Pinochet, sin condena, no sin castigo
Augusto Zamora R. discrepa de quienes dicen que Augusto Pinochet escapó a la Justicia (en razón de que no hubo ninguna sentencia que le condenara en firme): en realidad, sus últimos años los vivió recluido, condenado, desprestigiado y derrotado. Zamora R. cree que el enorme esfuerzo legal no ha sido en vano y que el fallecido dictador no escapó a la Justicia, sólo le faltó una sentencia formal, ya que la real la tuvo y la pagó en vida. Pinochet vio primero la caída de su régimen, luego el retorno de sus adversarios al poder y, finalmente, el derrumbe de su impunidad, cuando los jueces lo cercaron en su casa. El dictador recibió su castigo y con él se cierra un capítulo oscuro en la historia de Chile y de Latinoamérica.
Augusto Zamora R. es profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido abogado nicaragüense ante la Corte Internacional de Justicia entre 1983 y 2001. Es columnista del periódico El Mundo. Su última obra es «La paz burlada. Los procesos de paz en Centroamérica» (Editorial Sepha, Madrid, 2006).
LATINOAMÉRICA HA ESTADO LLENA DE DICTADORES, pero pocos han reunido en su persona tantos símbolos tópicos del dictador latinoamericano como Augusto Pinochet. Y ninguno tuvo la posibilidad de enquistarse tanto en la vida política de su país como para vivir su propia muerte política. Los tiranos de la región han seguido caminos repetidos. O eran derrocados por sus propios camaradas de armas o caían como resultado de revueltas populares. Una vez derribados, salían al exilio o se resignaban a un retiro dorado, sin más alternativa que el anonimato y el ostracismo.
Pinochet no pasó por lo uno ni sufrió lo otro. Tampoco supo ni aceptó retirarse. Su obsesión por el poder le llevó a querer perpetuarse en el mismo, imaginándose amado por una mayoría de chilenos. Quiso darse la legitimidad de que carecía, para lo cual convocó, en 1988, un plebiscito que le resultó adverso. Dejó el gobierno, pero no el poder.
EL INTOCABLE
Como jefe del Ejército, sometió a Chile a un sistema de democracia carcelaria, bajo la Constitución por él impuesta, aunque sólo olvidando lo qué significa democracia podría llamarse democrático a aquel sistema. Forzado al retiro, se hizo senador vitalicio. La derecha, bajo su tutela, perdió el poder, pero Pinochet siguió siendo un personaje intocable. Inspiraba miedo y su influencia determinaba el quehacer político chileno.
Un viaje a Inglaterra, para cerrar contratos de armas e internarse en un hospital, se revelará un error fatal. La célebre petición de extradición del juez Baltasar Garzón marcó el inicio de su largo purgatorio. A partir de entonces empezaron a abrirse, uno tras otro, procesos judiciales en Chile.
RECLUIDO, DESPRESTIGIADO Y DERROTADO
Discrepo de quienes dicen que escapó a la justicia, en razón de que no hubo ninguna sentencia que le condenara en firme. En realidad, sus últimos años los vivió recluido, condenado, desprestigiado y derrotado. A su agónica vejez sólo le faltó una sentencia formal. La real la tuvo y la pagó en vida. Que su muerte obligue a poner fin a los procesos judiciales no significa que el enorme esfuerzo legal haya devenido inútil. Ese esfuerzo provocó su muerte política y su condena moral.
Para un hombre que gobernó tiránicamente Chile, vivir perseguido por la justicia del país que vapuleó a su antojo debió ser en extremo amargo. Pasar hasta el último de sus días acosado por tribunales, requerido por jueces, zarandeado por sus antiguos prisioneros, fue su peor y más duro castigo.
CINISMO Y CRUELDAD
Pinochet no tuvo la muerte en el poder del dictador Franco, que murió creyendo que dejaba todo atado y bien atado. Pinochet vio primero cómo se colapsaba su régimen, después el retorno de sus odiados adversarios al poder y, finalmente, el derrumbe de su impunidad, con los jueces cercándolo en su casa. Por su edad, nunca hubiera sido enviado a la cárcel. Por su cinismo y crueldad, le habría dado risa una sentencia condenatoria. No así ver su obra vituperada y a su persona manoseada y acosada. Nada de eso habría sido posible sin las acciones judiciales.
La justicia tiene muchas formas y no siempre la cárcel es el peor de los castigos. Pinochet recibió el suyo y con él cierran Chile y Latinoamérica una época. La de los golpes de Estado, la injerencia yanqui, los crímenes de Estado. El ex dictador murió en un año histórico porque nunca, como en 2006, habían triunfado democráticamente en tantos países las fuerzas de izquierda, las mismas que en Chile y resto de Latinoamérica él y sus pares quisieron aniquilar. Salvador Allende estaría feliz, entre sus compañeros.
