la transparencia del proceso y exigían una postergación de los comicios.

Todo esto ocurrió ante el estupor y la incredulidad de las entidades internacionales de observación del proceso de elecciones, principalmente la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos.

Esa última actuación dejó al actual Parlamento sin representación de los principales partidos de oposición.

La importancia indiscutible de las elecciones presidenciales del 3 de diciembre se ve empañada por el masivo apoyo a Chávez en la Cámara de Representantes, pase lo que pase. Si perdiese el enfrentamiento en las urnas –hecho que no va a ocurrir– el país sería ingobernable, debido a la retirada de la oposición el año pasado.

ROSALES, UNA PIEDRA EN EL ZAPATO
Manuel Rosales personifica una oposición algo distinta y adaptable. Protagonizó una interminable selección del candidato idóneo para enfrentarse a Chávez. La decisión se tomó pocos meses antes del día de las elecciones, fue así como Rosales dejó fuera a Teodoro Petcoff y Julio Borges. El primero tenía mucho apoyo intelectual pero poco tirón en las calles, el segundo se caracterizó por un perfil demasiado bajo para pelear la presidencia.

La oposición se está modernizando y está formando cuadros políticos. Falta le hacía si quería tener alguna posibilidad de victoria, aunque fuese a medio plazo. La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), presidida por José María Aznar, está financiando desde España la formación de estos cuadros, y de muchos otros partidos conservadores de América Latina. Desde luego esto no es garantía de demasiados avances, pero sí una demostración de que por el camino que iban no podían continuar.

Aunque Rosales, ex gobernador del Estado de Zulia –la zona petrolera venezolana por excelencia–, no logre la victoria, puede poner una piedra en el zapato chavista. De momento sí ha logrado generar cierta preocupación en el gobierno que antes no se percibía. Uno de los reflejos es la intensificación del actual presidente en su campaña, y quizá también haya influido en el ligero giro discursivo de Chávez, que ha avanzado del enfrentamiento a la conciliación.

LA GESTACIÓN DE UNA ALTERNATIVA
Es indiscutible que Rosales ha conglomerando diversas tendencias opositoras por primera vez en mucho tiempo.

Podría estarse gestando el inicio de una oposición racional y sensata que logre vislumbrar el futuro de su país como lo más importante, dejando de lado los protagonismos y la negación de la realidad que hasta ahora les ha caracterizado.

La mayoría del pueblo venezolano apoya a Hugo Chávez Frías todavía. Una de las principales razones es que los más pobres acceden hoy un poco más que antes a la alimentación, la salud y la educación.

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