España, antes y después de los fondos de la UE
Productividad, investigación, tecnología y contaminación: asignaturas pendientes
Nadie duda de que los fondos estructurales de la Unión Europea han contribuido de manera irrefutable al crecimiento de España en los últimos veinte años. Con todo, existen aspectos en los que mejorar para situar al país a la altura de sus socios europeos, sobre todo en productividad, alta tecnología, investigación, ecología e innovación.
EL BALANCE DEL USO de los fondos estructurales europeos ha sido sin duda positivo para el desarrollo socio-económico español de los últimos 20 años. Ello ha coincidido con el despliegue del estado de las autonomías. Mientras que en 1985 sólo Baleares superaba la media de los 15 países de la Unión Europea, veinte años después ya eran siete las comunidades autónomas que lo hacían (Baleares, Cataluña, País Vasco, Madrid, Navarra, La Rioja y Aragón). Además, el estado de las autonomías, lejos de aumentar las diferencias de renta entre los territorios, tal como algunos de sus críticos postulaban, presenta actualmente diferencias mucho menores en relación a la media general española de renta por habitante. Es decir, las desigualdades entre comunidades han disminuido en el periodo 1986-2007.
En términos generales, las inversiones del poder central y de las autonomías se han situado principalmente en infraestructuras y en capital humano. Sólo hablando de carreteras, por ejemplo, el porcentaje de autopistas se ha sextuplicado en España en relación a 1985. Sin embargo, tras el balance general positivo del uso de los fondos en las dos últimas décadas aparecen también algunos elementos que plantean importantes interrogantes de futuro. Especialmente en el horizonte europeo marcado por la agenda de Lisboa. Donde se percibe una situación más precaria de cara al futuro es en la productividad, la alta tecnología, la investigación, desarrollo e innovación, y en ecología.
BALANCE SUSCEPTIBLE DE MEJORA
La productividad media no sólo no ha aumentado, sino que muestra una tendencia descendente en los últimos años (un 83 por ciento de la media de la Unión Europea). Suelen aducirse dos causas: el incremento de los contratos temporales (31 por ciento del total de contratos en el 2005, que representa un porcentaje más del doble respecto a Europa) y la subsiguiente precariedad y rotación en los puestos de trabajo, y una infrautilización de las nuevas tecnologías.
Si bien el número de licenciados universitarios ha crecido en números relativos respecto a Europa, España se sitúa un 18 por ciento por debajo en los estudiantes que terminan los estudios secundarios. Por otra parte, las exportaciones españolas con alta tecnologías sólo suponen el 6 por ciento del total, sin que se atisbe un aumento relativo en el futuro.
En investigación e innovación las cifras son decepcionantes. Mientras la inversión en España, en números redondos, se sitúa alrededor del uno por ciento del PIB, la UE-15 invierte el 2 por ciento (2,6 por ciento en Estados Unidos; más del 3 por ciento en Japón). El gasto en tecnologías de la información y comunicaciones también es sólo del 50 por ciento de la media europea. El número de patentes en España es escandalosamente bajo: alrededor del 20 por ciento de la tasa de la UE-15. Finalmente, los índices de contaminación resultan bastante vergonzosos: más del 50 por ciento de emisión de gases de efecto invernadero que la UE-15.
En definitiva, un balance positivo, pero con importantes aspectos estructurales por mejorar.
Publicado por:
Antonio
fecha: 22 | 09 | 2007
hora: 9:27 pm
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El tema me parece de la mayor importancia. Hemos basado nuestra economía en el ladrillo( muy sensible, como hemos visto, al precio del dinero), el sol (que hay en muchos países, la mayoría mucho más baratos que el nuestro), en ciertas industrias manufactureras, como las líneas de montaje de automóviles (susceptibles de deslocalizarse hacia países de mano de obra más barata) y pocas cosas más. Si se van pinchando estos globos, no quedan demasiadas areas en que la sofisticación y el valor añadido de los productos y servicios nos aseguren una competitividad razonable a medio plazo.
Y las asignaturas pendientes indicadas por el autor no se debe sólo a la política industrial y de desarrollo del gobierno actual, sino a la de los anteriores
Publicado por:
Fátima Aburto
fecha: 23 | 09 | 2007
hora: 6:01 pm
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Las asignaturas pendiente se deben a todos los gobiernos anteriores y … al enorme parón de la dictadura. Quiero decir que la brecha era enorme y que a pesar de ella hemos conseguido enormes avances de los que estamos orgullososo, pero a mi modo de ver deberíamos estar aún mas. Al fin y al cabo, si bien es verdad que los fondos de la Unión Europea han finaciado gran parte de nuestro desarrollo, también es cierto que la incorporación a la Unión costó muchísimo a muchos españoles. La gran reconversión industrial obligada se refleja fielmente el la película de los Lunes al sol, el enorme porcentaje de parados (ahora reconvertidos en empleados precarios) y la invasión tecnológica. Por ejemplo si miro en mi casa, la cocina, el coche y el ordenador son alemanes (aunque ahora se fabriquen en otras localizaciones).
Y se están subiendo de manera muy importante las inversiones en educación y en I+D+I (vease los presupuestos de los últimos años), pero no son política que tengan un efecto inmediato, como fácilmente se puede comprender. Otro ejemplo: la gran apuesta andaluza por la industria aeroespacial, es firme, pero costosa porque no hay empresas capaces de suministrar las necesidades secundarias. Poco a poco van surgiendo y se va incentivando la iniciativa privada.
De momento España es un ejemplo a seguir en cuanto a avance social a la vez que en desarrollo y equidad norte sur, muy diferente a otros países con mucha mayor trayectoria democratica.
Estoy de acuerdo con la crítica, pero también con la satisfacción de un trabajo bien hecho por la ciudadanía española y su clase política, tan denostada. Sí soy política evidentemente.
Publicado por:
ana
fecha: 23 | 09 | 2007
hora: 9:39 pm
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Fátima si bien discuto contigo cuando se afectan mis intereses latinoamericanos debo reconocer que como
expositora y defensora de los intereses de tu país eres clara y mereces la más alta calificación.