«Neo-estatalismo», como solución
Resultados del Encuentro Internacional de Safe Democracy

Por José Luis Gómez Garavito, relator

DESAFÍO REGIONAL PLANTEADO

CONCLUSIONES DE LOS EXPERTOS:

«Perú encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad: se enfurece en los tumultos o se humilla en las cadenas». Simón Bolivar.

Así empezaba el Libertador su visión en la Carta de Jamaica sobre el Perú. En el futuro su problema no sería la falta de riqueza, sino su abundancia en una sociedad marcada por la desigualdad. Cabe preguntarse si dos siglos después este diagnóstico puede repetirse para toda Latinoamérica; si la pobreza, la desigualdad y la inseguridad no pueden ser de allí desarraigadas. Y, la pregunta del millón, cómo superarlas.

Rapporteur (relator):
José Luis Gómez Garavito, abogado experto en Derecho Internacional, está realizando su doctorado en Derecho Público en la Universidad de París X Nanterre. Ha sido profesor de Historia de las Ideas Políticas en la Universidad de Rosario de Bogotá en Colombia. Es investigador adscrito al CEDIN-Paris X, Centro de Estudios de Derecho Internacional.

Moderador:
Javier Bernabé Fraguas, periodista y codirector del Título de Especialista en Información Internacional y Países del Sur y del Diploma en Periodismo Preventivo, ambos de la Universidad Complutense de Madrid.

Expertos:
Fabián Bosoer, politólogo y periodista del diario Clarín. Es profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de Belgrano.

Javier Chinchón Álvarez, doctor y licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, y licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesor en la URL de Guatemala, profesor-investigador FPI del Dpto. de Derecho Internacional Público y Privado de la UCM, e investigador-visitante en diversas instituciones de Iberoamérica y Estados Unidos. Es Director del Centro Iberoamericano de Estudios Jurídicos y Políticos, profesor de la Universidad Alfonso X, colaborador del Área de Derecho Internacional Público de la UCM, y consultor de distintos organismos. Su más reciente publicación es: Derecho internacional y transiciones a la democracia y la paz. Hacia un modelo para el castigo de los crímenes pasados a través de la experiencia iberoamericana, Parthenon, Madrid, 2007.

José Luis Martínez, periodista, editor y analista de política internacional del diario La República de Montevideo. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación y Diplomado en Estudios Europeos y Relaciones Unión Europea, América Latina y el Caribe de la Universidad Miguel de Cervantes de Chile. Asimismo, es graduado en Planificación y Administración de Recursos de Defensa en el CHDS, Universidad Nacional de Defensa de Estados Unidos. Ha publicado varios libros sobre política y conflictos internacionales.

Luis Méndez Asensio, periodista y escritor. Es profesor de postgrado en la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid y forma parte de la junta directiva del Instituto de Periodismo Preventivo y Análisis Internacional (IPPAI). Es comentarista de política internacional en Radio Exterior de España y otros medios escritos. Ha publicado «La guerra contra el tiempo«, «Panamá: memorias de un intruso» y «Contadora, la diplomacia imposible» (entre otros libros).

Ricardo Quesada Oré, economista y ha realizado cursos de especialización en la Universidad Carlos III de Madrid. Ha sido profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.

Rosemary Vargas Martinto, directora de Globalitaria, Iniciativas para la Construcción de la Paz. Doctora en Filosofía y ha ejercido la docencia universitaria, tanto en Lima, Perú, como en Madrid durante casi veinte años. Desde el año 2000 colaboró con el Comité Español del ACNUR, en su calidad de Coordinadora de Globalitaria, en la implementación y desarrollo de un proceso de debate y reflexión sobre Crisis Humanitarias y Reconciliación, que durante cuatro años ha reunido a cerca de 240 expertos y actores vinculados con la temática y que culminó en el Foro Universal de las Culturas, Barcelona 2004.

Augusto Zamora R., profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido abogado nicaragüense ante la Corte Internacional de Justicia entre 1983 y 2001. Es columnista del periódico El Mundo. Su última obra es «La paz burlada. Los procesos de paz en Centroamérica» (Editorial Sepha, Madrid, 2006).