Publicado por:
Beatriz
fecha: 15 | 12 | 2006
hora: 1:18 am
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Su artículo me parece demasiado optimista. No deberíamos conformarnos con tan poco, después de todo vivió su arresto domiciliario a cuerpo de rey, y rodeado de muchos seguidores que le han apoyado hasta el final. Lamentablemente muerto el perro no se acaba la rabia… Pinochet seguirá siendo el fiel reflejo de una sociedad dividida no por un golpe de Estado, sino por una feroz desigualdad, una minoría rica y una mayoría pobre. La derecha pinochetista no habrá ganado el poder por las urnas, pero eso no significa que no lo tenga, tiene más poder que el propio gobierno en muchos aspectos como por ejemplo el económico. Hay que recordar que un legado importante de Pinochet ha sido el de disminuir la intervención del Estado en la economía.
Es de todos sabido que si Pinochet no fue juzgado no fue por edad ni por salud, fue en bien del equilibrio nacional. La sentencia habría desestructurado e incluso quebrado la debil democracia de este país.
Publicado por:
sergio bernardo
fecha: 16 | 12 | 2006
hora: 7:10 pm
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Coincido con los trazos que nos brinda el autor de la nota. Aprecio que la muerte de Pinochet le ofrece a la sociedad chilena una oportunidad trascendente para mirarse a sí misma y repasar las estructuras de su divulgado sistema político y económico, muhas veces enarbolado como ejemplo en Sudamérica. Creo que Chile tiene una cuenta pendiente con sigo mismo, que de no ser saldada, abrirá paso a las divisiones reales e imaginarias que subyacen en su sociedad.
Publicado por:
Angelo Sommaruga
fecha: 18 | 12 | 2006
hora: 5:22 pm
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Chile es el único país que ha derrotado al comunismo en medio de la guerra fría. 11 de septiembre de 1973. Y de eso nos sentimos orgullosos, nos dimos cuenta hace 33 años que el comunismo es como el tabaco, a la larga MATA, y así bajo la conciencia de esos regimenes comunistas hay CIENTOS DE MILLONES de ASESINATOS, DESAPARECIDOS y TORTURADOS. Ojala criticara y se refiriera de la misma forma a los regimenes totalitarios de la ex URRS. La ex -Alemania Democrática, China, Corea del Norte. Sobre la democracia y los derechos humanos en cuba. Así muchas personas que desconocen esa realidad entenderían lo sucedido en Chile. También seria interesante saber que sucedió en la guerra civil que vivió España.
Cual fue el costo en vidas? Como quedo la economía del país?.
Pues bien una vez que lean sobre esos tópicos, entenderán porque un dictador después de 33 años tiene un 42% de reconocimiento de su obra pese al orquestado del socialismo y comunismo internacional.
Porque tres gobiernos de centro izquierda han continuado la senda dejada por PINOCHET.
Yo viví el gobierno de la Unidad popular, el que casi nos lleva a una guerra civil. Vi como el presidente Allende, destruía las bases mismas de la institucionalidad, vi como el pueblo de Chile en su gran mayoría 66% pedía la intervención de las FFAA. Vi al ex presidente Aylwin justificando el 11 de septiembre, vi como el poder judicial le llamaba la atención al presidente por transgredir las normas constitucionales, vi al congreso replicar al Sr. Allende por su transgresión de la constitución, Vi las armas que trajo allende para armar sus milicias. Vi a Fidel Castro en Chile tratando de traer su revolución. Vi como las FFAA pusieron fin a 1000 días de opresión y tortura al 66% de los chilenos.
Publicado por:
Angelo Sommaruga
fecha: 18 | 12 | 2006
hora: 5:45 pm
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Respecto a cinismo y crueldad.
La diferencia que marcamos entre la izquierda y los adherentes a Pinochet es que no tenemos odio , ese mismo odio que llevo a los comunistas y socialistas a su ocaso el 11 de septiembre de 1973. La crueldad, en que revolución o guerra no hay crueldad los responsables de la crueldad son los que incitan a la guerra y revolución y téngalo por seguro que no fueron las FFAA. Para muestra un botón Pinochet evito dos guerras con Argentina las cuales habrían sido largas, sangrientas y crueles.
Pinochet tuvo el placer de ver como sus opositores, los que tanto lo atacaron continuaron su magna obra y disfrutan hoy de Chile. En todo caso si estudia nuestra historia vera lo que sucedió con el padre la Patria. Así es Chile.
Publicado por:
Ray
fecha: 19 | 12 | 2006
hora: 10:44 am
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Podria escribir algo acerca de Fidel Castro ?