Grupo de trabajo del Encuentro Internacional de Safe Democracy

ESCENARIO
Israelíes y palestinos han fracasado en su intento de buscar una salida negociada al conflicto. La negociación y el diálogo político no parece ser el objetivo central de sus respectivas estrategias actuales.

La reunión trilateral entre la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, celebrada el 19 de febrero en Jerusalén, no ha representado siquiera un tímido paso hacia delante para replantear el proceso de paz.

Uno de las estrategias del gobierno de Ariel Sharon había sido la retirada unilateral y la respuesta militar frente a un escenario de terrorismo, y diálogo si la atmósfera lo admitía. El objetivo era desconectarse de Gaza y de gran parte de Cisjordania para replegarse detrás del muro de seguridad, transformables en fronteras en caso de negociación.

Desde la perspectiva israelí, dos acontecimientos han tirado por la borda la posibilidad de avanzar en una retirada total de Cisjordania: el triunfo arrollador de Hamas en los territorios palestinos y, fundamentalmente, la guerra de Líbano.

Desde la perspectiva palestina, el ascenso de Hamas ha acrecentado la tensión en los territorios, profundizando el enfrentamiento entre el grupo y los partidarios de Al Fatah. La formación de un gobierno de unidad nacional recién se ha materializado hace pocos días en La Meca, aunque es ignorado por Estados Unidos e Israel, que imponen a los palestinos una serie de condiciones que, en esta etapa preliminar, no pueden cumplirse.

Mientras tanto, los logros del movimiento islamista al frente del Gobierno han sido prácticamente nulos para los palestinos de Gaza y Cisjordania.

La estrategia política de la administración de George W. Bush («Israel no tiene con quien negociar», primero, y «Hamas no es actor válido», después) no parece haber sido efectiva en términos del diálogo y la negociación. Se trata más bien de una estrategia más bien errática y contraproducente.

Ante este escenario, el reto que se plantea es cómo salir del impasse: cuáles son las recomendaciones para retomar el fallido proceso de paz sentando nuevamente en la mesa de las negociaciones a las partes involucradas en un proceso gradual de resultados tangibles evitando de este modo la caída en el ciclo de la acción-reacción.

Las respuestas de los expertos se articularán en torno a (SIGUE…):


– ¿Qué medidas realistas están al alcance del gobierno israelí y servirían para «romper el hielo» con los palestinos?

– ¿Cómo hacer para que Israel plantee un diálogo a «dos bandas» (Hamas/Al Fatah)?

– ¿Cómo ayudar a Israel a salir del rechazo permanente hacia los planes de paz, como el propuesto por los saudíes o la Liga Árabe?

– ¿Es el enfrentamiento entre Hamas y Al fatah inevitable? ¿Cómo promover la pacificación de la calle palestina? ¿Cómo ayudar a Abu Mazen a moderar e incluir a Hamas?

– ¿Cómo lograr que Hamas se modere y reconozca finalmente a Israel?

– ¿Cómo promover una alianza de moderados en ambas partes capaz de neutralizar el fanatismo?

– ¿Qué papel debería jugar Estados Unidos?

– ¿Qué papel debería jugar Europa?

– ¿Cómo atraer la inversión y generar desarrollo económico en los territorios palestinos?

– ¿Es posible crear un foro de encuentro palestino-israelí que centralice a los actores y a las iniciativas de las sociedades civiles?