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Mientras el mundo entero está pendiente de quién será el nuevo presidente de Estados Unidos, el aparato de política exterior sigue trabajando para que su próximo mandatario tenga la mejor de las situaciones posibles en Asia Central. La nueva iniciativa lanzada por Washington, the American Road Map, pretende restablecer la relación con los países de la región, en una zona estratégica por sus riquezas en petróleo y gas, y clave para la lucha en Afganistán, pero sin condicionarla a cuestiones de derechos humanos o democracia. Se trata de ganar terreno y credibilidad ante el avance de China y Rusia.

(Desde Londres)
“El punto de ruptura vino en 2005 con los incidentes de Andijan; este fatídico momento como final de la relación entre y Estados Unidos”
LA CAÍDA DE LA UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS (URSS) supuso una ventana de oportunidad para todos los países occidentales. Tras solucionar los problemas iniciales, como el reconocimiento de nuevos Estados, el control del armamento nuclear o los conflictos intra e interestatales, comenzó una carrera por alcanzar la máxima influencia.

Estados Unidos, Turquía, Irán, Francia, Alemania… todos querían situarse en una nueva zona que prometía petróleo y gas sin el férreo control de la OPEP. El 11-S no hizo más que ayudar a Estados Unidos a establecerse en la región, ya que a la presencia económica y política le unió la militar. Washington estableció bases por toda Asia Central bajo la excusa de luchar contra el terrorismo internacional que representaba el régimen talibán. Una vez los talibanes (creyentes) fueron derrotados, Estados Unidos, con la ayuda de la OTAN, tomó el control del país. Sin embargo, todavía hoy Afganistán dista mucho de ser un Estado estable y seguro.

LA RECONCILIACIÓN

Tocaba pasar a la fase B del plan, la progresiva implantación de democracias en la región. Mientras que la Revolución Rosa (Georgia) y la Naranja (Ucrania) fueron claros éxitos, no ocurrió lo mismo con sus intentos en Asia Central. La Revolución de los Tulipanes no sólo fue un auténtico desastre sino que además puso en aviso a todos los gobernantes de la zona. Al tiempo, China y Rusia ofrecían cooperación incondicionada sin cuestionar los Derechos Humanos.

“William Fallon, jefe del US Central Command, ha realizado una gira por los principales países de Asia Central, con especial dedicación a Uzbekistán, donde se ha reunido con los principales responsables de la política exterior y de seguridad común” El punto de ruptura vino en 2005 con los incidentes de Andijan. Aunque los hechos no han sido aclarados en su totalidad, en lo que todos los analistas coinciden es en apuntar a este fatídico momento como final de la relación entre Uzbekistán y Estados Unidos. Hasta ese momento, Uzbekistán había sido el país con una relación más estrecha con Estados Unidos liderando el GUUAM y acogiendo una de las principales bases de Washington en la región, la K-2. Precisamente después de las críticas, europeas y norteamericanas, Karimov decidió pedir a las fuerzas norteamericanas su salida del país centroasiático y acercarse más a Rusia y a China.

Ahora, después de las elecciones presidenciales uzbecas que han situado a septuagenario presidente de Uzbekistán hasta el 2014, la relación parece restaurada. En el discurso que celebraba el quince aniversario de la Constitución de Uzbekistán, el presidente Karimov habló de la necesidad de cooperación entre Uzbekistán, Europa y Estados Unidos. Este anuncio ha servido para lanzar una carrera entre la Unión Europea y Estados Unidos para resituarse en la región.

“el Senador Richard Lugar realizó una gira en la que incluyó a Kazajstán y Azerbaiyán, lo que nos muestra que su agenda estaba más centrada en la economía y el petróleo” En lo que al club de Bruselas se refiere, su representante especial, Pierre Morrel, realizó una visita a Uzbekistán en la que definió al país como un socio fiable, al tiempo que aliviaba las sanciones impuestas al Tashkent tras los acontecimientos de Andijan. A cambio, Uzbekistán ha abolido ha pena de muerte y a mejorado la situación en las prisiones.

Sin embargo, quien verdaderamente está relanzando sus relaciones en Asia Central es Estados Unidos. La iniciativa, Road Map, no ha sido todavía presentada oficialmente pero podría resumirse como un acercamiento sin prestar una especial importancia a los derechos humanos y, sobre todo, llevada a cabo no desde el punto de vista regional, sino bilateral.

RONDA DE CONTACTOS

En los últimos días, dos importantes representantes de la política norteamericana han visitado la zona. El primero de ellos ha sido el Almirante William Fallon, jefe del US Central Command, quien ha realizado una gira por todos los principales países de Asia Central con la única excepción de Kirguizistán y Kazajstán (Turkmenistán, Tayikistán, Uzbekistán, Afganistán y Pakistán). Su parada más importante se ha producido en Tashkent, donde, además del propio presidente, Fallon se ha reunido con los principales responsables de la política exterior y de seguridad común de Uzbekistán. Se trata de lograr el apoyo del país centroasiático en Afganistán, algo que se antoja harto complicado tras la última ofensiva talibán. La posición de Uzbekistán es vital para lograr la paz en Afganistán, ya que su cooperación es clave para frenar el tráfico de drogas con el que se financian los talibán. «La Road Map pretende reubicar a Washington en Asia Central utilizando, precisamente, el estilo que han usado Rusia y China»

Unos días antes de la visita de Fallon, el Senador Richard Lugar realizó una gira similar en la que además incluyó a Kazajstán y Azerbaiyán, lo que nos muestra que su agenda estaba más centrada en la economía y el petróleo. Especial importancia tuvo la reunión con el presidente de Turkmenistán Berdymuhammedov a quien Lugar trató de convencer de la necesidad de cooperar en el campo de la energía.

Lugar llegó con la promesa de Kazajstán de transferir 20.000 millones de m3 de gas al año (2011-2012) vía Turkmenistán si éste acepta la construcción del gaseoducto Trans-Caspian Gas Pipeline. Así Turkmenistán se convertiría en exportador y productor, y, a cambio, Estados Unidos le apoyaría en las disputas marítimas que Askhabad mantiene con Teherán y Bakú. El proyecto sería financiado por el banco norteamericano Eximbank. Aunque la oferta pueda resultar tentadora para Berdymuhammedov, parece llegar tarde, ya que China comenzará a finales de este año a obtener 30.000 millones de m3 de gas de los pozos de Amurdaja.

WASHINGTON BUCA UNA NUEVA RELACIÓN

Con esta iniciativa Estados Unidos busca una nueva relación con los Estados de Asia Central en la que la relación sea diferente de un Estado a otro, y, sobre todo, ganar el terreno perdido en estos años con sus rivales, China y Rusia.

Mientras que estos actores tienen herramientas para influir en la región, véase la Organización de Cooperación de Shangai (OCS) o la Comunidad de Estados Independientes (CEI), Estados Unidos ha perdido credibilidad en la región, gracias entre otras cosas a sus críticas a las violaciones de derechos humanos y al fracaso de Afganistán.

Así, la Road Map pretende reubicar a Washington en Asia Central utilizando, precisamente, el estilo que han usado Rusia y China.