Presente y futuro de la amenaza terrorista en Indonesia

Por Javier Gil Pérez (para Safe Democracy)

Javier Gil dice que la ausencia de atentados perpetrados por Jamaa islamiyah en 2006 es muy significativa y responde al objetivo de la organización terrorista de transformar a Indonesia en un Estado Islámico a través de la predicación o dakwah. Gil cree que las consecuencias dramáticas de los diversos atentados son la razón principal por la que la estrategia terrorista está dando paso a la vía política y genera rechazos en una parte importante de los líderes del grupo, entre ellos Abu Bakar Bashir. Qué peligros enfrenta la joven democracia indonesia. Cuáles serían las consecuencias del fracaso del presidente Susilo Bambang. Por qué es tan importante el apoyo económico y político de la Unión Europea y de Estados Unidos.


Javier Gil Pérez es experto en terrorismo islamista en el Sudeste Asiático y candidato a Doctor por el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado en Madrid. Se encuentra actualmente como investigador invitado en el Instituto de Defensa y Estudios Estratégicos de Singapur. Ha sido investigador invitado en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Yakarta, en Indonesia.

JAMAA ISLAMIYAH NO COMETIÓ ATENTADOS en suelo indonesio durante 2006, hecho que no sucedía desde hacía 6 años.

En el año 2000 se inició la terrible campaña de atentados en Indonesia por parte de Jamaa Islamiyah, produciendo algunos de los más espectaculares y letales atentados a nivel mundial de los últimos tiempos. Entre ellos, cabe destacar los sucedidos en Bali o los del hotel Marrito y la Embajada de Australia en Yakarta.

La ausencia de atentados es muy significativa y responde a una serie de hechos que han repercutido sobre la estrategia a emplear por la organización terrorista, en su objetivo de transformar a Indonesia en un Estado Islámico.

TERRORISMO Y POLÍTICA
Las consecuencias dramáticas de los diversos atentados en Indonesia han constituido el principal elemento por el cual la estrategia terrorista ha sido rechazada por una parte importante de los líderes de Jamaa Islamiyah. Los alrededor de 300 muertos ocasionados por los ataques terroristas han sido ampliamente criticados y rechazados por la totalidad de la sociedad indonesia. Esta crítica unida al rechazo, se ha convertido en un obstáculo para la consecución de los objetivos del grupo. Por ello, la estrategia terrorista ha dejado paso a la vía política.

Si bien el uso del terrorismo en nombre del Islam no es nuevo en Indonesia, sí lo es su uso masivo como elemento estratégico. Pero esta estrategia no ha tenido aceptación en un país donde el Islam ha sabido mezclarse con corrientes Hinduistas, Budistas, Animistas, etc. conformándose como un Islam mas dúctil y flexible que el de Oriente Medio o el del subcontinente indio. En consecuencia, la estrategia terrorista se ha conformado como inaceptable para la población musulmana indonesia y, en consecuencia, contraproducente para Jamaa Islamiyah.

FRACASO Y DIVISIÓN
En segundo término, los objetivos perseguidos en la campaña terrorista no se han visto materializados. Esto es, no se ha dado una alteración sustancial del papel del Islam dentro del Estado indonesio. El supuesto cambio radical que propiciaría la estrategia terrorista no se ha confirmado, produciendo en el seno de Jamaa Islamiyah un replanteamiento de la estrategia a utilizar. La política de consecución de grandes y rápidos cambios a través de la violencia terrorista ha sido sustituida por la política de alcanzar pequeños y progresivos cambios, la cual es más fácil de introducir y causa un menor rechazo en la sociedad.

Estos dos elementos, han producido dentro de Jamaa Islamiyah una importante división sobre la estrategia a desarrollar. La corriente minoritaria está protagonizada por el malayo Nordin Bin Mohd Top, considerado como el planificador de las diversas campañas terroristas que han tenido lugar en Indonesia. Éste, junto con un pequeño núcleo de seguidores, instauró a principios del pasado año un nuevo grupo denominado Tandzim Qaedatul Jihad.

Este grupo, inmerso dentro de Jamaa Islamiyah, representa el sector fiel a la estrategia terrorista por la cual apostó la organización en el pasado y constituye la principal amenaza para la seguridad en Indonesia y en el Sudeste Asiático. El hallazgo de 39 cinturones de explosivos (iguales a los utilizados en Bali) preparados para ser empleados por terroristas suicidas durante la captura y muerte del brazo derecho de Nordin Bin Mohd Top, Azahari Husin, muestra la capacidad y la intención de este grupo.

EL CARISMA DE ABU BAKAR BASHIR
El grupo mayoritario dentro de Jamaa Islamiyah está encabezado por el carismático líder de la organización socio-religiosa Majelis Mujahidin Indonesia, Abu Bakar Bashir, quien ha ido reduciendo su apoyo a la estrategia terrorista desde el último atentado en Yakarta, 2005. Abu Bakar Bashir apuesta en la actualidad por la actividad predicadora o dakwah para producir una paulatina islamización de la sociedad indonesia como paso previo a la instauración de un Estado Islámico.

