El desencuentro entre la UE y China
Qué acerca y qué separa a Bruselas y Beijing
El tono diplomático empleado en la última cumbre entre China y la UE ha servido de poco. Bruselas reclama la apreciación del yuan, la corrección del déficit comercial y la protección de la propiedad intelectual ante el temor de que Beijing se incline más hacia Estados Unidos. China, por su parte, tiene un gran interés por la UE, su principal socio comercial, pero, como es habitual, sin asumir compromiso efectivo alguno.
(Desde Beijing) LA CUMBRE QUE CHINA Y LA UNIÓN EUROPEA (UE) celebraron hace algunas semanas en Beijing ha servido para situar a ambos actores ante los asuntos más delicados de la agenda bilateral.
Poco tiempo ha habido para hacer balance de los diez años transcurridos desde el inicio de las cumbres con este formato, y pese al mal disimulado esfuerzo de las autoridades chinas por exaltar los puntos de coincidencia, ha pesado más el listado de desencuentros que el consenso, empezando, claro está, por las tensiones económicas y comerciales. La Unión Europea ha reclamado de China una actitud más receptiva a sus exigencias en relación al yuan, a la corrección del déficit comercial o la protección de la propiedad intelectual. El déficit comercial con China ha ascendido en
LAS EXIGENCIAS DE LA UE ANTE EL DESARROLLO DE LA ECONOMÍA CHINA
Beijing se ha mostrado dispuesto a estudiar las reclamaciones europeas, pero, como es habitual, sin asumir compromiso efectivo alguno. El yuan, más pendiente de la apreciación con respecto al dólar (11,5 por ciento en dos años) se ha depreciado un 9 por ciento en relación al euro. Pese a ello, no cabe esperar grandes o bruscos cambios que puedan afectar a la capacidad exportadora de la economía china, por cuanto podrían hacer peligrar su estabilidad general.
«En materia ambiental, Bruselas reiteró sus llamamientos y Beijing sus habituales respuestas: estamos en ello, pero necesitamos tiempo, dinero y tecnología»
A las discrepancias en torno al yuan, se han sumado otras divergencias en materia comercial que afectan a productos como el calzado o la siderurgia, directamente relacionados con el mantenimiento del empleo en la UE y que motivan el reiterado reclamo de medidas proteccionistas por parte de las respectivas patronales sectoriales.
EL CAMBIO CLIMÁTICO, ASUNTO IMPOSTERGABLE
En materia ambiental, Bruselas reiteró sus llamamientos y Beijing sus habituales respuestas: estamos en ello, pero necesitamos tiempo, dinero y tecnología. Es previsible que en el futuro aumente el entendimiento en este terreno, ya que las autoridades chinas, por propio interés y no sin dejar de hacer notar la responsabilidad de los países industrializados en el cambio climático, parecen dispuestas a tomar cartas en el asunto.
«El descontento chino se completa con la indefinición europea en el levantamiento del embargo de armas impuesto tras los sucesos en Tiananmen en 1989»
RESTABLECER LA CONFIANZA
El tono cordial y diplomáticamente correcto usado por el presidente chino, Hu Jintao, en la recepción a José Sócrates, primer ministro portugués, y a José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, ha sabido a poco en esta cumbre y en ambas capitales se espera de las dos partes un mayor empeño para restablecer la confianza mutua.
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