La consolidación de la izquierda en los Andes

Por Maximiliano Borches (para Safe Democracy)

Maximiliano Borches explica cuáles serán muy probablemente los pasos que llevará a cabo el nuevo presidente de Ecuador, Rafael Correa: convocatoria a una consulta popular para instaurar una Asamblea Constituyente, rechazo del TLC con Estados Unidos y renegociación con las petroleras, manteniendo el dólar como moneda nacional al igual que los subsidios a las empresas que operan en el país. Borches cree que la victoria de Rafael Correa fortalece la postura del presidente Hugo Chávez en la región, pero por sobre todo consolida la institucionalización de un bloque izquierdista en América Latina, más allá de los importantes matices de cada gobierno.


Maximiliano Borches es periodista y analista internacional. Colabora en distintos medios de prensa latinoamericanos y es director de la revista «Horizonte».

EL INDISCUTIBLE VENCEDOR de la segunda vuelta en Ecuador, el izquierdista Rafael Correa, llega al palacio de Carondelet con un discurso que rescata la independencia y las decisiones soberanas de su país ante los organismos multilaterales de crédito y haciendo alarde de su amistad con el presidente venezolano, Hugo Chávez.

Si bien su partido –Alianza País– no presentó candidatos a diputados, la contundente victoria (más del 60 por ciento de los votos ante un 37 para el empresario Álvaro Noboa) le permitirá llevar a cabo la convocatoria a una consulta popular que sirva para instaurar una Asamblea Constituyente, cuyo fin será la puesta en práctica de la reforma de la Carta Magna ecuatoriana.

A pesar de que deberá negociar con algunos partidos con representación parlamentaria, es muy posible que eche mano a un decreto presidencial para llevar a cabo la reforma que figuró como uno de lo principales ejes de su programa durante las dos campañas que encabezó, antes de lograr su victoria definitiva.

TLC, SUBSIDIOS Y ENERGÍA
Lo más probable es que este joven presidente de 43 años –que cursó masters en Economía en Estados Unidos y en Bélgica y que maneja a la perfección el inglés, el francés y el quechua– rechace la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. Y a buen seguro continuará con la dolarización de la economía (a pesar de haberse declarado un férreo enemigo de la medida) al igual que seguirá otorgando subsidios a varias empresas privadas que operan en Ecuador.

Los cambios estarán ligados a los asuntos energéticos: renegociará los contratos petrolíferos con las multinacionales que operan en el país, con el objetivo de aumentar considerablemente los beneficios para las arcas del Estado.
Correa tiene asimismo el deseo de introducir a Ecuador nuevamente en la OPEP.

De acuerdo con las medidas anunciadas, Correa parece dispuesto a negociar y a integrarse en el MERCOSUR en un futuro.

DIVISIONES POLÍTICAS EN LOS ANDES
Con la retirada de Venezuela de la Comunidad de Países Andinos, la misma ha quedado herida de muerte.

El bloque económico –integrado en la actualidad por Colombia, Bolivia, Perú y Ecuador– plantea en su seno una división política que en la actual coyuntura se presenta como insalvable por la firma del TLC por parte de Colombia y los deseos de Perú para lograr el mismo.

Con la victoria del izquierdista Rubén Correa, el escenario se modifica, y se fortalece la postura del presidente Hugo Chávez. No sería de extrañar que surja un nuevo pacto entre Venezuela, Bolivia y Ecuador que no sólo reedite al bloque económico, sino que además le imponga un contenido social y político que diste, irremediablemente, de los intereses de Washington para la región.

En este sentido, Rafael Correa ya anunció que no renovará contrato con la Casa Blanca, cuando en 2009 caduque el uso que las tropas estadounidenses hacen de la base naval ecuatoriana de Manta, que en teoría, sirve para enfrentar el flagelo de la drogas en Sudamérica.

NUEVA ETAPA REGIONAL
Con este resultado, Ecuador pasa a formar parte de la ola izquierdista sudamericana. Con inteligencia e ironía, el economista utilizó su amistad con Hugo Chávez Frías para mostrar qué lugar podrían tener Quito y Caracas en la región, sin nunca llegar a decirlo claramente.

No perdió ocasión en mostrarse cercano al presidente venezolano y alardear de su relación, aunque manteniendo distancia del modelo del gobierno de Caracas, para poder defenderse mejor de los embates de la derecha ecuatoriana.

Ahora, con las victorias de Daniel Ortega en Nicaragua y Rafael Correa en Ecuador, con la reelección obtenida por Lula en Brasil, y las presencias en los ejecutivos nacionales de Evo Morales en Bolivia, de Néstor Kirchner en Argentina y de Michelle Bachelet en Chile, más la descontada victoria –y tercera reelección– del próximo 3 de diciembre del actual presidente venezolano Hugo Chávez Frías, comienza a institucionalizarse un bloque en la región, que a pesar de sus importantes matices, deja atrás el modelo de los años noventa. Y al mismo tiempo comienza a reescribir una nueva etapa signada por la práctica de políticas sociales y por una nueva elaboración de un cierto intervensionismo estatal, que pone el acento en los intereses nacionales.

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