La ruptura de Abu Bakar está directamente ligada a la apuesta que ha realizado el Islam político, representado por distintos partidos políticos, organizaciones socio-religiosas, y por la vía política para la instauración de un Estado Islámico en Indonesia. Si bien ha cambiado la estrategia no los objetivos. La apuesta por la vía política ha supuesto el abandono de la violencia como principal elemento de acción pero únicamente dentro del ámbito indonesio.

Si bien Abu Bakar Bashir y otros líderes de organizaciones socio-religiosas se han distanciado de cualquier actividad terrorista en el ámbito doméstico, estos han continuado apoyando a las diversas causas que alimentan el imaginario yihadista mundial, como los conflictos en Chechenia, Palestina, Afganistán, Sur de Filipinas o Irak. Este apoyo se debe a los magníficos beneficios que obtienen estos grupos a través del uso y manipulación de estos conflictos.

OXÍGENO POLÍTICO E IDEOLÓGICO
Las actuales guerras en Irak y Afganistán, o la última protagonizada por Israel y Hezbolá han supuesto un impulso para todos los grupos islamistas, tanto partidos políticos como organizaciones. Todos han visto reforzadas sus posiciones dentro del ámbito del Islam político a costa de la pérdida de influencia de los partidos y organizaciones musulmanas moderadas. El discurso divulgado por estos grupos tiene sentido para muchos indonesios. Por lo tanto, los conflictos externos se han constituido en el oxígeno político e ideológico para las diversas organizaciones islamistas indonesias.

La apuesta por la vía política está produciendo sus primeras consecuencias dentro de la vida política indonesia. Se ha registrado una aprobación de leyes con fuerte influencia islámica; la introducción de la Sharia en algunas regiones –como el Sur de Sulawesi–; la cada vez más difícil construcción de iglesias en áreas musulmanas; el creciente control de la calle y del discurso y sobre todo, el ascenso de miembros de partidos Islamistas a órganos de poder (los tres ministros del islamista PKS). La clave está en suavizar tanto el discurso como las formas de actuación del Islam radical para presentarlo como alternativa viable y sobre todo legítima.

APRENDER DE LOS ERRORES
El mundo islamista indonesio ha aprendido del fracaso que ha supuesto la estrategia terrorista de Jamaa Islamiyah, ya que ésta ha deslegitimado al Islam. Por ello, las diversas organizaciones políticas, socio-religiosas y por supuesto Jamaa Islamiyah –organización legal en Indonesia–, se han ido alejando paulatinamente del ámbito de la violencia. Asimismo, se han centrado en la crítica de los flancos de debilidad del actual Estado indonesio (corrupción, pésimos servicios sociales y educativos, seguridad ciudadana, etc.) presentando al Islam como solución a los problemas reales de los ciudadanos indonesios.

Así, el islamismo en Indonesia utiliza una doble base para legitimar su discurso:

UNO
Por un lado ataca las debilidades del Estado indonesio posicionándose como los defensores del pueblo ante las injusticias existentes.

DOS
Utiliza los conflictos internacionales en los que se ven envueltos musulmanes para presentarse como lo defensores de la umma. Con ambas estrategias capta el voto tanto del Islam secular, como del conservador y se afianza como alternativa de gobierno.

TRES
Si bien el peligro terrorista se encuentra sólo en un pequeño grupo de miembros de Jamaa islamiyah, no conviene subestimarlo debido a su demostrada capacidad de atacar. Por ello, 2007 posiblemente será testigo de nuevos ataques terroristas. El terrorismo islamista presenta una larga historia que nace mucho antes de Jamma Islamiyah y siempre ha demostrado una extraordinaria capacidad de regeneración. El fenómeno terrorista estará presente en Indonesia.

AMENAZA PARA LA DEMOCRACIA
Por último, el gran peligro que enfrenta la joven democracia indonesia en la actualidad es ser utilizada por el islamismo para alcanzar e imponer sus objetivos. La democracia indonesia no puede legalizar el extremismo religioso. El Islam político está convirtiéndose en la fuerza emergente política en este país.

El fracaso de la actual presidencia abriría las puertas del poder al islamismo, que ha ido aglutinando cotas de poder desde las primeras elecciones democráticas en 1999. Por ello el actual presidente, Susilo Bambang, debería recibir un apoyo económico y político fuerte y continuado de parte de la UE y de Estados Unidos con el objetivo de afianzar a Susilo en el poder y fortalecer un modelo diferente de sociedad Musulmana al preponderante en Oriente Medio. Basta recordar que Indonesia es el país con mayor población musulmana del mundo y es una democracia. Una Indonesia democrática y secular, como hasta ahora, puede convertirse en un buen modelo a seguir dentro del mundo musulmán.

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