(SIGUE…):

EN LA CONSTATACIÓN DE ESAS REALIDADES NO HAY DIFERENCIAS DE FONDO entre los diversos analistas. Quizá son sólo de acento sobre cuál es más causa y cuál más efecto entre ellas, o sobre el orden de importancia que debe darse a sus causas-manifestaciones como los son la carencias de infraestructura, de educación o al preocupante síntoma de ausencia de investigación tecnológica mínima. Y según las prioridades serán los remedios. Así para unos será prioritario invertir más en justicia, básica para evitar la violencia, mientras otros aplaudirán el mejor pago a los soldados y policías como medida moralizadora que impida su corrupción, y otros apuestan por la conexión energética como lo propone la hiperactiva Venezuela de Chávez.

Ese desigual orden de prioridades es causado en buena parte por la enorme dificultad –asumida conscientemente– para hacer un diagnóstico común riguroso en la región: no parece igual la pobreza y sus análisis en Cuba, en Costa Rica, en Haití o en Argentina, por ejemplo. En Cuba podrá hablarse de un país empobrecido, donde todo el mundo carece de lo más pero no de lo menos. Costa Rica muestra un equilibrio envidiable y una repartición satisfactoria. Haití, muestra índices de pobreza escandalosos y sigue sumergido desde siempre en la miseria, colero no solo de la región sino del mundo. Y Argentina afronta, desde hace ya mucho, el dolor de ya no ser, aunque mejoren sus indicadores, como en general –y hay que registrarlo con optimismo– los de toda la región, desde México hasta Chile.

SEGURIDAD DEMOCRÁTICA Y FORTALECIMIENTO DEL ESTADO
En la inseguridad será también diferente el análisis pues va desde aquella motivada por la delincuencia en las calles de Río de Janeiro, pasando por las maras en Centroamérica, causadas por modelos de opulencia, hasta los aún no resueltos problemas de guerrillas en Colombia donde se plantean modelos de seguridad que ha de ser democrática como fórmula de salida a sus problemas.

La constatación de esas diferencias no impide que, paradójicamente, la respuesta a la pregunta central sea asombrosamente coincidente. Así, en cuanto a qué políticas adoptar para reducir la pobreza y las desigualdades en América Latina, todas ellas giran en torno al fortalecimiento del Estado como agente de orden y de justicia y bien lejos de su extinción. Pero no se requiere cualquier tipo de Estado, se reclama uno que sea inteligente, justo y eficaz, capaz de consolidar el crecimiento y de armonizar las diferencias. Se requieren regímenes políticos democráticos enriquecidos que superen la división entre democracia formal y democracia sustancial. Que continúe los procesos democráticos avanzados en la región pero que, sin desconocer el valor positivo de este cuadro de estabilidad de las normas de juego, dé juego a los que tienen menos.

Para ello se precisa la renovación del contrato social, y de la relación del gobierno y la sociedad. Los analistas propusieron fórmulas como crear, modernizar, reimpulsar, fomentar y reglamentar instituciones estatales enraizadas en la sociedad con capacidad de gestión. Y de parte de la sociedad propiciar esa participación por la constitución de instancias y mecanismos participativos.

NEO-ESTATALISMO
Algunas medidas consecuentes con este neo-estatalismo serían la adopción de acuerdos de redistribución del ingreso entre los actores sociales, con metas y plazos concretos relacionados con el descenso de la pobreza y la mejora de los indicadores educativos; mayor control sobre el manejo de los recursos públicos; y, para equilibrar, garantizar ingresos sociales ciudadanos básicos, como expresión de la solidaridad social. La estrategia para conseguir estas medidas pasa por la sociedad: aquí urge potenciar los elementos de presión de los grupos sociales para influir en los Gobiernos con el fin de fortalecer mecanismos de negociación autónoma en la región.

Una indudable prueba de la pertinencia de estas soluciones es que ellas coinciden con aquellas que se formulan sobre el crecimiento y la gobernabilidad en Latinoamérica. Allí también se resalta la necesidad del Estado y no podría ser de otra manera, pues la pobreza corresponde al crecimiento como la gobernabilidad a la necesidad de una cierta igualdad y a la superación de la inseguridad, fin y premisa de un gobierno estable.

Nada de soluciones milagrosas a los países del realismo mágico. Ni siquiera aquellas –que además ya ni se esperan– provenientes de los procesos de integración, sobre los que se registra un marcado escepticismo. Es compartido que sólo con un mejor Estado, alcanzarán estos pueblos una segunda oportunidad sobre la tierra.

Teatro Lara, Madrid, 10 de marzo de 2007