Ami Ayalon, Ehud Barak, y el regreso de los expertos en seguridad

Por Mario Sznajder (para Safe Democracy)

Mario Sznajder repasa el panorama político israelí tras la celebración de la primera vuelta de las primarias del Partido Laborista –con Ami Ayalon y Ehud Barak como favoritos– y explica: la elección parcial de Havodá, no sólo determinará el encuadre del gobierno y el futuro político de Ehud Olmert (líder del partido Kadima), sino que condicionará la agenda política del país, afectado por una crisis de seguridad y por la brecha socio-económica creciente.

ADEMÁS: «Tarjeta roja para Ehud Olmert«, por Mario Sznajder


Mario Sznajder es profesor titular de la cátedra Leon Blum en Ciencia Politica de la Universidad Hebrea de Jerusalén e investigador asociado del Instituto Truman para el avance de la paz. Ha publicado un centenar de artículos en publicaciones científicas sobre fascismo, derechos humanos, democracia y Oriente Medio.

LAS ELECCIONES PRIMARIASinternas— del Partido Laborista en Israel contaron con un porcentaje medio de participación (68 por ciento) y desplazaron claramente a Amir Peretz (actual ministro de Defensa) del liderazgo del partido.

El vencedor parcial de esta contienda es Ehud Barak, ex-primer ministro (1999-2001) y ex-comandante en jefe del Estado mayor de las Fuerzas Armadas de Israel, quien obtuvo casi 36 por ciento de los votos. En segundo lugar, con casi 31 por ciento de los votos, se colocó Ami Ayalon, ex-comandante de la marina militar y luego ex-director de la Agencia de Seguridad de Israel, más conocida como Shin Bet (seguridad interna y contra-inteligencia).

¿Cuáles son las verdaderas implicaciones de esta elección primaria, que pareciera ser marginal y poco trascendental? Antes que nada, Amir Peretz está pagando los precios políticos del fracaso de su gestión como ministro de Defensa ante la gestión de la Guerra de Líbano en el verano de 2006. Pero su fracaso electoral es relativo. Y esto demuestra no sólo su capacidad política y organizacional en el seno del Partido Laborista, sino también el hecho de que –pese a la actual crisis de seguridad y los ecos de la publicación de la primera parte del Informe Winograd sobre la mencionada guerra– parte del laborismo y del público israelí sigue creyendo que el tema político más profundo es la apertura de la brecha socio-económica como resultado de las políticas neoliberales aplicadas por Benjamín Netanyahu durante el gobierno de Ariel Sharon (2001-2006) y la continuación de éstas bajo el actual gobierno de Ehud Olmert.

BARAK COMO SALVAVIDAS PARA OLMERT
De aquí que pese al Informe Winograd, Amir Peretz conserva parte de su capital político y sus huestes, ya que la bandera socio-económica sigue vigente y él la enarbola mejor que cualquier político laborista.

Ehud Barak se presentó como el político que aprendió la lección del fracaso de su anterior gobierno. Y como ex-militar, candidato casi natural al ministerio de Defensa –en lugar de Amir Peretz, al conquistar el liderazgo laborista–, busca proveer a Ehud Olmert del salvavidas que le permitiría sobrevivir políticamente políticamente tormentoso verano de 2007.

Barak apunta nuevamente hacia la oficina del primer ministro, pero sólo tras un servicio ministerial que disipe las sombras que aun afectan su imagen pública, heredadas de su anterior gestión. Pese a su regeneración política, Ehud Barak no logró el 40 por ciento de los votos que hubieran asegurado su elección en la primera vuelta eleccionaria y por ende se producirá una segunda vuelta, en un par de semanas, que le es desfavorable.

EL NUEVO POLÍTICO
Ami Ayalon se ha presentado con todas las ventajas del nuevo político, es decir, la persona que no acarrea con los pecados de un pasado poco presentable.

Su éxito relativo (casi 31 por ciento del voto pese a la falta de una clara estructura de apoyo, a diferencia de Barak y Peretz) y las perspectivas de ganar una segunda vuelta son importantes, ya que de suceder esto, el futuro político de Olmert quedaría cerrado. Ayalón ha declarado repetidamente que como líder del laborismo exigirá la renuncia de Olmert, a la luz del Informe Winograd. Su potencial presencia a la cabeza del ministerio de Defensa, probablemente creará también otro tipo de equilibrio entre el ejército y el gobierno de Israel.

EL REGRESO DE LOS EXPERTOS
Por lo tanto, esta elección parcial en el seno de la segunda mayoría en la coalición de gobierno israelí, no sólo determinará el encuadre del gobierno de Israel, y el futuro político de Ehud Olmert (líder del Partido Kadima), sino también la agenda política de un país, afectado no sólo por una crisis de seguridad, sino también por otra socio-económica.

Más allá de todo esto, al producirse los cambios ministeriales que generará seguramente la elección interna laborista, los líderes regionales (de Hamás a Hezbolá y de Siria a Irán) tendrán que repensar las políticas de presión y acoso contra Israel, ya que no podrán aprovechar la circunstancia proporcionada por los ministros Peretz (Defensa) y Olmert (primer ministro) inexpertos en temas de seguridad nacional.

Los cambios en el gobierno no sólo generarán cambios en la agenda política, sino probablemente también distintos tipos de reacciones frente a los desafíos en el área de la seguridad –interna, vecinal y regional– que enfrenta Israel.

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